CAPÍTULO QUINCE

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—¿Hoy van a ir con Megan? —pregunta mi padre mirándonos a Natasha y a mí

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—¿Hoy van a ir con Megan? —pregunta mi padre mirándonos a Natasha y a mí.

—No lo sé —respondo masticando un poco de mi comida, Natasha me pega en mi pie por debajo de la mesa—. ¡Auch!

Mi padre no dijo nada, ni si iremos a la casa de Mabel para estar con Megan, yo voy a estar con Mike si él me lo permite porque he notado que es muy reservado y tímido, no le habla a cualquiera y no con cualquiera se ríe, espero no ser una persona que le cause molestias, porque de verdad me gusta estar con él.

Pero también he notado que no soy muy disimulada cuando trato de esconder mis sentimientos hacia él. Cuando le acaricio el cabello, cuando él me abrazo,  midió nuestras manos, cuando nos tomamos una foto, cuando lo vi ejercitarse, cuando lo vi viendo la película, esos eran pequeños detalles que lo hacían tan grandes, porque a mí no me gusta tener contacto físico con nadie, ni con Natasha que es mi hermana mayor la he dejado hacer todas esas cosas. No se que me pasa.

Cuando acabe de comer, voy hacia mi habitación y me acuesto sobre mi cama, juego con mi lengua sobre mi boca, porque no se que más hacer y el libro que estoy leyendo no me engancha para nada.

Decido encender el televisor y pongo la película de mi Tay «Folklore: sesiones en long pond studio» la voz de Taylor me causa escalofríos y cada vez que canta Exile con Bon Iver me dan ganas de llorar, no se porque si nunca he tenido problemas con una persona de cosas no resueltas en nuestra relación, es más ni siquiera he tenido novio.

—¿Qué haces? —Natasha entra a la habitación y echa un vistazo a lo que estoy viendo en el televisor—. Otra vez viendo ese documental.

—Sabes que es mi álbum favorito —respondí encogiéndome de hombros.

Natasha suspira y pregunta:

—¿Quieres ir con Mike? Pero corres el riesgo de que no esté en casa.

Asiento, me levanto de la cama y camino junto a ella en dirección hacia la casa de Mabel. Cuando la puerta está entreabierta escucho como Megan grita y me asusto dejando que la puerta se abra por completo,  cuando pensé que era algo malo vi a Megan riéndose y a Mike con sus manos sobre su estómago, estaba haciéndole cosquillas.

—¡Ya basta Mike! Está bien, ya no te diré así, pero ya para —confesó Megan jadeando e inhala y exhala tratando de recuperar el aliento.

Natasha no hace nada, solo se queda viéndolos jugar, pero yo no, yo tomo el impulso de darle una palmada sobre su cabeza y salir corriendo, Mike me persigue y corro como si estuviéramos jugando como niños pequeños.

Estoy parada sobre el pasillo, me agachó y pongo mis manos sobre mis rodillas tomando bocanadas de aire intentando recuperar mi respiración.

Él pasa y me devuelve la palmada, ahora soy yo quien lo persigue.

Corre hacia la habitación de Mabel, que está completamente oscura. Se acuesta en medio de la cama, me subo sobre su regazo y seguimos jugando, forcejeamos un poco causando que haga pequeños movimientos sobre su regazo, frotándome contra él y él no parece quitarme y me gusta está sensación, pero el momento termina tan rápido como comenzó porque una vez que me perdí en esa sensación, se escapó de mí.

Todo el cielo y el infierno que me diste ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora