Cuando almorzamos, mi padre plática con Natasha el porqué Megan y ella son tan unidas y yo porque me la paso con Mike, me cuesta pensar en una excusa porque si respondo: «Oh, claro papá. Bueno, es que me gusta y me entiendo mejor con él» no sería tan buena idea porque ni yo lo quisiera aceptar. Suelto una risa mientras recuerdo momentos con Mike y todas las miradas se fijan en mí, mi padre me mira como si quisiera averiguar algo, Zara solo se queda callada, Annie está jugando y Natasha está mirándome mal.
—¿De que te ríes Paige? —preguntó mi padre tomando de su jugo y niego.
—De nada papá.
—Creo que está enamorada —confiesa Zara y la miro muy seria.
—¡¿Qué?! No estoy enamorada —grité exaltada—. Solamente me acordé de un diálogo de una película.
Todas las miradas están fijas en mí y me pongo nerviosa de que descubran mi mentira y más que nada… odio que me vean tanto.
Se quedan callados y cambian de tema, suelto un suspiro de alivio porque temo que descubran que me gusta alguien y ese alguien resulte ser Mike.
—¿Y…? ¿Cómo terminaron siendo amigas de Megan? —pregunta Zara rompiendo el tan increíble pero a la vez incómodo silencio.
—Pues… —Natasha me mira de reojo y después dirige su vista hacia Zara—. Pues, ella y yo nos entendemos perfectamente, hablamos bien y vemos películas.
Mi padre me mira a mí y eso me hace fruncir el entrecejo, ¿y ahora yo qué?
—¿Y tú Paige?
«Me entiendo mejor con su hermano»
—Pues me cae bien —digo encogiéndome de hombros restándole importancia.
Todos se me quedaron viendo, de nuevo, mi padre y Zara no me creen del todo, Annie y Natasha saben que me llevo mejor con Mike. Incluso algunas veces Annie dice «Son novios» pero tampoco pasa más allá de eso porque Mike la persigue.
Acabo de comer y cuando recojo mi plato, escucho como Zara se queja de que Natasha y yo somos muy malcriadas y que no hacemos nada y eso en cierta parte me enoja, porque no era verdad pero como mi padre es el títere de Zara, todo le cree a ella.
A veces pienso el porque me mudé aquí, claro, conocer a Mike ha sido suerte mía, al menos tengo algo con que compartir un poco de mi vida pero de ahí, solamente es mi padre echándome la culpa de todo, Zara de su cómplice y Natasha, ella si se defiende pero yo bajo la mirada y me quedo callada.
Me acuesto sobre mi cama y me pongo los audífonos, nadie está para molestarme y solo quiero ser yo y mis pensamientos, pero creo que entre más quiera estar sola más molestan porque escucho como Natasha me habla y se que es a mí porque aunque no escuché nada, me está mirando.
Leo en sus labios un claro: «¿Quieres ir con Megan?»
Hago una mueca y asiento. Me quitó los audífonos y corro detrás de ella. Cuando llegamos, la casa de Mabel está fría y desde este punto puedo ver cómo Megan está viendo una película en su celular con una niña un poco más pequeña que Annie.
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Todo el cielo y el infierno que me diste ©
Teen FictionPaige, una chica que se muda con su padre para distraerse de todo. Allí se tiene que enfrentar a nuevas oportunidades, nuevas expectativas, nuevos retos y sobre todo nuevas ilusiones en donde ahí conoce a un chico que le puso su mundo patas para arr...