Emily retiró los cargos, aunque Nat le recomendó no hacerlo, y mi ex salió en libertad, se encontró con una casa deshabitada de mis cosas. Pero al menos salió para ayudar a cancelar la boda y ayudar a llamar a todo el mundo. Paradójicamente lo más difícil de todo, no fue cancelar la boda y llamar a todo el mundo para avisar que no se realizaba, la parte difícil fue hablar con mis suegros.—Entonces no van a casarse —dice mi suegra secándose la naríz luego de haber llorado tanto y tomando la mano de su esposo a su lado—. Hacían tan linda pareja ¿Esto es por lo que Yavy hizo?
—Es porque no lo amo, bueno al menos no amo a este Sinclaire —señalo a su hijo a mi lado, ella lo mira y mira a su esposo—. Tampoco a él, sin ofender —y entonces ambos se miran y caen en la cuenta, mirando a Avery que está atorada comiéndose un sándwich en la cocina y sonríe saludándolos con la boca llena.
—¡¿Estás enamorada de Avery?! —me dice su madre.
—¡Lo sabía!, me debes —le dice su esposo a su lado.
—¿Apostaron con nosotros? —le increpa Yavery.
—Se lo dije a tu madre hace años, y ella tenía miedo de que tú y Sky durmieran juntos. Lo ví en ustedes de nuevo, esa manera de mirarse —nos mira a ambas.
Mi suegra se levanta, va hacía su habitación y todos la miramos, vuelve con 50 dólares que le de a su esposo. Los tres los miramos y ellos hacen como si nada.
—Tus tías me han llamado preguntando el porqué, yo no supe que decirles.
—Mamá ni a las tías, ni a nadie les importa el porqué. Hay algo más que tengo que decirles —Avery viene hacía el living y se sienta en medio de nosotros dos, toma mi mano y la de él—. Yo bueno no sé cómo empezar la verdad —se pasa la mano por el cabello y tocan el timbre.
—Demoraron demasiado en dar la noticia, ya están acá.
Él nos mira con algo de terror abriendo los ojos grandes, y se levanta para ir detrás de su madre que abre la puerta y se encuentra con Emily y sus tres hijos, bueno cuatro contando el embarazo. Sus hijos mellizos de 8 años se miran y tiene ambos tomados de las manos a su hermanita de 3 años.
—Papá y mamá, ellos son Julien, August y Sarai, sus nietos y mis hijos.
Sus padres lo miran rápidamente y miran a los niños, es impresionante el parecido que tienen con él, los tres en realidad son muy parecidos entre ellos y tienen rasgos de su padre y madre, pero se parecen bastante a él. Su madre comienza a llorar y su padre se arrodilla frente a los pequeños, los toma de las manos y Sarai es quién primero lo abraza y toca su rostro limpiando las lágrimas de su abuelo, mi suegra acaricia las caritas de los mellizos y luego ambos adultos miran a Emily.
—Quizás se pueden casar igual, digo la boda está prácticamente pagada y...
—Mamá no digas locuras —me dice su hijo—. Hay algo más...
—¿Qué más Yavery? —pregunta su padre algo molesto—, creo que ellos ya son suficiente sorpresa.
—Emily está embarazada.
—Hola soy la tía Avery —saluda mi novia desde atrás y en cuánto los niños me ven corren a abrazarme con una gran sonrisa.
—Se parece a él.
Dice uno de los mellizos y entonces les explico que ellos son hermanos y que son parecidos porque son gemelos, también les digo que ella es su nueva tía y abuelos, ellos me miran extrañados pero entienden. Nos despedimos de ellos para darles privacidad. Nathalie se marcha hoy, sin casamiento no hay necesidad de que se quede más tiempo, la acompañamos al aeropuerto.
—Entonces creo que nos vamos a ver por allá —me dice—, ahora vas a ser una chica de ciudad como yo, bueno aunque Avery no vive tan cerca de la polución y contaminación citadina como yo —me abraza fuerte.
—Gracias por haber estado en todo Nat y por habernos contado finalmente sobre tu orientación.
—Bueno va a ser un alivio no tener que contratar a alguien que se haga pasar como mi novio —sonríe—. Lo único que me hace irme algo mal es que yo me voy de aquí con dos amigas, pero tú y Em... sé también que va a ser difícil que la perdones —ahora es ella quién me abraza.
Me aparto y le doy un momento con Avery, ellas conversan, se limpian las lágrimas y abrazan fuerte por un rato antes de que ella aborde el avión despidiéndose por el túnel, la vemos despegar y nos marchamos, de la mano.
—Se la veía más tranquila.
—Lo estaba —ella me sonríe—, me pidió de nuevo perdón por haberme fallado y le hice prometerme que conocía a alguien con quién sintiera que valía la alegría ser feliz, que se arriesgara a vivir un amor libre, así que espero que la próxima vez se atreva a ser feliz y que sea en público y en privado su pareja. Ahora —me abraza pasando un brazo por mi hombro, mientras la abrazo de la cintura— ¿Vamos a desayunar antes de salir en ruta? Lo único que lamento es que no voy a poder besarte en el camino.
—Podemos hacer algunas paradas —le sugiero y ella se ríe.
Cargamos varías cosas en su camioneta y mi auto, ella manejaba adelante y yo detrás. Al llegar a su departamento, que es prácticamente un piso encima de una cafetería, con un anexo pequeño al final del corredor que podría ser un mini departamento. Lo consiguió en una ganga prácticamente, y como está en una esquina tiene muy buena vista, antes de que nos pongamos a descargar todo, ella me toma entre sus brazos y me sube cargándome.
—¿Qué hacés Sinclaire?
—No pensé que mi idea inicial se haría realidad, me robé a la novia —me río y me besa cruzamos la puerta del que será nuestro departamento—. Bienvenida a casa, mi amor.
En nuestro nuevo hogar hicimos el amor por primera vez, Avery y la suavidad de sus manos por mi cuerpo, sus caricias cuidadas, la importancia de hacerme sentir tanto placer cómo ella, no fue un acto vacío cómo había sentido antes, dónde ni siquiera lo disfrutaba realmente muchas veces.
—¿Estás bien? —me pregunta aún con la cabeza entre mis piernas.
—Sí —exhalo aún agitada y ella está por hundirse en mí de nuevo, pero la detengo colocando un pie en su hombro y ella se ríe.
—Tengo hambre, Sky.
—Y yo tengo que respirar, cariño. Podrás comerme en cuánto recupere el aliento.
—¿Te va a tomar mucho tiempo?
Se ríe de mí, abro mis piernas para ella y retoma su labor dónde la dejó. No sé si es porque es mujer o porque es una experta, pero en mi corta vida que solo estuve con dos personas y ambas fueron hombres, ninguno le puso tanto esmero como ella en hacerme sentir así de rico, es la única palabra que se me ocurre.
Sube besando mi hombro, mi cuello y muerde mi boca en cuánto me besa y también me pruebo, la fricción aumenta entre nuestros cuerpos y las respiraciónes agitadas terminan por ser una sola. Acaricio su espalda y le aparto el cabello que se le ha pegado por el sudor, la veo con una gran sonrisa y le regalo pequeños besos.
—Al fin juntas —entrelazo nuestras manos sobre mi pecho.
—Al fin tenemos nuestra oportunidad.
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Quiero robarme a la novia
RomanceElla era mi crush, volvió al pueblo y yo voy a casarme con su gemelo. Avery y Yavery Sinclaire son los gemelos del pueblo, él era el popular en busca de aprobación y ella era la rara apática que no le interesaba la aprobación de nadie. Ella ha...