Llegada la tarde del domingo, cuando ya todos habían recuperado sus horas necesarias de sueño, tuvo lugar el debate, contar la verdad o no, tres "Sí", frente a dos "No", rotundos, sin embargo, y contra todo pronóstico, ganó la negativa. Dicen las malas lenguas, que alguien hizo uso de su poder, es decir, el poder de recalcar que ya que les estaban acogiendo en su casa deberían hacerles caso.
A uno la discusión le resultaba realmente indiferente y el otro decidió mudarse de casa en ese preciso momento, autoinvitádose a su próxima morada se quejó de que eso no era una democracia, razón no le faltaba, pero ya eran minoría.
Por esa razón, a Coral le pilló por sorpresa que el martes, luego del entreno, le asaltara el club de periodismo, bueno, los dos miembros que lo conformaban. Ese día no la esperaba nadie, Tere no quería dejar sola en su casa a Ada, quién sabe lo que podría ocurrir.
- Disculpa, somos Carmen e Iker, del periódico del instituto, te importaría si te entrevistamos.
«Actúa normal, actúa normal», se ordenó.
- Claro. ¿De qué quieren hablar? -hizo su máximo esfuerzo por reprimir una sonrisa.
- Primero las fotos, hemos de enseñar a la líder. Eso atraerá a más lectores -se dijeron entré sí.
- Mmm, ¿Así? -ya estaba posando sin que le dijeran nada.
Click.
- Sí, enséñanos tu yo más natural.
Dos fotos.
- ¿Qué tal estoy?
Tres fotos.
- Así, así. Qué porte.
- ¿De verdad? -cambió de postura-. No es para tanto...
Más fotos.
- Venga, ahora otras sentada.
- El sol de la tarde te dejará más guapa.
Y más.
- ¿Qué les parece una de espaldas? ¿Y así? ¿Muestro un lado tierno...?
Y más.
- Estás perfecta.
- Ahora una en la pista.
Aún más.
- ¡Sí! -dijo entusiasmada.
La pregunta era... ¿Realmente eran necesarias tantas fotos? Puede ser, soy narrador no periodista, pero cabe la posibilidad que todos se hayan dejado llevar por la emoción.
Cuando acabaron con la inesperada e intensa sesión de fotos, Coral se sentó al lado de la pareja, en las gradas, con una pierna recogida en horizontal, y la otra totalmente estirada, se sujetaba el pie derecho con las manos, y su cara tenía una sincera sonrisa.
- Y... si se puede saber, ¿por qué la entrevista? ¿Ser la más rápida en la carrera de velocidad de 60 metros? ¿O la resistente en medio fondo? ¿Quizás el mes pasado cuando hice un tubo perfecto en la playa? ¿El conseguir que quitasen del menú del comedor aquél plato que olía a pedo mezclado con ajo?
- ¿Qué? No, no -se sorprendió el chico.
- Entonces, ¿el fomentar a las niñas pequeñas que hagan más deporte? -dijo algo extrañada.
- No, ¿ya lo sabes? Es por esto -le enseñaron un recorte del periódico local: "Adolescentes y un hallazgo macabro".
- ¿Qué? -se espantó.
- Lo sé, el título no tiene chispa y eso de hallazgo macabro está muy usado... -se quejó en petit comité uno de ellos.
- ¡No digas eso!, se considera com-pe-ten-ci-a des-le-al –le corrigió el otro.
ESTÁS LEYENDO
Tu entropía: Expedientes anónimos || Terminada
Teen FictionCoral es una estudiante de bachillerato que siempre se ha creído el discurso interno de tener que agradar a los demás, pero, por azares del destino, su lección llega en forma de chico, Yuusuke, guapo y encantador, o eso cree ella. Dentro de su peque...