20|| Normal que estés traumada

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Nina

Esto es un sueño.

Un maldito sueño que jamás pensé que ocurriría. Y que, de alguna forma, eso me aterra. Una vez ya sentí algo así de fuerte por alguien y, aunque no fue su intención, me rompió en mil pedazos. No puede volver a ocurrir, tengo que acabar con esto antes de que vaya a más. Y tengo que hacerlo antes de que me arrepienta y no lo haga. Cuando nos enamoramos nos volvemos idiotas, dejamos de mirar por nosotros y lo hacemos más por la otra persona, eso es así de complicado. El amor lo es, siempre lo ha sido.

Durante el entrenamiento miro mi móvil, evitando a Hugo, Ahora soy yo quien lo ignora. Cuando acabe cogeré a mi sobrino y me iré antes de que Hugo pueda acercarse a mí para decirme algo. Antes de tener una seria conversación con él tengo que pensar lo que voy a decirle porque está claro que no puedo contarle lo que realmente me pasa. Dos horas después, ya estoy en mi casa y ha venido mi hermana a recoger su hijo, ha notado que algo no estaba bien, pero como es enfermera sabe que no es nada relacionado con mi enfermedad, de todas formas ha preferido no preguntarme. Sabe que no iba a contarle nada, los problemas adolescentes, ahora que he crecido, prefiero contárselos a mis mejores amigos, aun cuando lo que me pasa no puedo contárselo a April porque incumbe a su hermano.

Hugo me envía algunos mensajes, los ignoro. También llama a casa, pero no le abro la puerta. Todavía no sé cómo afrontar la situación, es tan complicado que lo único que me sale es evitarlo con todo pronóstico, no es lo más maduro que digamos, pero no sé actuar de otra forma antes esta situación. El sábado por la mañana, April me llama para ir a desayunar, pero le digo que estoy muy ocupada, como es de esperar no se lo cree y viene hasta casa para ver qué demonios me pasa. Literalmente es lo primero que dice nada más abrirle la puerta. Tengo experiencia fingiendo que me encuentro mal, cuando era pequeña solía «ponerme mala» cuando no me apetecía estar en el colegio, no estoy orgullosa de eso. Por eso, cuando mi mejor amiga insiste en que le diga que es lo que realmente me pasa, pero yo no me achanto y le cuento que es cierto que me encuentro un poco mal. Al final, y después de asegurarse de que mi hermana lo sabe, se va a su casa, no muy convencida.

El lunes ya no puedo seguir mintiendo más, sobre todo cuando Brody se presenta en mi casa con un bote de helado de fresa, lo que hace que me sienta peor ya que es el sabor favorito de Hugo. Todo me recuerda a él.

—Sé que ha pasado algo y, teniendo en cuenta que no se lo quieres contar a April, doy por hecho de que tiene que ver con su hermano.

Si él se ha dado cuenta, April seguro que también. ¿Cómo se estará sintiendo? Me siento mal, pero no puedo verla. No cuando todo en ella me recuerda a su hermano. Le cuento a Brody lo que ha pasado desde el día que casi nos besamos hasta el día que pasó. Él me escucha atento, haciendo las preguntas que le van surgiendo sobre la marcha. Mi mejor amigo puede ser un tío para nada serio e inmaduro, pero se le da muy bien escuchar y da buenos consejos. Cuando al final le cuento que nos besamos junto a unas escaleras pestañea, sorprendido. Seguro que el muy capullo ha fantaseado con estar en mi lugar.

—No sé quién me parece más imbécil de los dos: si él por ignorarte cuando casi pasa o tú ahora por ignorarle después de que te diera el mejor beso de toda tu vida.

—Probablemente él.

Brody refunfuña a mi lado. Le doy una cucharada al helado y, por alguna extraña razón, su sabor me recuerda al beso que nos dimos.

—Te dijo que le costaba dormir por pensar en cómo sería besarte, ¿y te parece qué él es el imbécil? —No digo nada. Tiene razón, la imbécil soy yo que por tener miedo prefiere ignorar a la gente que quiere—. ¿Por qué te aterra tanto intentarlo con alguien? Desde que estoy aquí no has tenido nada serio con nadie y llevo ya bastante tiempo.

Al Jodido Fin Del Mundo {BORRADOR}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora