17 La verdad ve la luz

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Llego al trabajo de David luego de salir de la escuela y espero que salga. Fui por su casa y aunque sé que estaba no salió.

   —Hola Dave —me ve y se sorprende.

   —Sky, tengo que irme —pasa por mi lado. Lo sigo a su auto.

   —¿Por qué me evitas? ¿Por qué ya no te hablas con Yavery? ¿Qué pasó entre ustedes? David por favor.

  —Habla con tu novio Sky.

  —Una vez me dijiste que era cómo una hermanita para ti —frena dándome la espalda—, que si alguna vez necesitaba algo que solo tenía que buscarte y eso estoy haciendo, David, necesito saber la verdad ¿Qué pasó entre ustedes? —sigue congelado sin voltear y camino hasta verlo frente a frente—. Estoy embarazada —sus ojos se llenan de lágrimas y baja la mirada con gran sonrisa—, quiero saber que clase de hombre le daré como padre a mi hijo y será mi marido.

  Sin esperarmelo él me abraza fuerte y comienza a llorar.

  —Serás una gran mamá. Estoy tan feliz por ti, y yo seré el tío Dave. Pero él no merece ser tu esposo y ni siquiera merece tener un hijo con la mejor persona que conozco —se aparta de mí y abre la puerta de su auto—. No te cases Skylar, y revisa tu amistad con una de tus amiguitas, no son tan leales como piensas.

  —David —se sube al auto y golpeo la ventanilla— ¡David! ¿Cuál de ellas? —me hace seña de que me aparte y hace marcha atrás— ¡Espera! ¡¿De quién hablas?!

  Y se marcha dejándome parada en el estacionamiento, con más preguntas que antes. Yavery me engaña con Nathalie, sobre eso discutían con Avery, y ella también lo sabía y no me lo dijo. Todos se han estado cagando de risa en mi cara y me han ocultado esto.

  Me voy a mi cita con el médico y entro a la consulta sola, el obstetra que conocemos de toda la vida y que probablemente me recibió al nacer es el mismo que me revisa.

  —Muy bien Sky, vamos a ver como está tu bebé entonces ¿Es el primer control?

   —Sí, apenas hace unos días supe que estaba embarazada.

   —¿Qué síntomas has tenido?

   —No me vino el período, vómito, irritabilidad, quizás he estado algo emocional también. Aunque puede ser el estrés da la boda.

   —Me enteré que te casas con el chico Sinclaire —dice regalándome una gran sonrisa—, felicitaciones y ahora viene un bebé en camino, parece que tienen todo el combo. Esto va a estar algo frío —me coloca un gel en el vientre bajo—, pero vamos a ver que tal está el bebé y cuánto tiempo tiene, quizás escuches los latidos por primera vez ¿Quieres que lo grabe así se lo llevas a tu novio y lo ven los abuelos? —asiento.

   Salgo de la clínica en shock, pero feliz. Camino hasta mi auto y me siento feliz al mirar la ecografía, una gran sonrisa se dibuja en mi rostro y mi corazón se llena de dicha, jamás creí que una imagen en blanco y negro pudiera darme tanta felicidad.

   Luego de reflexionar y de que mi serotonina bajara, enciendo el auto y voy camino a mi casa, en el transcurso de las últimas horas han pasado demasiadas cosas y he tomado varias desiciones. Primero y muy importante, no voy a casarme, segundo voy a reunir pruebas para desenmascarar a Nathalie y Yavery, tercero voy a descubrir que tan implicada está Avery en todo esto y desde cuándo lo sabe y no me lo ha dicho. Ahora la segunda etapa del plan es exhibirlos frente a nuestra familia y amigos, para que sepan la clase de personas que son.

   —Hola —saludo con una gran sonrisa a Em.

   —Hola —me mira extrañada— ¿Estás bien?

   —Perfectamente.

   «¿Le digo? ¿Pero si lo sabe, me ayudaría a ir en contra de Nat?. Lo mejor será que solo yo, lo sepa».

   —Sky —me toma del brazo— ¿De verdad estás bien y no te ha dado un brote psicótico o algo así?

   —De verdad estoy bien —le toco la mano—. Ayer hablé con Avery —mi sonrisa se borra—, le dije que voy a casarme y que estoy embarazada —acaricio mi vientre—, ella lo entendió y yo también entendí que es lo mejor. Quiero darle un futuro a este bebé con dos padres juntos.

   —Que bueno que hayas recapacitado  —me abraza fuerte.

  Me separo de ella y llega Nat con unas ojeras de no estar durmiendo bien, la veo y me hago la tonta. Nos saluda y se sienta. Comemos, bueno Nathalie casi no toca la comida.

   —¿Qué tienes Nat? ¿Por qué no has estado durmiendo bien? —«¿quizás el cargo de conciencia no te deja descansar bien? Ahora entiendo tu poca insistencia en que yo me case, aunque igual no lo haré»— ¿Quieres contarnos algo?

   —No —agacha la mirada a su plato—. Debe ser sel estrés de éstos últimos días, ya me está afectando. La boda es en cuatro días, tendríamos que ir a medirnos los vestidos y ver dónde será la cena de ensayo. Más de la mitad de tu familia, ya está acá. Hablé con tus padres y llegan esta tarde de viaje.

   —No sabía que te hablabas con mis padres —voy a tomar la copa de vino y Em me la quieta de la mano.

   —Sí, bueno. Es lo que hace una dama de honor, ayudarle a la novia con su boda. Tengo que irme.

   Se levanta sin mirarnos y sale. Emily me mira con el ceño fruncido y cuándo llega a la puerta de calle, Nat ya se ha marchado, algo que no me interesa en lo más mínimo

   Ellos me convirtieron en este monstruo y ahora voy a arrasar con todo.

   —Yo también tengo que irme —le digo a Emily.

   —¿A dónde? Te acompaño.

  —No, necesito ir sola ¿Te dejo en algún lado o te quedas?

   —Me quedo. Puedo ir haciendo el almuerzo.

   Me marcho de mi casa tomando mi auto, y manejo al único lugar que me da la suficiente paz como para poder desconectar mi mente un rato y con la única persona que me conoce más que a mi misma.

   Llego y bajo con mi mochila al hombro dónde cargo al parecer algo mucho más pesado que cosas materiales. Ella sale y me recibe con una gran sonrisa y un abrazo.

   —Al fin viniste, vamos adentro, te estaba esperando.

Quiero robarme a la noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora