«Hoy es el día de las madres» lo que significa que tendré que volver a hablar con mi madre después de meses que no tengo contacto con ella, no es que no quisiera, sino simplemente que no sabría que decirle en ese momento.
«Mamá, ¿qué crees? Me enamoré y mi padre resultó ser un poco imbécil tanto como tú dijiste»
Pero definitivamente no le diría eso, no se que le podría decir y eso me tiene dando vueltas a mi cabeza.
Cuando me levanto, le doy los buenos días a mi padre y a Zara, no quisiera pero a la vez me siento con la obligación de darle su abrazo, aunque le tenga cierto rencor, eso no evita que ella sea una madre. Natasha me mira y se lo que significa, tendremos que hablarle a mamá.
Cuando estamos almorzando, me permito pensar y hacer que esto se vea lo mejor posible para darle un buen día a Zara, aunque no sea mi madre. Solamente porque queremos demostrar que no somos las niñas “malcriadas” que dice ser.
—¿Si van a ir a la fiesta del día de las madres? —pregunta Zara con mucho entusiasmo, Natasha y yo asentimos.
—Si.
—Bueno —dijo en un tono audible, casi para si misma para después pasar un bocado de su comida a la boca.
Cuando acabamos de almorzar y que hayamos dejado la casa limpia por completo, me voy hacia la habitación y mi hermana sostiene el teléfono hacia mi dirección poniéndolo en alta voz.
—Hola —la voz de mi madre se escucha y yo suelto un suspiro conmovida.
—Hola mamá, Paige quiere decirte algo.
Natasha me pasa el teléfono para que hable con ella pero lo último que necesito es crear un desastre con mi madre, porque sé cómo es.
—Hola mamá —digo un poco cortante porque no se que decir.
—Paige…
—Feliz día de las madres —confieso un poco feliz, para sacar un tema de conversación.
—¿Qué tienes que decirme Paige? —pregunta autoritaria y por su voz, parece que tiene prisa.
Esas es una de las razones por las cuales no confío en contarle las cosas a la gente, mi madre desde que era pequeña siempre me ha hecho sentir mal, no le puedo contar nada de un chico porque luego, luego saca su mismo dilema de siempre
«Los hombres son unos imbéciles y si te rechazan, no llores. Existen más hombres»
—Nada, solamente quería felicitarte por tu día, mamá.
La escucho suspirar.
—Gracias, bueno. Adiós, te quiero.
Aprieto mis ojos y mis labios,
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Todo el cielo y el infierno que me diste ©
Teen FictionPaige, una chica que se muda con su padre para distraerse de todo. Allí se tiene que enfrentar a nuevas oportunidades, nuevas expectativas, nuevos retos y sobre todo nuevas ilusiones en donde ahí conoce a un chico que le puso su mundo patas para arr...