18 Lo que es y no es

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Stella me hace pasar a su casa, que está mucho más fresca que el calor sofocante que hace afuera, sigue oliendo a galletas recién horneadas, paso y miro el lugar esperando encontrarme a alguien.

   —No está. Sale temprano y vuelve tarde.

   —Oh —Me ofrece galletas y chocolate caliente.

   —Me sorprendió un poco tu llamada, pero supongo que has llegado a un punto de no retorno y necesitas un consejo —asiento—. Te escucho Sky.

   Y así como si estuviera en terapia con mi propia abuela, comienzo vomitarle toda la verborragia que tenía atragantada. Todo, desde que Avery llegó al pueblo de nuevo, claro que no ha sido su culpa lo que yo sigo sintiendo, pero si fue mutuo el buscarnos y provocarnos, de eso sí, somos culpables las dos. También le cuento de como no voy a casarme y como pienso exponer a los infieles y en el casamiento frente a todos. También le muestro la ecografía y le cuento de mi felicidad después de todo.

   Ella se toma un momento y me mira imperturbable, deja la taza en la mesita al lado del plato de galletas y se levanta. Va hacía adentro en tu casa y trae lo que en un principio pensé que era un papel, pero son varias fotos.

   —Mira esto y dime que ves.

   Observo la foto, somos todos y cuándo digo todos me refiero a los gemelos Sinclaire, Nat, Em y yo. Cada uno parece que mira de manera aleatoria o como si fuera en una charla al otro, pero la secuencia de fotos me deja algo en claro.

   —Habla con Avery, las cosas no son como piensas. Y no te vengues de la manera que lo quierés hacer, Sky, si haces eso hablara mucho más de ti que de ellos —acaricia mi mejilla—, y no eres ese ser lleno de ira y venganza, no opaques tu luz de esa manera por querer ser ruin. Sí, ellos te han engañado, y tú también, ya que estuviste con Avery y si has venido a mí, no esperabas que fuera condescendiente, sino para escuchar la verdad. Tú, ustedes, también han sido desleales y no los jutificos a ellos, pero sé honesta contigo misma, sabes que tengo razón.

    —¿Qué hago entonces?

   —Lo que deberías haber hecho en un principio, sentarte con tu ex prometido, cancelar la boda y dejar las cosas claras. No es necesario tanto drama y puedes usar el sentido común para terminar con esto por las buenas, como los adultos peludos que son ahora —da un sorbo a su té—. Demás está decirte que besarte con tu cuñada a escondidas en repetidas ocasiones, por mucho que se amen, estuvo mal ¿Lo sabes, verdad? —asiento y escuchamos un vehículo afuera—. Esa es Avery, las dejo conversar voy al pueblo por víveres, avísame si te quedas a comer.

   —Stella una vez me dijiste una palabra...

   —"Maktub" del arabe, significa que lo que está destinado a ser, siempre encontrará una forma mágica y única, de manifestarse ¿Lo ves? —señala la foto de Avery y yo en em centro mirandonos—, Maktub son ustedes.

   Como una niña reprendida y sabiendo que todo lo que dijo es verdad, me quedo en mi lugar esperando que entrara Avery. Ella entra algo agitada con Uma a su lado, ve a Stella alejarse en su vieja camioneta Ford y me mira de nuevo.

   —Hola —le digo.

   —Hola —tiene mas manos inquietas y las guarda en sus bolsillos traseros—. Stella me pidió venir y llegué en cuánto pude, no quería que...

   —¿Me fuera? Vine para hablar con ella y buscar alivio, me reconforto y luego me dió un tirón de orejas. Debí saberlo, Stella no de las que te dicen solo lo que quieres oír —sonríe y asiente—. Te escuché hablar con Nat ese día en el bosque de la cabaña, más bien discutir con ella, sobre algo de ella y mi hermano ¿Me dirás la verdad?

   —Si me lo estás preguntando, supongo que ella no habló con ustedes —se sienta dejándose caer en el sillón a mi lado—. Supongo que ya esperé demasiado que ella hablara, te diré pero de igual manera necesito que esperes que ella te cuente y no la presiones.

    «¿Para qué me cuente que me es infiel con mi prometido?»

    Avery se sirve una taza de té cargado, ya que a Stella no le gusta el café, y no sé que sería un té cargado, pero ella se sirve una taza de eso.

   Se sienta a mi lado y mira mi mano para tomarla pero resiste el impulso y deja su mano sobre su regazo, me mira y larga lo que menos esperaba que me confesara hoy, siento un pitido en mis oídos, acabo de quedar algo aturdida. Miro las fotos sobre la mesita que trajo Stella y todo tiene sentido.

   —Pero, ella jamás nos dijo nada.

   —Lo sé, estuve casada con ella, créeme que lo sé.

   —Ella era la persona misteriosa con la que te casaste, por eso cuidabas tan recelosamente tu anillo —se levanta y lo trae, veo las iniciales de ellas y una fecha en el interior del mismo—. ¿Pero sobre qué discutían aquel día?

   —La noche que les dijiste que no te casarías, Nat y Emily terminaron en un bar, ella se emborrachó y mi hermano estaba ahí también, la llevó a un hotel y le confesó que estuvimos casadas, que ella es lesbiana y que iba a recuperarme antes de que yo me robara a la novia.

   Comienzo a unir todo, su insistencia para que elija a Yavery, lo mal que se puso cuándo le dije que había elegido a Avery y que no voy a casarme, lo bien que parecían llevarse ellas, lo cerca que estuvieron aquel día que me fui a probar el vestido de casi besarse, también recuerdo aquel día en la cafetería cuándo ella llegó y se sentó muy cerca de Avery.

   —Es tu ex esposa y no ha salido del clóset, ni siquiera nos ha dicho a nosotras, ahora también comprendo su miedo al decirme que yo pasaría por el escrutinio público, eran sus propios miedos proyectados.

   —¿Entiendes porque no podía hablar? No podía exponerla cuándo ni siquiera ella misma está lista para asumir su orientación sexual.

   —Pero es que —me levanto—. Pensé que Yavery —camino por la sala—, creí que él me era infiel con Nat.

   —¿Nat? No, ella es muy gay, eso te lo aseguro.

   —Entonces la única infiel he sido yo, todo este tiempo, proyectando en él, mi pecado —Miro a Avery y ella se queda callada, porque es tan culpable como yo de todo—. No voy a casarme —le digo y me siento de nuevo en el sillón a su lado—. Tengo que hablar con él, con ellas, con todos y tengo que hacer mis bolsos y...

   Comienzo a desvariar, todo me cae encima, Nat y Yavery no me han engañado, pero yo si lo he engañado a él con su hermana, en repetidas ocasiones y solo han sido besos, pero si hubiéramos tenido la oportunidad de algo más, hubiéramos cedido ante el impulso, lo sé. Miro la ecografía en la mesita y cierro los ojos suspirando.

   —Hay algo más, Avery. Es sobre el bebé, bueno el bebé no es exactamente el termino correcto.

   —¿Qué pasa?

Quiero robarme a la noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora