Después de regresar del partido de Lamine, me sentía más conectada con él. Su dedicación y talento en el fútbol me impresionaron, y la forma en que me había incluido en su mundo me hizo sentir especial. Me desperté al día siguiente con una sensación de emoción por lo que nos esperaba. Hoy iba a ver de cerca cómo era un día en la vida de Lamine como futbolista.

Llegué al instituto y me encontré con Carla en la entrada. Ella estaba tan emocionada como yo por el partido de Lamine del día anterior y por mi cita con él después de clases.

"¡Olivia! ¿Estás lista para tu gran día?" preguntó Carla con una sonrisa traviesa.

"¡Sí! No puedo esperar para ver cómo es su entrenamiento y pasar más tiempo con él," respondí, sonriendo.

Entramos al instituto y nos dirigimos a nuestras clases. El día pasó rápidamente, y antes de darme cuenta, estaba saliendo de la última clase de arte. Recogí mis cosas y me dirigí a la salida, donde Lamine me estaba esperando.

"Hola, Olivia. ¿Lista para nuestra apuesta?" dijo Lamine con una sonrisa encantadora.

"Lista. Vamos," respondí, sintiéndome un poco nerviosa pero emocionada.

Nos dirigimos al campo de entrenamiento del Barça. Era un lugar impresionante, con instalaciones modernas y jugadores de todas las edades entrenando intensamente. Lamine me llevó a la sala de entrenamiento y me presentó a su entrenador y a algunos de sus compañeros de equipo. Me sentí bienvenida y curiosa por ver cómo sería el entrenamiento.

Lamine comenzó su sesión con algunos ejercicios de calentamiento. Observé con asombro la disciplina y la concentración que ponía en cada movimiento. Era evidente que el fútbol no era solo un juego para él, sino una verdadera pasión. Después del calentamiento, se unió a sus compañeros para una serie de ejercicios tácticos y de habilidades. Cada pase, cada tiro y cada movimiento estaban cuidadosamente calculados y ejecutados con precisión.

Mientras observaba, me di cuenta de cuánto esfuerzo y dedicación se necesita para llegar al nivel en el que estaba Lamine. Sentí una profunda admiración por su compromiso y su amor por el deporte.

Después del entrenamiento, Lamine se acercó a mí, sudoroso pero con una sonrisa satisfecha en el rostro.

"¿Qué te ha parecido?" preguntó, limpiándose el sudor de la frente.

"Es impresionante, Lamine. No tenía idea de cuánto trabajo y dedicación se necesita. Realmente eres increíble," respondí con sinceridad.

"Gracias, Olivia. Me alegra que hayas podido ver un poco de mi mundo," dijo, sonriendo. "Ahora, como gané nuestra apuesta, hay algo que quiero que hagas."

"Está bien, ¿qué tienes en mente?" pregunté, sintiéndome intrigada.

Lamine sonrió y sacó un pequeño sobre de su mochila. Me lo entregó y me miró expectante.

"Abre esto cuando llegues a casa. Te dará las instrucciones," dijo, con un brillo travieso en sus ojos.

"Está bien, lo haré," respondí, curiosa por lo que habría dentro.

Después del entrenamiento, Lamine y yo fuimos a cenar a un pequeño restaurante cercano. La comida era deliciosa y la conversación fluida. Hablamos sobre nuestras familias, nuestros sueños y nuestras pasiones. Me sentí más conectada con él que nunca, y cada vez más cómoda en su presencia.

Al final de la noche, Lamine me acompañó a casa. Nos despedimos con un abrazo, y mientras subía las escaleras hacia mi apartamento, no podía dejar de pensar en lo que había dentro del sobre.

Cuando llegué a mi habitación, abrí el sobre con cuidado. Dentro había una pequeña nota escrita a mano por Lamine:

"Olivia, como gané nuestra apuesta, quiero que me acompañes a un lugar especial mañana. Nos encontraremos en el Parque Güell a las 5 pm. Confío en que te gustará. Lamine."

ARTE Y GOL//LAMINE YAMALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora