¿Por qué el amor debía ser tan dolorosamente hermoso? En los libros que solía leer todo es tan bonito, su conexión, su química y sobre todo su primer beso, a veces como lectora anhelaba tener a alguien con quien compartir eso… Pero creo que es solo una tonta fantasía de una chica solitaria.
A veces me siento rara por no poder ser más extrovertida y abierta, salir con chicos o ir a fiestas para contar miles de anécdotas por eso yo me quedo fuera de lugar entre Megan y Natasha.
Con Mike, esa vez sentí que por primera vez pude conectar con alguien, pude hablar de mi Tay sin sentirme juzgada por el simple hecho de que me gusta Taylor Swift, pero lo que me tenía aún dando vueltas es… ¿Por qué no dejaba de verlo? Solo habíamos escuchado música y eso fue todo.
¿Mirarte a los labios? ¿Qué le hayas susurrado al oído aún cuando ni siquiera son amigos? Eso dice mucho, ¿no?
No me puede gustar Mike, no de esa manera porque ya no quiero salir lastimada, ya no quiero sufrir por amor, no, no. No quiero y no lo puedo permitir.
“¿Pero no quieres sentir las canciones bonitas de Tay?”
La voz de mi hermana hace eco en mis pensamientos, si quisiera pero no puedo permitir que sea con él, ¿qué tal si no le llegó a gustar? ¿Qué tal si no soy lo suficiente para él?
Me frotó mis manos sobre mis ojos para despertarme por completo ya que hace unos minutos mi padre no paraba de gritar qué nos fuéramos a almorzar con la abuela de Mike, espero que no esté ahí y me permite pensar más de que no quiero que mi corazón salga lastimado de nuevo.
Mientras camino el pequeño pasillo qué hay para llegar a la casa de Mabel, mi corazón late con mucha fuerza y mis manos tiemblan, paso saliva una y otra vez intentando calmar la ansiedad qué me corre por mi cuerpo y cuando tomó la chapa para girarla cierro los ojos deseando con mucha fuerza que no se encuentre ahí pero si está y almuerza mientras platica con mi padre.
—Buenos días —saludo con timidez mientras me siento y el único lugar disponible es al lado de Mike.
—Buenos días —respondió Mabel con una sonrisa.
Me levante a servirme un poco pero con Mike aquí y mi nerviosismo no me da mucha hambre, así que me sirvo lo que voy a comer y veo como Natasha y Megan están juntas riéndose, yo las miro con una cara de desagrado mientras le doy una cucharada a mi comida.
Siento un codazo sobre mis costillas, cuando volteo veo a Mike y hace la misma cara que hice yo y eso me hace reír, se ve tan tierno haciendo pucheros.
No, no, no, no…
—Están locas, ¿no? —preguntó Mike y eso me hace reír qué hasta escupo un poco de la comida.
Mike ríe mientras mira a Natasha y a Megan y ahora somos nosotros los que nos estamos riendo y ellas están serias, le pagamos con la misma moneda.
Cuando yo era la última en terminar de comer, me levanto y me llevo la sorpresa de que Mike es quien está lavando los platos y nada más le faltaba un vaso para terminar, ¿por qué no terminé antes?
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Todo el cielo y el infierno que me diste ©
Teen FictionPaige, una chica que se muda con su padre para distraerse de todo. Allí se tiene que enfrentar a nuevas oportunidades, nuevas expectativas, nuevos retos y sobre todo nuevas ilusiones en donde ahí conoce a un chico que le puso su mundo patas para arr...