Yuanfen (AlanxJeff)

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He decidido adelantar el capítulo porque me pareció muy extenso, así que lo he dividido en dos partes. La siguiente parte la publicaré mañana. Si tuviera que asignarle un título, sería "Reunión: Parte 1" y "Reunión: Parte 2". 

Jeff

La música comenzó a elevarse, una melodía suave que parecía danzar en el aire, envolviendo la sala con su encanto etéreo. Alan extendió su mano hacia mí, y con una sonrisa que irradiaba dulzura, me invitó a unirme a él en la pista de baile.

Con una vacilación que traicionaba mi sorpresa, acepté su mano. En el momento en que nuestras palmas se tocaron, el peso de las coronas y los títulos se desvaneció; no éramos más que dos almas entrelazadas en un baile, mientras el resto del mundo se desvanecía.

"¿Estás bien, Nu?", susurró Alan, su aliento cálido acariciando mi mejilla como una brisa suave.

"Me preocupa... pisarte", confesé, intentando infundir firmeza a mi voz, aunque era dolorosamente consciente de las miradas curiosas y los susurros que nos rodeaban.

Alan soltó una carcajada, un sonido cristalino y jubiloso que reverberó en las profundidades de mi ser. "No te preocupes, no hay prisa. Déjame ser tu guía", me aseguró con ternura, su mano presionando suavemente mi cintura para acercarme más a él.

A medida que la canción se desplegaba, la magia del momento se apoderó de mí. Alan me dirigía con una confianza serena, pero era la profundidad de amor en su mirada la que verdaderamente me sostenía.

"Me... me mentiste", acusé con un tono de reproche.

"Nunca te he mentido, Nu", me aseguró con un puchero fingido. "Cuando preguntaste si era un noble, te confirmé que sí, que lo soy."

"Eres más que un simple noble", exclamé, lanzando miradas furtivas a nuestro alrededor. "Fue una omisión, una evasión", protesté.

"Pero, ¿realmente cambia algo?", inquirió con suavidad. "Sigo siendo la misma persona. Ahora simplemente sabes que poseo el poder que necesitas."

Pero yo...", susurré, desviando la mirada, abrumado por la idea de no ser digno de un príncipe.

"Para mí, eres perfecto", me aseguró en un susurro suave, como si pudiera leer mis pensamientos . Levanté la vista y me encontré con su mirada y sonrisa, tan dulces y desarmantes que disiparon todas mis dudas. "Aún puedes alejarte, y yo seguiré estando aquí para ti. Pero albergo la esperanza de que no lo hagas, de que me des una oportunidad."

Tomé una respiración profunda, dejándome perder en la profundidad de su mirada. Yo... no quería renunciar tampoco.

Cuando la música alcanzó su crescendo, nos detuvimos en el centro del salón, iluminados por la luz tenue de los candelabros. El aplauso estalló a nuestro alrededor, pero para nosotros, el mundo se había reducido a ese instante, suspendido en el tiempo donde todo lo demás se desvanecía.

"Gracias...", murmuré, mi voz temblorosa con emoción.

"Gracias a ti, por ser mi compañero en este y en todos los bailes que están por venir", respondió Alan, y en su sonrisa, supe que cada paso que daríamos juntos en el futuro sería tan hermoso y emocionante como este primer baile.

Y con una última reverencia, llena de la misma gracia con la que había comenzado la noche, dimos por concluida la celebración.

  💕

Alan me conducía una vez más, sujetando mi muñeca con delicadeza mientras navegábamos por los laberínticos pasillos. Finalmente, se detuvo ante una puerta y, con un gesto silencioso, nos adentramos en su interior. Era un estudio acogedor, repleto de estanterías con libros y carros de juguete que capturaron mi atención al instante. Nos acomodamos en uno de los sofás cuando, de repente, Charlie, Babe y otro joven disfrazado de cuervo hicieron su entrada.