iv. cambio

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Ver a Allison ahí me alegró, pero me hizo sentir miedo de que todo fuese un sueño. Sin embargo, cuando regresamos a casa ya no estábamos en aquel edificio, sino que regresamos a nuestra primera casa. Me quedé sorprendida por ese cambio, pero cuando ingresé a mi habitación, era tal cual la recordaba de antes de mudarnos. Había otras cosas, como objetos y ropa un poco diferente que no recordé comprar, además de más fotografías. Las guardé todas dentro de un bolso y cuando me dispuse a irme, mi falta de sueño me estaba reclamando.

—Oye, te ves muy mal —dijo Allison al asomarse, se adentró a mi habitación y se sentó en la cama, me tomó con cuidado de mi mano y me hizo sentarme junto a ella—. Cuando falleció, mamá nos destrozó, más aún cuando supimos que ella lo decidió así. Sé que perder a Stiles es difícil, pero quiero que sepas que estoy aquí, papá también y tus otros amigos; todos sentimos lo mismo porque lo amábamos.

—¿Recuerdas lo que te dije cuando el oni desapareció por tu flecha? —ella me miró unos instantes y recordando lo que le dije, asintió.

—Sí, mencionaste la plata, pero después parece que no recordabas haberlo dicho —frunció el entrecejo.

—A veces tengo momentos de lucidez —digo al mirar la cabecera de la cama y recostarme—. Creo que necesito dormir, perdona —ella suspira y se queda a mi lado, me acaricia el cabello y el sueño me domina.

Los siguientes días después, Lydia y yo nos dedicamos a ordenar fotografías con detalles que recodábamos; llenamos la pizarra de Stiles con apuntes y todo lo necesario. Además de que me explicó de dónde sacó aquella palabra extraña que me ayudó a abrir la reja. Resulta ser que no solo venía la historia de la bruja en el bestiario; también unos hechizos y ciertos datos para hacerlos. Todo esto en latín antiguo, así que solo Lydia puede enseñármelos.

También, Lydia me había comentado que cuando volví de mi viaje, su mente se aclaró y pudo recordar a Allison como si nunca se hubiese ido, pero de igual manera estaba aquel recuerdo de su muerte... Intenté ver si a todos les sucedió, pero Scott, Malia, incluso mi papá no dudó de la aparición de Allison ni comentó nada.

—Yo no la recuerdo —confesé a Lydia mientras estábamos en su habitación. Ella sacó unas hojas que contenían la información del bestiario. Había más páginas de la Bruja.

—¿No recuerdas nada? —me mira una vez y deja de ver las hojas.

—Nada, incluso intento forzarme, pero la realidad es que las nuevas fotos que me saqué con ella y papá no están en mi memoria —miré las fotos y se sentía como una vida que claramente no he vivido.

—Puede ser que tu cerebro no identifique los cambios o no quiera hacerlos, como un trauma —me comenta; ella vuelve a ver el bestiario—. Según el bestiario, puedes viajar a sucesos en los que estuviste presente, y cambiar cosas que tú hiciste, pero hay que tener cuidado, porque al cambiar algo pequeño, el futuro cambia completamente, no dañando tu existencia, pero sí la de otros —me miró—. Hasta ahora no he sentido que alguien haya muerto o desaparecido.

—Porque estuviste en este tiempo mientras yo viajaba —dije al tomar de forma apresurada una hoja y papel—. Hagamos conteo de cabezas.

—Scott, Malia, Allison, Kira —se detuvo a pensar—. Jackson, aunque no esté aquí, sí lo conocimos —se encoge de hombros.

—¿Y Liam? Mason, Cory, Theo —la miré; ella frunció el entrecejo.

—¿Quién es Liam?

—Lydia, ¿no me digas que no conocimos al niño explosivo?

—Hubo un Liam; participó en el equipo de lacrosse, pero escuché que se tuvo que mudar por una pelea que tuvo y porque su pierna resultó muy mal herida —se encoge de hombros.

𝐀 𝐓𝐑𝐀𝐕𝐄́𝐒 𝐃𝐄𝐋 𝐓𝐈𝐄𝐌𝐏𝐎 - Stiles StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora