11|| Poder besarte a todas horas

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Nina

—Tienes que cuidarte más —me reprende mi hermana. La he llamado porque no me encuentro bien y no ha tardado en venir, menos mal que hoy no trabaja.

—Lo hago, Hazel, ha sido el trabajo.

—Pues deberías de trabajar menos, no hagas tantos esfuerzos, Nina.

Mi hermana está loca, no puedo hacer eso, en la cafetería solo estamos April y yo y no puedo dejarla sola, encargándose de todo eso, es imposible.

—Hazel.

—Lo siento, Nina, pero es que al final acabará en algo más grave y no podré venir a ayudarte, dime, ¿quién lo hará entonces? Vives en el culo del mundo, no hay nadie alrededor que conozcas.

—Hugo vive detrás.

Mi hermana me mira sorprendida.

—¿Hugo Baker, el hermano de April? —asiento—. ¿Y crees que él va a venir a ayudarte siempre que lo necesites? —No digo nada, pero Hazel se responde por sí misma—. Claro, es Hugo, siempre va a venir a buscarte, pero ¿crees qué tú vas a pedirle ayuda? —¿Qué quiere decir con eso de que es Hugo y que siempre va a venir a buscarme? Lo dice como si le gustará a él, en realidad nos odiamos, de alguna u otra forma un tanto rara, pero somos Hugo y Nina, dos polos opuestos que siempre vamos a estar el uno para el otro aun cuando no nos soportemos.

—Vale, puede que me cueste pedirle ayuda, pero si veo que no hay nadie más, lo haré. De todas formas, eres una exagerada, no va a pasarme nada tan grave, es solo diabetes, Hazel.

—Me preocupo por ti.

—Y lo agradezco, pero eso solo me agobia más.

—Tú me has pedido que viniera.

—Sabes por qué.

Mi hermana se levanta del sillón y se va hacia la puerta de casa, yo hago lo mismo y la sigo detrás.

—No deberías de ir a la fiesta.

—Ya empezamos.

—Haz lo que quieras, solo te digo lo que creo que es mejor para ti, ya eres mayorcita para saber qué hacer.

Mi hermana sale de casa, dando un portazo a la puerta, demostrando así lo enfadada que está y que no apoya que yo vaya está noche a la fiesta, pero ¿cómo no voy a asistir a una fiesta que, de alguna u otra forma, se organiza en mi honor? Es como cuando te organizan una fiesta de cumpleaños y no vas, no tiene sentido. Sé hasta donde soy capaz de llegar y sí veo que me va a dar un chungo pues me piro a mi casa, tampoco es tan difícil.

Me tumbo en el sofá y enciendo la tele para ver alguna película que estén dando en la tele, aunque no consigo terminar ni una sola porque acabo quedándome dormida y para cuando despierto ya es la hora de ir preparándome porque Hugo no tardará en llegar a por mí para irnos a la fiesta. Ya me encuentro mucho mejor, como le dije, solo me hacía falta una buena siesta. Voy hacia mi habitación y busco algo que pueda servirme está noche. Le escribo a April para ver que va a ponerse y así hacerme una idea, me responde al segundo con una foto suya ya vestida; lleva un top plateado y una falda larga en color negro de campana, insiste en que me ponga algo negro y así vamos a juego, por lo que escojo un top negro sin tirantes, unos pantalones de campana y una chaqueta negra. Termino justo a tiempo pues escucho un coche en la entrada y, acto seguido, el claxon, doy por hecho que es Hugo. Cojo el bolso y bajo escaleras abajo hasta llegar a la puerta, en cuanto abro me encuentro con una camioneta roja, el chico espera dentro, mirando algo en su móvil, lo que provoca que se asuste cuando abro la puerta del coche.

—Dios, ten un poco más de cuidado.

—No estés tan pendiente del móvil.

Touché.

Al Jodido Fin Del Mundo {BORRADOR}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora