20

3.9K 304 61
                                    




Efrain no dejaba de verla, mientras ella solo se sintió hundida como si cayera en un hoyo tan profundo y difícil de detenerse, pero mas era la actitud que tomaría el.

Estaba alterando sus nervios.

Su hermana huyo como una cobarde dejándolos solos en la pequeña oficina de Juan, aunque parece que lo tomo bien aun no dice nada, después del enfadoso mareo.

Tan mal lo había juzgado.

Realmente este embarazo era demasiado cansado, no sabia si era por la edad, o porque tal vez había pasado mucho tiempo que no volvía a sentir la maternidad del embarazo ya no la recorbada como sus dos hijos, era claro que los tuvo demasiado joven apenas se caso a los veinte, y finales de ese año era madre de Andres.

Dolio hasta el alma, a diferencia de Carmen que fue mas tranquillo su parto, aun asi, los piquetes en su bajo vientre eran el recordaroio que había cruzado la línea de amistad con Efrain.

Y eso era mas increíble de creer que estaba embarazada, como una noche de cambia todo, no era una jovencita era una mujer hecha y derecha, pero parece que hasta las mas maduras les pasa.

Cruzo mirada con efrain y este ya se había detenido en sus pasos en círculo, se atragando cuando el psuo sus manos en su cinturón y sabia que diría algo.

—Te veo y quiero decir muchas cosas Regina.

—Sea lo que sea dilo.

—Porque no decírmelo, no entiendo porque no tomar el teléfono, y decirme que vaya a verte, no le encuentro un mal motivo de no verme.

—Bueno si te dijo que... Estoy embarazada no sé cómo ibas a tomarlo.

—Como cualquier padre racional hablarlo y ver cómo sería todo, son cuatro meses casi, voy hacer papá y no enterrado estaba.

—Me entere hace unas semanas.

—¿Semanas? —preguntó confundido—Como que semanas, tienes casi cuatro meses, tu msima lo has dicho.

—Se lo que tengo—respondio molesta—Pero como me iba a dar cuenta, cuando tengo muchas cosas en la cabeza, ademas lo canalice por el estress que estaba pasando, no pongas esa cara, porque es verdad, nunca me paso por la cabeza estar embarazada de nuevo.

—Menos yo te haya puesto en esta situación. Realmente pensé que bueno ya sabes tu ...

—Me cuidaba, no deje de hacerlo muchos meses, desde mi separación con Edmundo dejé de usar las pastillas, ya veo.

—Que vez.

—Porqué creíste que estaba casada debió cuidarme—Acusó —En todo caso tú también, recuerdo que tú mismo decías que jamás serías descuidado—Efraín resopló—Uhhhh. Si me acuerdo yo no tengo hijos por ahí se cuidarme, mentiroso.

—Oye eso es verdad me cuido.

—Y porque no lo hiciste conmigo—ahora ella cruzó los brazos.

—Bueno yo... No venía preparado además di por sentado que tú también, además nos conocemos hay confianza.

—No puedo creerlo que respuesta tan tonta como tú.

—Tampoco me insultes era un riesgo, además si no me hablaste después entonces no me llamaste y me puse tranquilo.

—Entonces estabas consciente, ¡Efraín! Y como no te llame entonces seguiste con tu vida pero te estabas carcomiendo si había pasado.

—Si, porque si bueno ya, olvidemos eso esperas un hijo mío y yo debo ser el ofendido.

ABANDONADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora