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Alan

"No significa que él no lo hará. No quiero perderte, Alan. No soportaría hacerlo. He perdido tanto, pero si eres tú, yo no podría seguir adelante," decía mi madre con una voz quebrada por la desesperación. Yo conocía esa desesperación, la había sentido en mi propio corazón.

"Si lo intenta, estaremos preparados. Es más, espero que lo intente para tener la excusa perfecta de atacarlo. No se puede dejar una serpiente venenosa libre por temor a que nos muerda, porque siempre existirá la posibilidad de que lo haga. Hay que eliminarla," le dije con una mirada firme. Al ver su expresión de tristeza e impotencia, bajé la intensidad de mi voz y suavicé mi mirada. "Tú misma lo has dicho, lo miserable que he sido por haber perdido a Jeff. Ahora que está a mi lado, no puedo perderlo de nuevo. No, cuando soy el único que tiene el poder para protegerlo. Lo que le hicieron a él, al profesor Ibashi y quién sabe a cuántas familias más... nadie merece pasar por eso. Ayúdame a que nadie tenga que pasar por eso de nuevo," terminé en una súplica.

Mi madre tragó saliva, desviando su mirada, luego me miró de nuevo y se acercó con un abrazo fuerte.

"Entonces, ¿de verdad es Jeff?" preguntó en el abrazo.

"Lo es. Lo supe en el momento en que nuestros ojos se encontraron. Tal cual como cuando lo conocí hace 15 años. Sabes madre, el mundo se detiene. Nadie más en el mundo tiene sus ojos. O su carácter. O sus expresiones."

Mi madre terminó el abrazo y me miró con sorpresa. "Oh, aquí está de nuevo mi chico dulce," me dijo, mirándome con afecto.

"Es que, con respecto a él, es imposible ser de otra manera..." le dije con un puchero.

"Bueno, después de todo, puede que el Yuanfen sea real. Después de tanto tiempo, consiguió el modo de que se encontraran y terminaran nuevamente comprometidos."

"Claro que es real, jamás lo dudé," exclamé con seguridad.

"¿Jamás? Recuerdo a un chico de 15 años que creía que las estrellas y sus fórmulas eran..."

"Eso fue hace tanto tiempo, he madurado," me defendí.

"Me gustaría hablar con Jeff, cuando él se sienta listo, claro." Me dijo mi madre con una sonrisa.

"Jeff... él perdió la memoria. Y no he hablado con él sobre el pasado. No quiero... no quiero presionarlo o que se asuste. Después de todo, lo que realmente importa ahora es el presente. Y el futuro. Te lo presentaré de nuevo, pero no..."

"Entiendo, debió ser muy duro para él también. Quiero pensar que todo estaba escrito. El hecho de su compromiso contigo, llevaba muchas otras vidas atadas." Dijo mi madre perdida en sus pensamientos.

Terminando la conversación con mi madre, quedamos en aumentar la seguridad y permitir que todos en el palacio pasaran por el filtro de Pete y Charlie. Estaríamos preparados.

Iba a buscar a Jeff a su habitación para invitarlo a desayunar conmigo, cuando Charlie abrió la puerta.

"Su alteza," dijo Charlie con una ligera inclinación, su voz teñida de respeto.

Le sonreí con calidez. "Te he dicho que puedes llamarme Alan," le recordé amablemente. Aunque no me agradaba la idea de que compartiera habitación con Jeff, no podía olvidar que había salvado a Jeff y lo había cuidado como si fuera su propio hermano. En muchos sentidos, lo era. Además, sabía que no sería por mucho tiempo. "He venido a acompañarlos al desayuno," anuncié.

"¿Invitarnos? Pensé que Jeff estaba contigo," dijo Charlie, frunciendo el ceño en confusión.

Mi corazón se aceleró. Todavía no habíamos interrogado a todos en el palacio. "No, estaba en una reunión," respondí con voz temblorosa.

Yuanfen (AlanxJeff)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora