𝓣𝓱𝓮 𝓐𝓭𝓪𝓶 𝓟𝓻𝓸𝓳𝓮𝓬𝓽|| Adam y tú

𝓒𝓪𝓹𝓲́𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓣𝔀𝓮𝓷𝓽𝔂 𝓣𝔀𝓸

[Adam]

Solté un grito desesperado al ver como Mi T/n perdía la conciencia y se caía en los brazos del sujeto que le disparó. Sentí mi alma saliendo de mi cuerpo y mi corazón quebrándose temiendo lo peor.

— Silencio, o serás el siguiente. Ahora camina— Me amenazó pero no podía prestarle atención. Intentaba de todo para zafarme de ella; patear, gritar mientras me movía pero nada funcionaba. Quería correr hacia t/n, tenerla en mis brazos y asegurarme de que estuviera bien.

Pero todo fue un intento en vano. Me llevaron casi a rastras dentro del edificio, mi mente aún no procesaba todo lo que acaba de pasar.

cuando me di cuenta ya nos encontrábamos en un elevador. Sorian le indico que al hombre que me sostenía del cuello mientras me apuntaba con un arma en la nuca los, que se quedara esperando hasta que le indicara. Se salió de nada la versión joven suya que alguna vez me regalaba dulces cuando había una cena en casa. Ahora me arrepiento de haberlos aceptado.

Habrían pasado cinco minutos y la puerta frente a mi se abrió de pronto, dejándome ver a las dos Sorian, mi padre y a Adam. Esto no podía tener un peor panorama.

—Ven aquí— Dijo Sorian y me jalo del cuello de mi chaleco, tomando el arma del hombre y apuntando a mi cabeza.

— Maya, no es en serio— Hablo mi padre con tono serio y al mismo tiempo preocupado.

— Wow ¿que haces? ¿estas loca? solo es un niño— Le dijo su parte joven de Sorian. Al parecer su lado villana de Disney aún no salía para esta línea de tiempo.

— Creo que ya todos nos dimos cuenta de ese echo— Contesto mi yo adulto mientras veía a la joven versión con obviedad.

— Adam, solo escúchala— intento sonar tranquila la versión joven pero fue interrumpida por la voz de su parte adulta. LA cual cada vez me hacia hervir mi sangre.

— Tranquila, no importa— hablo tranquila— Porque Adam va a darme el disco, justo ahora— Aumentó el tono de seriedad haciendo un poco mas de presión sobre el arma que me apuntaba.

Adam se mantenía en silencio, y por su rostro no sabia que hacer.

— Oye guapo sin cerebro, si lo acabo ahora tu también mueres.— Soltó con arrogancia— Hazme caso y tal vez tengas un mejor destino que t/n.

— ¿Espera, qué? ¡¿Qué hiciste con t/n?!— Pregunto alarmado. No pude evitar soltar una lagrima y ver el piso. — No

— ¡¿Acaso te haz vuelto loca de remate?! ¡Era solo una niña!— Gritó alarmado mi padre.

— Y lo poco que me importo hacerlo también me importara con él— Reforzo su agarre haciendo que suba mi mirada. — Ahora dame el maldito disco.

Pasaron unos segundos y Adam no decía nada.

— ¿Adam?—dijo papá esperando una respuesta.

— Lo estoy pensando—Dijo tranquilo.

—¡¿Que?! — dije yo

—¡Adam!— le gritó papá.

— ¡Es complicado!

— No. ¡claro que no!

—¡Necesito pensar!

— ¡no hay nada que pensar! la loca quiere volarme los sesos!

De pronto me dio una sonrisa y guiño un ojo.

Todo pareció ponerse en cámara lenta. El peso del arma ya no lo sentía, pero escuche el sonido del disparo impactando en el vidrio del acelerador. Luego ver a Maya caer a un lado de mi me hizo darme la vuelta, y juro por dios que nunca eh sentido mayor felicidad.