Capítulo 41

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—¿Tienes frío? —su madre preguntó tan pronto como él se sentó a la mesa y dijeron la oración.

—Sí. Un poco.

—Jiwon, enciende la calefacción.

La mujer de mediana edad asintió e inmediatamente salió del comedor.

—¿Hay algo nuevo sobre la escuela? —su padre abrió el tema.

Jimin quería tanto poner los ojos en blanco. ¿Por qué no podían hablar sobre algo más a parte de la escuela y el dinero?

—Um... Bueno, la graduación será el 29 de mayo y están haciendo un viaje a Londres en abril.

—¿Un viaje a Londres? —su padre cuestionó sorprendido.

—Sí. El comité está planeando un viaje de dos días, de viernes a domingo, con cincuenta personas de nuestro año.

—Oh, eso suena estupendo. 

El señor Park prosiguió hablando con sus otros hijos, Jihoon y Mingyu, pero fue interrumpido cuando Jimin preguntó:

—¿Puedo, um... llevar el pudin arriba? Realmente tengo que... terminar mi lectura antes de tomar un baño.

—No dejes un desastre. —respondió su madre.

Jimin les agradeció por la cena y básicamente corrió escaleras arriba.

Yoongi seguía ahí, sentado en la cama con su celular en la mano.

—Te traje pudín. —le avizó esbozando una sonrisa.

Yoongi lo aceptó mientras Jimin cerraba la puerta con seguro.

—Me siento como uno de esos prisioneros que consiguen comida a hurtadillas si se la maman al chef.

Jimin negó con la cabeza ante el comentario. Fue hacia su escritorio y abrió un cajón, de esta sacó una pequeña caja y dándose media vuelta se la ofreció a Yoongi.

—¿Qué es eso?

—Un nuevo celular.

—No soy un caso de caridad.

—Lo sé, pero yo cumplo mis promesas. Así que... —Jimin agitó la caja— ahí tienes.

—Bien, pero no puedes echarme esto en cara, ¿sí? No alardees al respecto.

—Está bien, Dios. —Jimin puso los ojos en blanco.

Observó a Yoongi intercambiar su tarjeta de un celular al otro, y quiso ayudarle a hacer un ID de Apple pero se dio cuenta de que Yoongi en realidad no necesitaba mucha ayuda porque sabía sobre tecnología.

—Déjame, no soy un idiota.

—¿No lo eres? —Jimin bromeó.

Yoongi resopló con molestia antes de tumbarlo en la cama para besarlo, pero Jimin lo empujó hasta hacerlo recostar sobre su espalda y se sentó a horcajadas sobre él, lo cual lo tomó por sorpresa. Le gustaba cuando Jimin tomaba el control.

—No quiero besarte.

—¿Por qué no?

—Porque besaste a esa chica de tu escuela solo unas horas antes. Es asqueroso.

Yoongi soltó un quejido. —¿Es en serio?

—Sí, en serio.

—Bien. Ya no voy a besar chicas.

—¡Y chicos tampoco! No quiero contraer algún tipo de enfermedad sexual.

Yoongi frunció el entrecejo. —No puedes contraer eso a menos que ponga mi pene en tu culo.

BEBÉ, EL CIELO ESTÁ EN TUS OJOS. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora