15. Traición

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El sol de julio sin duda era picón, y el reflejo contra la arena negra solo le hacía quemar más, por lo que Joel se vio obligado a hacer un segundo campo con el pie en la parte húmeda, dónde aún llegaba alguna que otra ola.

Chicos contra chicas, dos contra dos. El resultado anterior había sido anulado por condiciones adversas, además, una de las contrincantes no hacía más que quejarse porqué, según ella, el abuso de crema de su compañera les hacía ir perdiendo.

Yuusuke prefería disfrutar del partido desde la toalla, con agua bien fresca de la nevera al lado y bajo la sombra del paraguas.

- Coger la guagua una hora para llegar no ha estado tan mal, eh -la lata de refresco que Coral le pasó por la nuca le hizo estremecer.

- Gracias por recordarme que mañana me tengo que levantar a las 6 para hacer mucho ruido -se secó con su toalla.

- No seas quejica, no es para tanto.

Sacudió su toalla para sentarse al lado, él solo la miró. La planta del pie era notablemente más rosada y blanca que su piel.

- ¿Te van los pies? No me mires así, pervertido -fingió vergüenza, se tapó con las manos todo lo que pudo.

- Ahg -resopló. Y tiró de la mejilla de la chica, aunque con la fuerza mínima que no frenó las carcajadas de ella-. Se ha alargado, la recuperación digo.

- No le había dicho a nadie... -la sorpresa era clara.

- Es evidente.

Las entretenidas clases de surf que les había prometido duraron menos de lo que había prometido, de los entrenamientos semanales del club volvía directa a darse una ducha casi helada y ni siquiera salía a correr por gusto como hacía antes.

- Es soportable, estaré bien para la competición en dos meses. Caminar sobre la arena ayuda.

- ¿Por eso los demás sufrimos la tortura de la arena pegajosa día sí día también?

- Solo venimos cuatro veces en semana, y te recuerdo que la semana pasada con el caso casi no tocamos el agua. Y cuando la Palma, con lo de la supuesta aparición mariana, solo fuimos a charcos.

''Aún mejor, moho", pensó Yuusuke.

Pero debía admitirlo, el viaje, como polizón, en un maletero en el barco, por que sin DNI seguía siendo un fantasma, descubrir parte de otro archipiélago diferente al suyo y explicarle a todos que todo era su psique y fenómenos físicos y no un fantasma real, le había gustado, creía empezar a disfrutar.

Sentía cierta satisfacción al enseñar a los demás. Aun así su sentimiento mayoritario desde entonces, era el temor, discreto e inaudible. Desconocía sí la advocación era un suceso "real" o debido a su presencia, pero sabía que si era por su culpa, el llegar tan lejos no significaba nada bueno, el futuro afectaba al pasado y eso se escapaba de sus predicciones.

- ¿Te das cuenta? Es cómo un capítulo de playa, solo nos falta el festival con fuegos artificiales.

No sería difícil, al fin y al cabo vivía en el pueblo con más fiestas de todo el país.

- No hay porqué seguir un esquema. Esto no es una comedia romántica.

- Ya, ni que lo digas, con ese carácter... Todo apuntaba a ello al principio, azul, sin amigos, solo... características de protagonista -Coral repasaba mentalmente la lista de animes con dichas características-. Yo sería tu chica rosa si me hubiera puesto en serio.

- Más quisieras -le dijo con una sonrisa retadora.

- ¿Porqué? ¿Te gustan los chicos? ¿Es como un bl? Por que los amo, espera que llamo a Teresa.

Tu entropía: Expedientes anónimos || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora