what do we need to be happy?

6

— tú no puedes aguantar sin sexo ni dos días, Victoria
Escuché la voz de Adriana mientras mis besos se bajaban a sus pechos.

Tremendas tetas tiene la muy hija de mil.

Tremendas tetas que cada que puedo me las disfruto. Si bien se queja que no puedo estar sin sexo, ella tampoco puede, así que se calla.

Le estaba prácticamente comiendo los pechos, mientras que mi mano viajaba hasta su zona más privada para comenzar a estimularla y que los gemidos invadan la habitación.

Estábamos totalmente perdidas en el sexo, hasta que un grito proveniente de la habitación de al lado, nos quitó de la concentración; — y si dejan de chingar?! No me gusta escucharlas! —

Nos reímos, pero seguimos en lo nuestro.

(. . .)

— ya mañana vuelven nuestros padres.
Hablé mientras todas desayunábamos.

— te voy a extrañar, baby
dijo mi novia, dejando caer su cabeza a mi hombro.

— yo ya no aguanto más sus gemidos, cállense for one second

— e' Adriana la escandalosa, Cat

Fue una tarde de muchas risas, pero sin avisar ni una sola palabra, las llaves de la casa sonaron.

Habían llegado.

Y si ven que Adriana está aquí conmigo, me matan. Bueno, que sea lo que Dios quiera.

— hello...
Me tembló la voz al hablar, al igual que me temblaban las manos, Adriana que estaba recostada en mi regazo se levantó automáticamente para quedar sentada en el sofá, y a Cat se le aguaron los ojos.

— y e'ta que hace aquí?
Habló mi papá con el ceño fruncido, refiriéndose a mi novia.

Se acercó a mi, haciéndome levantar del sofá. Me tomó bruscamente del pelo, tirando fuerte para causar mi dolor.

— ¿¡Que te he dicho sobre traer gente a MI casa, María Victoria!?

Comenzaron gritos mutuos, hasta que terminé siendo agredida de vuelta. ¿Cuando se va a terminar esto?

Quedé tirada en el suelo, intentando pensar todo. No podía si quiera ver bien, solo llegué a escuchar que sacaron a la fuerza a mi novia de casa.

Logré pararme, y con Cate persiguiendome, subí a mi habitación.

(. . .)

— no quiero bajar a cenar.
Reproché como niña pequeña, aún me dolían los golpes, si les digo que me dió la golpeada de mi vida, no les miento.

Me lastimó toda la espalda, y la cara me quedo con moretones y algunos cortes.

— Vic, tienes que bajar
Insistió como por décima vez, asi que tuve que bajar.

Jugaba con la comida, no tenía nada de apetito, y menos si los tenía a ellos en frente.

— María Victoria, mañana trabajas?
Preguntó mi mamá como para sacar tema de conversación, a lo que yo solo asentí. Ugh, los odio a los dos.

— tengo agenda llena, desde las siete de la mañana hasta las nueve de la noche, ni voy a estar en casa.
Hablé mirando el piso, sin dirigir la mirada a ninguno.

Cate me observó, que yo trabaje eso implica que ella se queda sola...

— y tú, Cate? Las notas como van?
Preguntó mi papá. Ay dios, a Cate no le está yendo muy bien debido a que está muy distraída con todo lo que pasa en casa, últimamente estuvo reprobando.

— estuve reprobando alguna cosa'
habló con miedo, terror de lo que iba a pasar.

La regañaron, hasta que mi papá estaba parado frente a ella, intentando levantarle la mano.

No iba a dejar que le pegue, yo le prometí que nunca iba a pasar por esto.

— Que yo esté lastimada no implica en que pierdo fuerzas para defenderla, mientras yo viva, a ella no le pones ni una mano encima. No le tocas ni un pelo.

Exclamé enojada, ya me parecia demasiado que le quiera pegar a una niña, ¿Quien se cree?

Cate se levantó y corriendo subió a su habitación entre llanto. Agarré mi teléfono, y seguí su paso para ayudarla a calmarse una vez estuviera en su habitación.