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—Pondré esto aquí, creo que eso será bueno —Efraín miro la división en la cama.

—Si gustas me duermo en el suelo no hay problema.

—No somos unos jovencitos, tampoco es que fuéramos hacer algo, no estamos para esas cosas, solo acuéstate y ya. —ordeno Regina, logrando que Efraín cruzara los brazos como un niño regañado. —¿Por qué pones esa cara?

—¿Cuál cara?

—Esa, solo te dijo que no es para tanto —volvió a decir Regina —No me salgas que te da pena compartir cama conmigo, yo debería estar preocupada no tú, pero parece que yo soy el hombre.

—Por favor —repobló Efraín con el ceño de indagando

—Nada por favor, es la verdad, mira vamos a cambiar la actitud, tengo sueño y quiero despertar temprano, así que te acuestas o te quedas ahí parado, tu decide —dijo ella entrando la baño.

Efraín se quedó con la boca abierta, sin poder creer que dijo eso, siempre había mantenido control, además nunca dormía con mujeres, siempre era tener sexo un motel y llevarla a su casa.

Tampoco es que fuera a tenerlo con Regina, la respecta y es una amiga, nada más se mentalizo.

Bajo la vista hacia su pantalón, sentenciándolo que no se invoque.

Se sacudió la cabeza como el cuerpo, y solo chasqueo la lengua, quitándose las botas, el pantalón sin dejar de ver la puerta, terminando de quitarse la camisa, refunfuño subiéndose en la cama y se cubrió completo.

Regina se limpió la cara, mirándose en el espejo, claro que estaba nerviosa, pero no significaba nada, se mentalizo en la mente que debía respirar una y otra vez hasta que lo logro mantenerse tranquila, salió del baño solo para encontrarse a Efraín dormido.

De puntillas llegó hasta la cama se sentó y trato de jalar un poco de las sabanas sacudiendo el cuerpo de ferian que apenas se movió.

Se recostó envolviendo con la sabana o el resto de ella, y se abrazó de la almohada.

No sabe cuánto tiempo se quedó así, lo único seguro era que el mismo sueño no venía a envolverla, la irrito cuando los quejidos de Efraín se hicieron presente, deseando meterse dentro de la almohada, incluso darle con ella, aunque si eso así era seguro que lo despertaría.

Miro por la ventana soltando suspiros de resignación, hasta que abrió los ojos cuando la mano de Efraín estaba casi en su cintura, haciéndola girar bruscamente.

—¡Que te pasa! —le dio un almohadazo.

—¡Oye! ¡Que fue eso! —dijo Efraín alarmado —Porque me pegas así, que hice.

—Tu mano, eso fue —le reprocho.

Efraín miro su mano en la cintura de Regina, el solo hizo una O con su boca, mientras ella estaba mirándolo fijamente, dio ser inconscientemente que la abrazo.

—No sé cómo llego ahí.

—¿Enserio Efraín? Vas a decirme eso, ni porque esta le muro en medio.

—Que quieres que te diga, fue inconscientemente, además no estaba sabiendo lo que hacía, así que soy inocente, me despertaste, creí que era este muro de cobija, me gusta dormir de lado.

—Sabes que ...Olvidadlo, solo quita tu mano.

—Bien —respondió dándole la espalda.

Regina rodo los ojos y solo se quedó mirando el techo, solo estaba que el sol llegara lo más pronto posible, miro de reojo a Efraín que estaba en la misma postura.

ABANDONADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora