21 La primera charla honesta

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Me despierto y lo primero que veo son sus largas pestañas, su cabello largo castaño y las facciones serenas de su rostro, mientras respira de manera acompasada y en  calma aún dormida, no quiero girarme y despertarla, no quiero perturbar su sueño. La observo dormir y respiro su aroma, Dios, cuánto había extrañado su olor y el despertar a su lado, la diferencia es que ahora puedo besarla, antes me tenía que conformar con solo ver sus labios y fantasear con eso.

   —¿Vas a besarme o solo me vas a ver dormir? —me dice con los ojos cerrados.

   Me río, me acerco y la beso, pero antes de separarme ella me toma sin dejarme ir para besarme aún más, y más profundo, en cuánto su lengua me pide entrar, le doy el acceso a mi boca y un beso pasifico se torna necesitado.
 
   —Podríamos quedarnos aquí —me dice hablando apenas entre medio del beso.

   —Sí, pero no hoy —corto el beso y me aparto un poco de ella, el calor en mi entrepierna y la suya, se notan, también en su mirada—. Tengo que cancelar una boda y hacer un montón de llamadas, es en 3 días y hay un montón de gente a punto de venir —ella hace puchero—. Lo lamento hoy no, pero pronto —la beso de nuevo y me levanto escapando de sus manos que se aferran a mí—. Sé que no estarás de acuerdo, pero tendría que ir a ver a tu hermano.

   —Lo sé. Tengo que hablar y negociar terminos de un nuevo acuerdo, con ese imbécil.

   —¿A que te refieres con eso? Porque ya una vez me dijiste, que me perdiste una vez.

   Ella se levanta de la cama para colocarse frente a mí, me abraza por la cintura y acaricia mi mejilla derecha suavemente ¿Por qué tiene que ser tan adorable? Debe ser porque me gusta mucho.

   —Una vez me dijiste que quizás ni siquiera recordabamos el motivo por el cuál nos habíamos peleado ¡Claro que recuerdo por qué nos peleamos! Ambos amábamos a la misma mujer, ambos nos enamoramos de ti y ninguno quería ceder —se pasea inquieta y baja la voz.

   —¿Entonces por qué cediste? ¿Por qué me soltaste tan fácil? —tomo su mano.

   —¿Fácil? —se ríe sin gracia— No fue fácil, jamás fue fácil Skylar —respira con dificultad—. Pero era mi hermano, mi gemelo, lo amaba y odiaba porque te amo a ti, y de todas las que había, justo vino a enamorarse de la que me gustaba a mí. Porque eran mejores amigos, porque yo era un bicho raro, Dios lo sigo siendo, soy rara tirando datos de palabras y lo que significan —llora y ríe al mismo tiempo.

   —Yo pensé que era demasiado insistente contigo.

   —A mí me encantaba tenerte cerca, eras la mejor parte de ir a la escuela o luego verte en mi casa —se aparta y mira por la ventana—. Habíamos llegado a un acuerdo, pero cuándo supe que iban a casarse, mi lado mas mezquino, egoísta y despechado salió a flote. Quería llegar el día de tu boda y robarte del altar. Quise ser egoísta y cuándo él me llamó para ser su dama de honor, yo no vi una oportunidad para hacer las pases, ví una oportunidad para robarme a la novia, y no puedo hacer eso, porque no soy, pero tampoco pude mantenerme lejos de ti y creeme que lo intenté.

   —¿Cuál fue el acuerdo?

   —Él había encontrado mi diario, dónde escribí cada vez que venías o te veía y cómo me sentía o me quedaba viéndote, escribí todo mis sentimientos más íntimos y él los encontró. Me amenazó diciendo que se los mostraría a todos, pero no me importó, en algún momento tendría que salir del clóset. Llegamos a un acyedo, los dos te invitaríamos al baile de graduación, y tú elegirías a uno. Te dejé una carta en tu casillero, en realidad fueron 3, no me respondiste ninguna y supe que él te había ganado, cuando pasó a buscarte —respira y se lleva las manos a la cabeza— por casa para el baile de graduación al que decidí no ir. Tomé mis cosas y me marché a la universidad, ahí me reencontré con Nat y el resto es historia.

   —Jamas me llegaron tus notas o cartas. Si me lo hubieras preguntado personalmente, hubiésemos ido juntás a ese baile —ella sonríe—. ¿Pero tenía que esperar que me estuviera por casar? —ella se ríe—. Ni siquiera me has invitado a una cita y me querías robar del altar —finjo estar indignada y tomo mis cosas para salir de la habitación pero ella me lleva hasta su cuerpo y me besa.

   —En cuánto todo esto pase, te llevaré a la mejor cita que has tenido en tu vida.

   Caminamos de la mano y nos subimos a mi auto para ir por la comisaría a ver a Yavery. Llegamos y miro a Avery.

   —No quiero entrar, no tengo ganas d verlo aún.

  —Está bien, espérame aquí entonces, vuelvo y vamos a desayunar. Pero no es una cita, solo te estoy invitando a desayunar.

   Me río, se acerca para besarme y luego baja del auto, pero se da la vuelta se sube y me nos damos un beso con todas la letras.

Avery

   Me bajo de nuevo del auto con una gran sonrisa luego se volver a besarla, desperté al lado de mi crush de toda la vida por primera vez y estoy segura que seguiré despertando a su lado cada día, voy q asegurarme de eso.

    Ahora camino a la comisaría dónde mi hermano pasó la noche, hablo con el comisario y él me deja pasar a verlo. Al llegar a su celda lo veo acostado sobre un duro banco mirando el techo.

   —¿Acaso mi ex no quieres verme? —me dice en cuánto estoy frente a su celda.

   —No, y bien sabes que tiene sus razones válidas, así que deja de lado tu papel de víctima, que si estás dónde estás, es puramente por las consecuencias de tus actos.

   —Algo que te ha venido bastente bien, estabas a la caza de una oportunidad para quedarte con ella y yo como un imbécil te dejé la vía libre. Jamás debería haberte llamado aquel día, jamás debí escuchar a mamá.

   —Claro y podrías seguir cogiendote a Emily, haciéndole hijos de los que no te haces caro y casarte con Skylar, aún sabiendo que no te ama. Es muy narcisista de tu parte afirmar eso, aparte bien sabes que me mantuve lejos por respeto a nuestro acuerdo, así que hoy vengo a negociar los nuevos términos de un nuevo acuerdo.

   El se levanta de la dura cama y se sienta en el piso haciendo sonar su cuello, me mira directo apoyando sus codos sobre sus rodillas flexionadas, me siento el en suelo a su misma altura del otro lado de la celda en posición de indio. Llegó el momento de negociar con mi gemelo, de nuevo.

Quiero robarme a la noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora