27|| Contigo me duele un poco menos

81 6 0
                                    

Hugo

Lo primero que veo al abrir los ojos es el techo de la camper, pero mi cabeza descansa ahora sobre las piernas de Nina, mientras que su mano va trazando pequeñas ondas sobre mi pelo rebelde. Brody y Evan cantan una canción que está sonando en la radio, mi hermana, por el contrario, los mira con cara de pocos amigos e intenta que se callen porque quiere dormir. Llevamos una hora de camino cuando Brody para en una gasolinera para repostar y que April vaya al baño. Evan también sale de la camper para entrar en la tienda y comprar una bebida energética que tanto le gustan. Sé que el entrenador odia que tomen esa mierda porque solo los pone más nerviosos de lo que están y no rinden como deberían.

Nina y yo nos quedamos en la camper, aun con sus dedos paseándose por mi pelo, está tarareando una canción, sé que es su favorita para tocar con el piano, Graham me lo dijo. Aunque yo lo sepa desde que ella empezó a tocar, fue la primera que se aprendió y supongo que por eso le tiene un cariño especial, la verdad es que nunca se lo he preguntado, debería de hacerlo, saber porque le gusta tanto.

Con Nina a mi lado siento que puedo conseguir volver a jugar como antes, ella me hace creer que puedo hacer todo lo que me proponga. Tenerla apoyándome es una gran ayuda, eso me hace pensar que quizás ella es como una tirita, de alguna forma está arreglando algo que ella nunca rompió.

—¿Sabes una cosa, mocosa?

—¿Qué? —Noto su pecho subir y bajar al hablar.

—Cuanto estoy contigo me duele un poco menos.

Al tener su cabeza apoyada sobre sus piernas, me giro un poco y ya veo su cara. Está mirando al frente, con la vista clavada en la pequeña ventana que hay junto a la vitro de dos fuegos que tiene la camper. Noto como su corazón late con velocidad, estamos solo y en completo silencio por eso lo escucho.

Quizás me he pasado, pero tenía que decírselo. Nina debía saber que cuando ella está cerca siento que el motivo que me hizo volver a la isla ha dejado de existir un poco. Volví a Naike porque sentía que Canadá me ahogaba, tras mi accidente el país había dejado de ser mi hogar para convertirse en un dolor de cabeza. Mi equipo de hockey sobre hielo es muy famoso allí, fuera a donde fuera su nombre me perseguía y era solo un recordatorio de que no volvería a estar en el equipo por culpa de un imbécil que no sabía jugar. No fue culpa de mis compañeros, sino de los enemigos contrarios.

Nina abre la boca y la cierra constantemente, intento decidir qué decir, cuando creo que por fin va a decir algo, April entra en la camper quejándose de que el baño estaba asqueroso y que la gente no sabe mear. Me levanto corriendo de sus piernas, sin ningún motivo aparente, mi hermana y el resto ya nos había visto antes de bajarse, pero ahora siento que, después de haberle dicho eso, no puedo mantenerme más cerca de ella.

—Brody podría poner un baño aquí, tiene de todo, hasta una televisión bastante grande y lo más necesario se lo ahorra —mi hermana sigue quejándose.

Nina sonríe a mi lado.

—¿Acaso te ha pasado algo por mear en un baño de gasolinera?

—No, pero podría haber pasado algo, Nina. Eso es cúmulo de bacterias, si tienes que ir al baño mejor aguántate hasta la casa.

Miro a mi hermana, sorprendido. ¿Desde cuándo habla así? O mejor aún, ¿desde cuándo le preocupa tanto eso? April mes la primera que si tiene que ir descalza por un parque acuático lo hace sin importarle nada. Ella nota que la miro por eso que ha dicho.

—¿Qué? Me preocupo por la salud de mi mejor amiga, ¿sabes lo malo que es para Nina pillar una de esas bacterias raras que puede haber en los baños de gasolinera?

De repente a mí también me preocupa las bacterias y miro a la pelirroja con preocupación, me asegurare de que no vaya al baño de la gasolinera.

—¡Eh, eh! Ni se os ocurra tenerme vigilada, no aguantaría tener a los hermanos Baker pegada a mi culo todos los días, puedo cuidarme sola, chicos.

—Sólo nos preocupamos por tu salud, Nini.

—¡Ya estamos aquí! —grita Brody cuando entra en la camper. Nina suspira de alivio, lo que ella no sabe es que no va a librarse tan fácilmente de mí ni de mi hermana. Si hay algo que represente a los Baker es lo cabezota que somos, lo incansables que podemos llegar a ser.

En la segunda hora me toca a mí conducir, con Nina y Evan a mi lado. April y Brody han decido quedarse detrás para jugar a un juego raro de esos suyos. He aprendido que cuando esos dos se juntan es mejor no preguntar nada. No sé cuánto voy a aguantar con Nina a mi lado, teniendo su brazo a centímetros del mío, sintiendo el calor de su cuerpo muy cerca de mí. Cuando propuse lo de la apuesta no pensé que iba a ser tan difícil, pero joder, lo está siendo, es casi insufrible no poder tocarla cuando es lo único que deseo hacer.

Tengo la vista clavada en la carretera cuando siento los dedos suaves de Nina sobre la mano que tengo en la palanca de marchas, es un gesto pequeño, un simple roce pero lo suficiente como para hacer que todo mi cuerpo estalle y sienta un cosquilleo por todo él. La miro de reojo, lo está haciendo aposta, sabe lo que provoca en mí y quiere ganar esa estúpida apuesta. Si quiere jugar, adelante. No tengo miedo. En un rápido movimiento consigo poner su mano debajo de la mía, sobre la palanca de marchas, paseo mis dedos sobre su mano, con lentitud. Sus movimientos en el asiento me confirman que también está sufriendo con mi contacto. Bien, no soy el único.

—Por el amor de Dios, parar. Siento la tensión desde aquí —miro a Nina antes de mirar al chico que ella tiene a su lado y que tiene su cuerpo un poco echado hacia delante para poder vernos mejor.

—Si os gustáis, besaros —añade Brody desde atrás—. Ah, no, que tenéis una apuesta.

Miro a Brody con los ojos muy abiertos y luego a la única persona que puede habérselo contado. Nina me mira avergonzada, pero veo que no se siente arrepentida.

—No me jodas, ¿qué clase de apuesta es? —se interesa Evan.

—Sea lo que sea, ambos van a perder, se tienen tantas ganas que en el diccionario si buscas la palabra «tensión» aparece el nombre de ellos —esa es mi hermana,

—¿Qué? —Nina está tan confundida como yo. Al final es Brody quien termina contándoles a los dos de que trata la apuesta.

—Han apostado que el primero que se rinda o bese a la otra persona le debe diez pavos, toda una apuesta.

—¿Si os morís por besaros porque habéis hecho esa estúpida apuesta? —Claro, que va a saber Evan, él se enamoró de mi hermana y fue a por ella.

Pero cuando amas a alguien tienes que buscar mil maneras de que ella permanezca a tu lado, sobre todo sabiendo que esa persona también siente lo mismo que tú, pero algo en su interior tiene miedo de estar con alguien.

—Es complicado.

Mi hermana la mira con pena, con tristeza. Creo que Nina no ha sido del todo sincera conmigo y me está ocultando algo que April sí sabe. Ambas me lo están ocultando, diría que hasta Brody lo sabe, ¿qué no me ha contado Nina? Decido no darle vueltas al tema, ahora parece que estamos bien y no quiero estropearlo, solo espero que sea lo que me está ocultando me lo acabe contando cuando sienta que es el momento.

Las dos hora siguiente que nos quedan hasta la casa de Brody las pasamos cantando y jugando a las cartas, tras una hora en carretera debemos de parar porque Evan es ahora quien tiene que ir al baño y aprovechamos para cambiar de conductor, es mi amigo quien le toca conducir hasta la casa. Nina y yo volvemos a estar solos en el sillón, ahora es ella quien está acostada sobre mis piernas, con los ojos cerrados, pero sé que no está durmiendo, su respiración no es tan calmada cómo si lo estuviera. Yo me permito observarla, disfrutar de su precioso rostro lleno de pecas, su piel blanca y sus mofletes rosados, es tan preciosa que si supiera dibujar cómo ella lo hace la dibujaría todas las veces que se me presentara la oportunidad. Su piel es tan delicada que la miraría a todas horas sin importarme nada.

Al Jodido Fin Del Mundo {BORRADOR}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora