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El avión aterrizó suavemente en el aeropuerto de Barcelona-El Prat. Olivia miró por la ventana, observando la ciudad que se extendía más allá del horizonte. Estaba emocionada pero también nerviosa por todo lo que significaba mudarse a un nuevo lugar. Su padre había aceptado un trabajo en Barcelona, y la familia se había trasladado desde su pequeña ciudad en el norte de España.

Al salir del avión, Olivia respiró hondo, absorbiendo el aire cálido y salado de la ciudad costera. Su madre, Carmen, y su padre, Javier, la guiaron a través del bullicioso aeropuerto, cargados con maletas y mochilas.

"¿Estás lista para la aventura?" le preguntó su madre, sonriendo con entusiasmo.

"Sí, aunque estoy un poco nerviosa," admitió Olivia. "Es todo tan nuevo."

"Lo sé, cariño, pero vas a ver que te adaptarás rápido. Barcelona es una ciudad maravillosa," dijo su padre, dándole un suave apretón en el hombro.

El viaje en taxi desde el aeropuerto hasta su nuevo hogar en el barrio de Gràcia fue una experiencia reveladora para Olivia. Las calles vibraban con vida, los edificios antiguos se alternaban con modernas construcciones, y la gente se movía con una energía contagiosa. Cuando llegaron a su nuevo apartamento, Olivia quedó impresionada por la belleza del edificio. Tenía una fachada modernista, con balcones de hierro forjado y grandes ventanales.

Subieron las escaleras hasta el tercer piso y entraron en el apartamento, que aún olía a pintura fresca. Las habitaciones eran amplias y luminosas, con techos altos y suelos de mosaico. Olivia se dirigió directamente a su nueva habitación, que tenía un gran ventanal con vista a una calle animada. Dejó caer sus maletas y se sentó en la cama, contemplando su nuevo entorno.

"¿Te gusta?" preguntó su madre, asomándose por la puerta.

"Me encanta," respondió Olivia, sonriendo. "Es todo lo que esperaba."

Mientras desempacaban y organizaban el apartamento, Olivia escuchó un ligero golpe en la puerta. Su padre abrió y se encontró con una chica de su edad, con una sonrisa radiante y una actitud amistosa.

"Hola, soy Carla, vivo en el piso de al lado. Quería darles la bienvenida al vecindario," dijo la chica, extendiendo la mano.

"¡Hola, Carla! Soy Olivia. Gracias por venir a saludarnos," respondió Olivia, aceptando el apretón de manos.

"Encantada de conocerte, Olivia. Si necesitas ayuda con las cajas o tienes alguna pregunta sobre el barrio, no dudes en llamarme. Mis padres y yo vivimos aquí desde siempre, así que conocemos bien la zona."

"Eso suena genial, Carla. Gracias por la oferta," dijo Olivia, sintiéndose aliviada por la amabilidad de su nueva vecina.

Durante las siguientes horas, Carla ayudó a Olivia y a su familia a instalarse. Conversaron sobre la ciudad, la escuela y los mejores lugares para visitar. Olivia estaba encantada de tener una amiga tan pronto, y pronto se dio cuenta de que Carla era una de esas personas que iluminaban cualquier habitación con su presencia.

"Por cierto, Olivia, este sábado es mi cumpleaños y voy a hacer una fiesta en casa de mi tía en Montjuïc. Me encantaría que vinieras. Habrá amigos, familiares, y mucha comida," dijo Carla con entusiasmo.

"¡Me encantaría ir!" respondió Olivia, sonriendo. "Será una gran oportunidad para conocer a más personas."

El sábado por la tarde, Olivia se preparó cuidadosamente para la fiesta. Se puso su vestido favorito, uno que le recordaba las olas del mar, y recogió su pelo en una coleta alta. Estaba nerviosa, pero también emocionada por la oportunidad de socializar y hacer nuevos amigos.

Cuando llegó a la casa de la tía de Carla en Montjuïc, quedó impresionada. Era una casa hermosa, con una gran terraza que ofrecía una vista espectacular de la ciudad. La música y las risas llenaban el aire, y Olivia se sintió inmediatamente acogida. Carla la llevó por la casa, presentándole a sus amigos y familiares.

"¡Olivia, ven! Quiero presentarte a alguien," dijo Carla, llevándola hacia un grupo de chicos que estaban conversando y riendo cerca de la piscina.

"Este es Lamine, mi primo. Lamine, esta es Olivia, mi nueva vecina y amiga."

Lamine, un chico alto y delgado con una sonrisa radiante, extendió la mano. "Encantado de conocerte, Olivia."

"El gusto es mío," respondió Olivia, sintiendo un ligero rubor en sus mejillas.

Lamine Yamal, aunque joven, ya era conocido en el mundo del fútbol. Jugaba en las divisiones inferiores del FC Barcelona y su talento prometía un futuro brillante. Sin embargo, en ese momento, para Olivia, solo era un chico amable que la hacía sentir cómoda en una fiesta llena de desconocidos.

Durante la fiesta, Olivia y Lamine comenzaron a conversar más y más. Hablaron de sus intereses, de la escuela y de la vida en Barcelona. Lamine le contó sobre su pasión por el fútbol y cómo soñaba con jugar en el primer equipo del Barça algún día. Olivia, a su vez, le habló de su amor por el arte y de cómo la ciudad la inspiraba cada día.

"¿Te gusta el fútbol?" preguntó Lamine, curioso.

"Me encanta," respondió Olivia con una sonrisa. "Siempre he sido fan del Barça, y mudarme aquí ha sido un sueño hecho realidad."

"Entonces tienes que venir a ver uno de mis partidos," dijo Lamine, sus ojos brillando con entusiasmo. "Te prometo que te encantará."

"¡Eso suena genial! Me encantaría ir," respondió Olivia, sintiendo una conexión especial con Lamine.

Antes de que se dieran cuenta, la fiesta estaba llegando a su fin. Carla, notando la conexión entre Olivia y Lamine, decidió intervenir de manera sutil.

"Olivia, Lamine, ¿quieren que les muestre el jardín trasero? Es un lugar encantador para dar un paseo," sugirió Carla, sonriendo.

"¡Claro!" respondieron ambos al unísono, riendo ante la coincidencia.

Mientras caminaban por el jardín iluminado por luces suaves, Olivia y Lamine continuaron su conversación. Descubrieron que compartían muchos intereses, desde la música hasta los viajes.

"Barcelona es una ciudad increíble para el arte. Hay tantas galerías y museos por descubrir," dijo Lamine, mirando a Olivia con interés.

"Sí, estoy muy emocionada por explorar todo eso. De hecho, voy a estudiar Bachillerato Artístico," respondió Olivia, con orgullo en su voz.

"¡Eso es fantástico! Estoy seguro de que te irá muy bien. Quizás puedas enseñarme un poco sobre el arte," dijo Lamine, sonriendo.

"Me encantaría. Y yo podría aprender más sobre el fútbol contigo," respondió Olivia, sintiendo que había encontrado a alguien con quien podría compartir sus pasiones.

Al final de la noche, mientras Olivia se preparaba para irse, Lamine se ofreció a acompañarla a casa. Caminando por las tranquilas calles de Montjuïc, ambos se dieron cuenta de que habían hecho una conexión especial.

"Gracias por venir a la fiesta, Olivia. Me alegro mucho de haberte conocido," dijo Lamine, con sinceridad en su voz.

"Yo también, Lamine. Ha sido una noche increíble," respondió Olivia, sonriendo.

Cuando llegaron a la puerta del apartamento de Olivia, se despidieron con un cálido abrazo. Olivia entró en su casa sintiéndose más feliz y emocionada de lo que había estado en mucho tiempo. Sabía que había encontrado a alguien especial en Lamine, y estaba ansiosa por ver lo que el futuro les depararía.

Esa noche, mientras se preparaba para dormir, Olivia no podía dejar de pensar en la maravillosa bienvenida que había recibido en Barcelona. Había encontrado una amiga en Carla y un potencial algo más en Lamine. Por primera vez desde que se había mudado, se sintió verdaderamente optimista sobre su nueva vida.

Cerrando los ojos, Olivia se permitió soñar con todas las aventuras y experiencias que la esperaban en esta vibrante y emocionante ciudad. Sabía que no sería fácil, pero también sabía que estaba lista para enfrentar cualquier desafío con la ayuda de sus nuevos amigos.

Primer capítulo espero que os guste, vos estimee

ARTE Y GOL//LAMINE YAMALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora