Escuché o más bien, no escuché el sonido del tic tac del reloj y supe que ella se había levantado ¿Debería haberme quedado acostada al lado de mi prometido? Probablemente. Pero esa la cuestión con Avery, cuándo ella está cerca yo no puedo permanecer mucho tiempo lejos de ella.
—Hola —le digo apareciendo desde las sombras y se sobresalta un poco.
—Hoaa —me dice intentando hablar con el helado derritiéndose en su boca— ¿Hice mucho ruido?
—Diría que más bien fue la falta ruido —señalo el reloj en la pared y veo las pilas al lado de ella.
—Siempre odié ese reloj y su tic tac ¿Quién tiene aún una reliquia como esa? Mis padres, por eso también se quedaron con la abuela —Me río. su abuela no era su favorita, ni viceversa y más luego después de que ella saliera siendo abiertamente vegana. Le decía así, confundiéndose siempre con lesbiana—. Olvidé mis tapones y me estaba volviendo loca ¿Quieres? —Su abuela falleció el año pasado y claro que ella no vino al velorio, ni al entierro.
Asiento y está por sacar una cuchara, pero tomo la que tiene en la mano y con la que estuvo comiendo para comer el helado. En cuanto la cuchara toca mi boca ella se me queda viendo, traga y aparta la mirada, el gesto dura unos milisegundos, los suficientes para ver o saber que ella también siente esta tensión que siempre ha habido entre nosotras. Hasta que habla y ese momento que pareció envolvernos, se esfuma.
—Entonces se casan en tres semanas.
—¿Qué?
—Tú y mi hermano. Se casan —señala su dedo anular y solo ahí entiendo a lo que se refiere— en tres —me muestra tres dedos— semanas.
—Sí, claro, la boda. ¿Tú cómo estás? cómo llevas lo del divorcio —su cuerpo se tensa—. Si no quieres hablar sobre eso, no voy a presionarte. Mejor cuántame sobre la librería que te has puesto, que por lo que tu mamá me dijo está teniendo buena recepción y sobre el libro que estás escribiendo.
—La librería va bien, el libro no tanto. Tengo un bloqueo, por eso me decidí tomarme este tiempo y tratar de desbloquearme, eso y que mi editor no deja de presionarme y esta es la excusa perfecta para desobligarme un poco y conseguir tiempo —me mira con una sonrisa pícara y se la devuelvo. Suspira y aparta la mirada para hacer la pregunta —¿No te da intriga saber quién era mi misteriosa esposa? —intriga, no, envidia, sí.
—No me incumbe, y supongo que si ni siquiera nos hablaste sobre ella, la presentaste o nos invitaste al casamiento, fue por algo.
—Sí, fue y es por algo. Y tenías razón, no me apetece hablar sobre eso —deja el pote en la mesada y toma leche del pico de la botella—. Mi madre odia que haga esto, así que no le digas —sí, aún recuerdo que lo odia, y aún lo sigue haciendo, supongo que la chica de la que me enamoré sigue por ahí en algún lado de esta adulta—. Me sorprendió que él me llamara y me pidiera ser su dama de honor.
—A mí también —no contaba con eso, la última vez que ellos se hablaron fue hace tiempo y desde entonces habían estado tan distanciados que ni siquiera se encontraban cuándo ella venía a ver a sus padres—. Supongo que es una buena oportunidad para hacer las paces. Seguro que ni siquiera recuerdan el motivo por el cuál se pelearon —ella me regala una media sonrisa y sus ojos brillan, claro que recuerda el motivo. Pero él nunca me lo dijo y parece que ella tampoco me lo dirá—. Tal vez es el momento para dejar el pasado atrás.
—Bueno —su gesto es indescifrable para mí, se apoya con las dos manos en la mesada y agacha la cabeza—. Creo que mejor voy a acostarme, mañana va a ser un día largo. Descansa —se acerca besando mi mejilla, cierro los ojos al sentir su calor y su perfume cerca, cuándo los abro ella me está mirando—, guarda eso en el freezer cuando termines.
—Claro —la veo y trago grueso.
Ella se marcha estirándose a su habitación, y yo termino de soltar el aire contenido, miro la cuchara y el pote de helado, guardo y limpio todo. Solo quería estar con ella a solas un rato, ni siquiera me gusta comer algo dulce en la noche, al voltear me encuentro con Yavery parado a mi lado y pego un saltito asustada.
—¿Qué haces levantada?
—Nada, solo vine por un vaso de agua —guardo la cuchara y él la mira, pero no pregunta.
Se acerca y me besa, mete su lengua en mi boca, y baja a besos por el cuello apretando mis nalgas y cuerpo contra el mueble de la cocina, su repentino ataque me toma desprevenida y siento su zona baja contra mi cuerpo, empezando a tornarse rígida, él toma mi mano y la lleva hasta su intimidad, pero la saco de golpe y me separo de él.
—Aquí no, es la casa de tus padres —Suspira y ese algo en sus pantalones se nota abultado, y más porque esta hecho de una tela liviana y holgada para dormir.
—Lo sé, perdón. Ve a acostarte voy en un momento.
Se mete al baño cerca de la cocina y me da pena dejarlo en ese estado, pero no puedo coger en la casa de sus padres, y menos con sus padres durmiendo en la habitación de al lado y su hermana en la de enfrente. Me voy a acostar y luego de un momento siento el colchón hundirse atrás de mí, es él, su perfume lo delata, su respiración pesada, su barba en mi cuello, sus manos grandes y asperas. Ya no tiene el bulto rígido cuándo me pega a su cadera abrazándome por la espalda.
—Te amo Skylar —me susurra— ¿Sigues despierta? —no respondo— Me casaré con mi mejor amiga —habla para si mismo—, soy el tipo más afortunado del planeta.
Se acomoda mejor y me abraza por la espalda, besa mi cuello, cierro los ojos inténtando permanecer calmada. Hasta antes de hoy, de ella aquí, podía responderle los te amo, y ahora finjo dormir para no hacerlo. Definitivamente esto será cualquier cosa, menos algo sencillo.
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Quiero robarme a la novia
RomanceElla era mi crush, volvió al pueblo y yo voy a casarme con su gemelo. Avery y Yavery Sinclaire son los gemelos del pueblo, él era el popular en busca de aprobación y ella era la rara apática que no le interesaba la aprobación de nadie. Ella ha...