8 La segunda dama de honor

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Nathalie Kincaid llega a la ciudad, vamos a buscarla al aeropuerto, ella es una abogada ocupada y se ha tomado vacaciones, para ayudarme con mi boda, porque aparte de buena abogada, Nat es una controladora y resolutiva natural, por eso los novios le duran tanto como un suspiro y jamás llegamos a conocerlos, ni siquiera personalmente.

  La dejamos que se acomodara en casa de sus padres y quedamos encontrarnos con ella aquí.

   —Hola Sky —me abraza en cuánto llega a la pastelería donde estoy con los hermanos, probando los pasteles—. Avery.
  
   —Nathalie.

   Toma una silla a su lado y Avery se aparta un poco de ella, mientras Nat coloca su brazo casi invadiendo el espacio personal de su lado.

   —¿Puedes apartarte un poco? —la castaña le deja en claro que no la quiere cerca y ella se aparta—. Gracias. Este pastel es demasiado dulce.

   —A mí me gusta —dice su hermano.

   Desde que llegamos, ha sido entre ellos una pelea constante a uno le gusta algo y al otro le parece mal y viceversa. Avery suspira agotada y deja de opinar sobre pasteles.

   —Bueno tú sabés más sobre bodas —Yavery le coloca el dedo en la herida—, qué nos puedes decir.

   —No sé, más sobre bodas, mi casamiento fue en un lugar cutre de las vegas a las apuradas, oficiado por un imitador de Elvis, y nuestros testigos fueron 4 amigos borrachos que no conocíamos, porque queríamos irnos a coger casadas. Pero sé más sobre divorcios en eso si te puedo asesorar Sky —en cuánto él está por responder ella se levanta, toma su chamarra y sale.

   —¿Puedes dejar de ser un idiota con tu hermana? —le digo enojada y él Nat se miran sorprendidos por mi reacción—. Ya vengo —Salgo dejando a ambos ahí, para ir detrás de Avery—. Oye —me subo en cuánto ella está a punto de arrancar—, lamento lo de tu hermano.

   —Deja de disculparte por él, eso lejos de disculparlo confirma que es un imbécil —suspira y cierra los ojos—. Lo lamento, nos hemos pasado toda esta semana peleando entre nosotros, no sé porque me pidió ser su dama de honor, sino me quiere aquí. Debería irme.

   —Yo te quiero aquí —coloco una mano en su brazo—, aparte esto era la excusa para darte tiempo con tu editor, no puedes irte —ella me sonríe y niega con la cabeza—. Por favor no te vayas —ella apoya su codo en la orilla ventana tocando con dos dedos su sien y mira atra vez de la misma, para tomar mi mano.

   —Sky deberías volver adentro, él va a enojarse contigo por estar aquí.

   —Solo estamos hablando y eres mi cuñada —me suelta la mano.

   —Sí, lo soy —suspira y arranca la camioneta—. Ve con tu futuro esposo y tu amiga. Yo me iré a lo de Stella, si necesitas algo sabés dónde encontrarme, el internet no llega bien allí.

   —"Liberosis" —me mira y sonríe— del italiano, son las ganas de querer preocuparse menos por las cosas y no sobrepensar cada situación.

   Le regalo una última sonrisa, bajo de la camioneta y ella se marcha, entro y Yavery está en una llamada, Nat no me ha quitado los ojos de encima.

   —Avery Sinclaire, si que ha cambiado ¿Qué hay con ella?

   —¿Qué hay de qué? ¿Con su vida?

   A punto de agregar algo se acerca mi novio, cortando la llamada, se mete un pedazo de pastel en la boca y al terminar de tragar toma un gran vaso de agua.

   —La verdad que si es demasiado dulce —nos mira—. Me tengo que ir, decidan ustedes —se acerca a besarme—. Te veo en casa —mi amiga ni siquiera lo mira y apenas lo saluda despidiéndose de él, nunca le cayó muy bien que digamos.

   —Admito que me sorprendió la noticia y no porque sea extraño que te cases, sino porque es con él, que lo querías como un hermano prácticamente —toma su café— ¿Estás segura de esto?

   —Llevamos saliendo 2 años, somos mejores amigos desde los 17 años y casarse es el siguiente paso.

   —No seas evasiva, no es lo que pregunté —me mira fijo y aparto la mirada, Nat, siempre ha tenido la particularidad de su honestidad directa y su penetrante mirada que con facilidad me lee—. Sigues teniendo un crush con su hermana —volteo a verla rápidamente—, bueno al menos eres honesta en algo.

   —¿Cómo...?

   —Siempre se te ha chorreado la baba por Avery Sinclaire, desde que era una adolescente ñoña, rara y gordita ¿No te va a interesar ahora que ha vuelto, sexy y misteriosa?

   —Voy a casarme con su gemelo.

   —Aún estás a tiempo ¿Te sigue gustando si o no? —deja la taza en el plato con algo de fuerza. No respondo, solo miro los platos con las porciones a medio comer—. Skylar.

   —No me presiones, Nat.

   Es lo único que le digo y ella para de hacerme preguntas, porque una cosa es admitirme a mi misma que, Avery aún mueve algo en mí, y otra muy diferente es decirlo en voz alta, para hacerlo más real. No puedo sentir algo por la hermana gemela de mi novio, voy a casarme con él, ella desaparecerá como ya lo ha hecho antes y con suerte nos veremos de vez en cuándo para las fiestas o algún cumpleaños, eventualmente para algún funeral y tal vez en algún bautismo que quizás sea de mis futuros hijos.

   —Tengo que irme —mira su teléfono mandando un mensaje—, unas cosas que debo resolver lo antes posible.

   —¿Qué pastel te gustó más?

   —No sé, elige el favorito de Yavery. Bien nos vemos mañana.

   Y así fugaz como llegó se fue, y me quedé sola eligiendo sobre los pasteles y la boda, finalmente elijo uno que a mí me gusta, mousse de café, y mouse de frutilla como le gusta a Yavery.

   Llego a casa y él aún no llega, lavo la ropa limpio, tiendo la cama y estoy terminando de hacer la cena cuando él llega. Hace 6 meses desde que me lo propuso que vivimos juntos, él había comprado la casa en sus veintes y la fue restaurando cada vez que juntaba algo de dinero trabajando, aún quedan cosas por hacerle, pero son detalles mínimos.

   —Hola mi amor —llega y me da un beso— ¿Qué elegiste de los rellenos de pastel?

   —Mousse de café y tu favorito.

   —Entonces no le convidaremos a nadie, quiero todo el mousse de limón para mí solo. En realidad cualquiera pensaría que no combinan, pero nos tiene que gustar a nosotros ¿O no, mi vida? —asiento si el mousse de limón es su favorito...—. Rogaba que no eligieras de frutilla que es el favorito de Avery o frutos rojos.

   —Ya va a estar la comida —tendré que llamar mañana para cambiar el relleno— ¿Quieres poner la mesa?

   El coloca los platos, vasos y cubiertos, sirvo los macarrones en los platos y se me pega a la espalda, apretujandome entre sus brazos. Sus manos asperas y callosas se filtran por mi ropa y encuentran mi senos. Durante el tiempo que Emily estuvo aquí y se quiso quedar con nosotros, casi no tuvimos relaciones y sé que viene juntando ganas desde hace bastante, ya que este último tiempo por el estrés de la boda, no he tenido muchas ganas de tener sexo.

   —Toma tu plato —suspira frustrado y se lo lleva a la mesa para sentarse.

   Nos sentamos frente a frente, y el juega con su tenedor y la comida en el plato, me mira rascándose la barba.

   —He pensado en afeitarme ¿Qué te parece?

   —Te ves bien como sea, pero sin la barba te vez más joven y...

   —Me parezco más a mi hermana —me mira—. Voy a sacarmela hoy.

   Antes de acostarnos se la quita, sale del baño como un hombre nuevo y mucho más joven. La verdad es que si se parece mucho más a su hermana sin la barba y más ahora que son adultos, y la nueva versión de Avery. Se acuesta y comienza a besarme con desespero, no tarda mucho en acomodarse encima de mí, se coloca protección, y lubricante. Siento el acto como algo mecánico, más que como algo que hago con ganas de hacerlo, el acaba, se levanta al baño yo me acomodo y limpio, para disponerme a dormir, se acuesta a mi espalda y me abraza.


Nt: Nathalie Kincaid es Galaxy, en "Un oscuro secreto"

Quiero robarme a la noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora