Capitulo 17: Serenidad

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El salón estaba oscuro, y lo único que iluminaba las pequeñas decoraciones que había eran los ya escasos rayos de sol y la reciente iluminación de la luna. La vista de ese lugar intrigó a Sel, ya no lucía como la primera vez que lo vio. Dicha habitación ahora estaba con algunas mantas, una pequeña consola y una lámpara. Las cosas que una vez estaban destinadas a usarse como material para la finalización de ese lugar ya no estaban, en lugar de eso, se veía que el lugar ya estaba terminado e impecable, dando a entender que todo el material fue usado. Era evidente que Reah se había esmerado en arreglar el sitio.

-Reah...¿Tú terminaste el salón?- preguntó Sel, para luego enfocar su mirada en su novia.

-Si, yo y Lili terminamos el lugar hace una semana... Quería sorprenderte.- contestó Reah con un toque de orgullo en sus palabras. Incluso ella estaba impresionada por lo que hizo con su mejor amiga. -¿Te gusta?- preguntó Reah con un toque de timidez, deseando una respuesta positiva por parte de Sel.

-¡Por supuesto que me gusta! En serio, esto es increíble.- exclamó Sel mientras admiraba el lugar. -Pero no hay que olvidar el porqué vinimos hasta acá.- dijo Sel con un tono picante en cada una de sus palabras. Reah solo le dio una sonrisa llena de lujuria, para luego guiarla hacia las mantas que habían en un rincón. Ambas chicas extendieron las mantas, creando así una pequeña zona cómoda para su pequeño plan. Ya estando todo listo, Sel se recostó sobre las mantas, y con unos ojos inocentes pero atrevidos miró directo a los ojos de su novia.

-Estoy lista.- dijo Sel sin dejar de ver a Reah, esta simplemente se acercó y tomó del mentón a Sel, y con un tono suave preguntó. -¿Estás segura de esto?- Sel solo asintió, permitiendo que la albina empezará a quitarse las prendas que usaba en su entrenamiento. Sel solo se quedó observando lo que su pareja hacía mientras que con movimientos sutiles, a la falta de concentración, se iba quitando su uniforme. Antes de que nuestra pequeña peli escarlata hiciera algo, Reah se coloca encima de ella, obligándola a recostarse en las mantas que servían de colchón. Reah se vio un poco sorprendida, Sel mostrada una mirada de determinación en el momento en lugar de nerviosismo, cosa que la albina esperaba.

-Me sorprende lo tranquila que estás ante esto.- exclamó Reah mientras le acariciaba el hombro, bajando lentamente el sujetador de la peli escarlata. -Seré sincera, me he preguntado cómo sería esto.- respondió Sel. -¿Esto? ¿Lo que estamos haciendo?- preguntó Reah, recorriendo una de sus manos por los muslos de su pareja. -Si, esto justamente. Se nota que tienes experiencia.- dijo Sel, aun calmada a pesar de que su sujetador colgaba de su pecho y que sentía perfectamente las manos de Reah en un sitio inapropiado. Reah solo sonrió cálidamente, haciendo que Sel también lo hiciera hasta que su sonrisa se abrió y dejó escapar un leve gemido.

Sel se sorprendió, por primera vez durante el encuentro se mostró nerviosa, y eso lo noto Reah. La joven peli escarlata sentía la presión que ponían las manos de Reah cerca de esa área. Aquel pequeño apretón en uno de sus muslos hizo que se estremeciera un poco, cosa que hizo que Reah mostrara una sonrisa pícara y se acercara al cuello de Sel.

-¿Nerviosa, estudiante ejemplar?- susurro Reah en el oído de Sel. Antes de que Sel dijera algo, la albina paso su lengua por el cuello de Sel, provocando que la misma se estremeciera más. -No tienes experiencia... Eres experta.- exclamó Sel, soportando no soltar otro gemido al sentir hacia dónde se dirigía la lengua de Reah. La lengua de la albina pasaba por la parte superior de Sel, mientras la misma solo jadeaba. En cierto punto, un leve gemido nervioso salió de los labios de la peli escarlata, aquella boquita estaba dando algunos mordiscos en el pecho de Sel.

Para este punto, Reah se había acercado mucho a los pechos de Sel y está cercanía ponía nerviosa a la peli escarlata. Una mano paso por la espalda de Sel, en un intento de calmarla. Iba funcionando, Sel no se estremecía tanto hasta que un fuerte gemido escapó de sus labios. Reah intento ser gentil, cosa que eso ayudo a Sel, quién sentía el leve movimiento de los dedos de Reah en su parte de abajo. Reah la miro con preocupación, tenía un pequeño miedo de que se haya adelantado, Sel solo asintió, quería sentirlo todo.

Reah continuo, el leve movimiento que hacían sus dedos eran cada vez más notorio, y como resultado, Sel se estremecía más.

-Solo son dos... ¿Te apetece aumentar la cantidad?- susurro Reah de manera cariñosa. -...S-Si...- gimió Sel. -C-cuando sientas que es necesario... V-ve aumentando el número...- Tartamudeo Sel. Reah continuo con su labor.

A medida que iba pasando la noche, Reah fue aumentando el ritmo y el número. Sel podía sentir cada movimiento que hacían los dedos de Reah en ella, delicados pero potentes. Aquel viejo salón abandonado se llenó de gemidos leves y uno que otro exaltado, sin duda, las chicas se divertían. En cierto momento, Reah empezó a lucir como si hubiera entrenado, pero lo cierto es que solo tenía tres en su amada. Por otro lado, Sel se veía exhausta y con rastros de una piel rojiza en algunos lados, "pequeños recuerdos" de esa noche la estaban decorando. Después de un segundo round, Reah entro con todo. Pasamos de escuchar leves gemidos a más gemidos, complacidos y llenos de placer, sin olvidar mencionar que también se escuchaba el nombre de Reah con un tono exaltado y lleno de cansancio y placer.

Al finalizar, Reah coloco con cuidado a Sel en las sábanas, ya que, durante el último round, la albina la levantó levemente para cumplir su misión. Estando Sel cansada pero satisfecha, miro a Reah con ojos de amor y está última la beso de una manera posesiva pero amorosa.

-Te amo... Te amo mucho.- jadeo Reah mientras se aropaba y se colocaba junto a Sel.

-Yo... Yo también.- contesto Sel con una sonrisa antes de caer rendida y exhausta en las sábanas.

Pasaron unas horas, apenas era de madrugada cuando el sonido de unos conductos llenaron la habitación. Reah, en un instinto protector, cubrió a Sel con cuidado de que no se viera la forma en que Dios la trajo al mundo y luego se vistió ella rapidísima esperando lo peor.

-¿Reah? ¿Que haces aquí?- dijo la responsable de esos ruidos cuando entro al salón abandonado.

-¿Lili? ¿Que haces aquí? ¿No deberías estar durmiendo?- preguntó Reah.

-Tal vez, solo vine por mi Nintendo switch. Te llamé y mandé un mensaje para que pudieras regresarmela pero nunca contestaste.- contesto Lili

Reah simplemente le dio la Nintendo sin decir nada. Lili empezaba a sospechar.

-¿Estás bien?- pregunto Lili mientras revisaba si había guardado su partida en uno de sus juegos.

-Claro...- dijo Reah.

Lili vio las sábanas acumuladas y sonrió pícaramente.

-Mañana me cuentas como estuvo la velada, ¿ok tía?- dijo Lili antes de irse por los conductos. Reah suspiro, imaginándose la charla de mañana, pero eso no importaba. La albina volteo a ver a Sel, quién aún dormía tranquilamente. Reah la abrazo y empezó a dormirse también tras la bella velada que tuvieron juntas.

...

(Me hubiera encantado hacerlo un poco más "picante" pero por las políticas de Wattpad, tuve que dejar muchos detalles afuera para evitar problemas. Honestamente, es molesto eso, me prepare para esto y no me dejan expresar (⁠〒⁠﹏⁠〒⁠) En fin, espero que una así, haya sido de su agrado. Nuevamente, perdón por las molestias)

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