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—Has estado muy callada desde que venimos a dar el recorrido, no me salgas que el desayuno te cayó mal.

—No tengo nada, solo estoy un poco asoleada.

—No seas quejona, ya vamos a terminar, solo quiero mostrarte donde puedes ir y donde no, en caso de que te pase algo, y no este por comprar el material.

—Como si eso fuera a pasar.

—Ya enserio Regina, dime que paso, porque tan seria te vez.

—Bueno no crees que fue incomodo que tu novia cada comentario que hacia ella respondía, digo te preguntaba a ti, era como si para hablarte debía primero pasar por ella.

—Ah, ya veo —comento Efraín rascándose la barba.

Esa ángeles era una mujer muy posesiva con lo que no era suyo, porque a este paso debía ponerle de nuevo un alto, le duro poco cuando intento salir con una chica del bar, y para su mala suerte ahí estaba ella.

No porque tengan mucho tiempo de salir significa que cada mujer debe ser impertinente y eso hizo ángeles.

—Mira, sé que ángeles es muy entrometida cuando no debe, me disculpo por ella si te hizo sentir incomoda, me disculpo.

—No es que me sintiera incomoda, sino la forma de cómo responde, como si yo quisiera meterme en su relación, será mejor que pongas los puntos claros, no quiero tener problemas se lo que se siente —comento Regina, donde el mismo Efraín noto la mirada perdida de ella.

—Supongan que tu estadía tiene que ver con tu esposo.

—¿Porque debería ser de mi esposo?

—Solo creo.

—Pues no creas nada que pase por tu cabeza, mi vida personal es eso "Personal"

—Para que pregunto, no quiero ser impertinente Regina, pero eres muy especialista.

—En eso si te doy la razón, no deberías preguntar donde no debes, y si soy especialista tampoco es que sea de tu agrado. —comento para finalizar.

Regina avanzo dejando Efraín atrás, ya le dio el supuesto recorrido y ya paso toda la mañana con su novia, solo recodar su voz le empieza a dar migraña, no había notado que es algo molesta.

No es su asunto y era mejor mantenerse así.

Pero poner la cereza del pastel Ángeles fue hasta donde estaba Regina mientras ella terminaba de lavar los algunos platos.

—Podemos hablar.

—por supuesto.

—Mira no quiero que tengas una mala imagen de mí, espero que no te moleste mi presencia.

—¿Debería molestarme?

—Solo comento, ya que estado viniendo. —Regina solo iba escucharla y que se fuera. —Bueno espero que seamos amigas, y ver si me das concejos, para conquistarlo.

—Bueno llevan tiempo, pensé que no necesitas eso.

—Este sí, pero entre mujeres nos podemos apoyar —Regina solo asintió —Efraín dios es un gran hombre, tu sabes de esos, estas casada debes saber a lo que me refiero, supongo que tu esposo debe consentirte tan bien, con todo respeto que guapo, cuídalo amiga pueden robártelo.

—Bueno porque no le preguntas a él, que espera de ti, cuatro años son muchos y si aún no te da el lugar sería bueno que pensaras en buscar otro camino, eso es un consejo de "Amiga", bien termine de limpiar la cocina, y si vas a estar aquí, pues barrer un poco, gracias. —comento Regina saliendo de ahí enojada.

ABANDONADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora