10 Competencia de hermanos

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La familia ha quedado en juntarse para ir de picnic, Avery lleva a Uma y nosotros pasamos a buscar a Nat por la casa de sus padres para ir al día de picnic, estamos entrando a la primavera y el clima está templado lo suficiente para no morir de calor al sol y poder usar una camiseta mangas cortas.

   —Hola —viene ella agitada a tomar agua de su botella, está jugando con su perra—. Uma —la llama—, saluda a los tíos —el animal se acerca y la acaricio, a Yavery le gruñe y él se aleja— ¿Trajeron a Nathalie? —hace mala cara.

  —Sí, tus padres la invitaron también a ella —aprieta sus labios en una delgada línea—. ¿Te molesta? Pensé que solo Emily te caía mal.

  —No me molesta, solo que no veo a Nathalie Kincaid, como alguien a quién le guste pasar tiempo al aire libre —de hecho no es alguien a quién le guste, ella prefiere llenar sus pulmones de smog y humo que emana la ciudad—. ¿Trajiste traje de baño?

   —El clima está templado, pero no lo suficiente —ella niega con la cabeza—. Te reto a...

   —¿A qué? —se mete mi novio en la conversación.

   —Clavados desde la roca del salto.

  —Acepto —dice él— ¿Ahora o en un rato más?

   —Iré a colocarme el bañador y vuelvo, hermanito —Con una amplía sonrisa se va.

   «¿Por qué tienen que competir por todo, todo el tiempo?».
  
   Ella va hacía su camioneta y baja una mochila, Uma se acerca a mis suegros moviendo la cola feliz, de Nat se mantiene distante, pero se deja tocar por ella, supongo que solo Yavery le cae mal a la dueña como al perro. Veo que Avery se acerca a Uma y charla con Nat acariciando a su mascota.

   —¿Todo bien? —me pregunta mi novio tomándome por la cintura, colocándose frente a mí— ¿Desde cuándo se llevan? —ambos vemos a su hermana y mi amiga que siguen conversando.

  —No lo sé, quizás han aprendido en estos días a lidiar la una con la otra —En cinco días ellas parecen llevarse mucho mejor, que mi novio y su hermana.

  —¿Trajiste traje de baño?

  —No, no quiero meterme al agua y enfermarme antes de la boda, llegar con gripe a casarme no es lo ideal.

  Me alejo de él para ir con mis suegros, Avery pasa a mi lado regalándome una mirada, pero sigue conversando con Nat y sonríe. Quisiera saber que es tan interesante para que le sonría y que tienen en común que ahora se llevan bien. Y aunque los celos me comen viva, me contengo, no puedo hacerle una escena de celos a mi, cuñada y amiga. Me siento a esperar que ellas lleguen del baño y ahogo mis ganas de ir a escuchar de que hablan.

   —¿Vamos a nadar entonces? —le pregunta a Nathalie.

   —Claro —ahora odio no haber traído traje de baño.

  Avery se saca la camiseta, luego el pantalón y yo cierro la boca cuándo Nat me mira levantando una ceja y señala a mi novio, entonces también aparto la mirada. Siempre ha sido hermosa, pero ahora, de adulta, más allá de haber bajado de peso está hermosa y me quedo sin aliento al mirarla por encima de mi hombro, no está definida, ni tiene el abdomen marcado, o las piernas firmes, ni siquiera los brazos, solo se nota su pérdida de peso, y a ella más cómoda con su nueva figura. La Avery del pasado hubiera usado un bañador enterizo o se hubiera metido vestida al agua, pero ella se ve cómoda y segura de si misma y eso es mucho más sexy.

  Veo como se saca la larga cadena  y se coloca la alianza en el dedo medio, para no perderla, es muy recelosa con ese anillo, no lo pierde de vista, ni lo deja en cualquier sitio que pueda perder. Corre al agua con Uma, sé que está mal, que la mire así está mal, que aún no supere mi enamoramiento está mal, pero no puedo dejar de sentirme así cuándo la tengo cerca y también siento que esto va a ahogarme.

Quiero robarme a la noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora