Capítulo 24

255 33 9
                                    

Cuando Jimin despertó a la mañana siguiente, Jennie ya no estaba en la cama. La encontró en la sala de estar, sentada en el sofá entre Yoongi y Seokjin comiendo el desayuno que probablemente habían ordenado.

Todo el mundo ya estaba ahí, vestidos con la ropa de la noche anterior, luciendo cansados pero contentos.

—Buenos días. —dijo a nadie en particular, y casi todos le devolvieron el saludo con sus bocas llenas.

Jimin se sentó al lado de Namjoon, en el reposabrazos del sillón, escogió un muffin de chispas de chocolate del plato que estaba lleno de dulces y frutas y lo removió por un rato, tratando de no hacer contacto visual con Yoongi. Se sentía un poco raro por lo que había sucedido la noche anterior, justo como se sintió el día después de que Yoongi lo había hecho correrse.

Pero eso finalmente se desvaneció, porque Yoongi estaba actuando como de costumbre, burlándose de él durante el desayuno y haciendo bromas.

Cuando Jennie les dijo que esa noche había dormido mejor que en semanas, Yoongi hizo contacto visual con Jimin y le guiñó un ojo mordiéndose ligeramente el labio. Jimin no pudo reprimir la sonrisa que apareció en su rostro, y Jennie le sonrió de vuelta porque pensó que la sonrisa era para ella.

—Entonces, ¿qué harás para tu cumpleaños, Jimin? —preguntó ella mientras bebía lo que quedaba del jugo de naranja en el vaso.

—Estoy pensando en una fiesta de piscina en el hotel de mi tío. —respondió, haciendo que Seokjin asintiera emocionado.

—¿Tu tío es dueño de un hotel? —Jungkook preguntó sorprendido.

Jimin asintió. —El hotel SIGNIEL.

—Ese es el hotel más costoso. De Corea. —habló Yoongi.

—Por supuesto que lo es.

Terminaron de desayunar faltando quince minutos para las doce, y para el mediodía ya estaban haciendo el check-out del hotel. Y si Jimin reportó a la mujer de la puerta por acostarse con un cliente, bueno, eso no era asunto de nadie más que suyo.



•     •     •



La semana siguiente estuvo llena de otros dos exámenes, y entonces, finalmente habían terminado con la escuela por el resto del año.

Jennie iba a quedarse casi cada noche, y a Jimin no le importaba el hecho de que todo lo que hacían antes de dormir fuera besarse un poco. Incluso raramente se acurrucaban, y él estaba bien con eso.

No sabía si debía sentirse culpable por el hecho de que Yoongi lo había hecho correrse y viceversa, o por no sentirse culpable en absoluto.

No había visto a Yoongi desde el día después del baile, y para ser honesto, estaba un poco nervioso por su fiesta de cumpleaños.

Iba a empezar dentro de dos horas y sabía que Yoongi iba a venir, y también que todos tendrían su propia habitación en el hotel.

La madre de Jimin había ordenado su traje de Dolce & Gabbana, y él estaba emocionado por usarlo porque era el más costoso hasta ahora. El traje era realmente terso y tenía unos zapatos a juego, y una muy linda camisa negra con cuello blanco. Su cabello estaba peinado con un suave flequillo, y no podía estar más emocionado.

Toda la familia de Jimin iba a venir, pero sus padres le prometieron que todos se retirarían antes de las diez para dejarlo con sus amigos.

La fiesta primero iba a tomar lugar en el restaurante, donde todo el mundo podría comer y su familia podía asistir también. Después, cuando los adultos y niños se fueran a sus habitaciones, la fiesta se llevaría a cabo en la piscina techada que estaba equipada con un gran bar y un DJ. Y Jimin estaba extremadamente feliz porque finalmente podría beber frente a sus padres y sentirse oficial. La torta lo traerían a la media noche, tendría seis niveles de diferentes colores y sabores, y en la base había dieciocho cupcakes, cada uno con una vela para que él las soplara.

Llegaron al hotel veinte minutos antes de que los invitados llegaran. 

Ahora, Jimin estaba empezando a ponerse nervioso, no solo porque se suponía que todos los del onceavo y doceavo grado asistirían, sino porque también vendrían algunas personas de la escuela de Yoongi

Todo parecía estar perfecto; treinta mesas para diez personas estaban repartidas alrededor del restaurante, había tres mesas largas llenas de bebidas y postres, y los cubiertos eran de plata pura. Por lo que sí, Jimin podía calmarse un poco.

Jennie y Taehyung fueron los primeros en llegar, vestidos elegantemente y trayendo regalos. La sangre de Jimin empezó a bombear más rápido porque si había algo que él absolutamente amaba de los cumpleaños, eran los regalos. Su tío ya le había dado un nuevo reloj Rolex, sus padrinos le habían dado el iPhone más reciente, y todos sus demás familiares le dieron sobres llenos de dinero. Sin embargo, no es como si le importara, estaba ahorrando para un yate de todas formas.

Seokjin le compró un nuevo par de tirantes Prada con una camisa de botones negra a juego, y Namjoon le dijo que él también había aportado (lo que probablemente era una mentira pero a Jimin no le importaba para ser honesto). Yoongi y Jungkook se presentaron al último, por supuesto. Jungkook le dio una carcasa para iPhone y Yoongi algo de Prada, del cual Jimin estaba seguro de que lo había robado.

—¿Robaste esto? —le preguntó cuando vio dentro de la bolsa, encontrando un suéter gris.

Yoongi se encogió de hombros y sonrió mirando alrededor.

Jimin tomó eso como una oportunidad para echarle un buen vistazo; estaba usando una camisa negra a cuadros la cual estaba enrollada hasta sus codos, unos pantalones negros ajustados (eso es todo lo que él parecía usar) y unos botines negros.

—¿Puedes, como que, bajarte las mangas para ocultar tus tatuajes? —le preguntó mientras dejaba los regalos en la gran mesa donde estaban los demás.

—¿Por qué?

—Porque mis padres te echarán, de seguro.

Yoongi puso los ojos en blanco y se bajó las mangas. —Hey, todavía tengo mi piercing aquí. —dijo engreídamente y mostró su lengua, esbozando una sonrisa.

Jimin se dio la vuelta y lo guió a su mesa. —Entonces mantén tu boca cerrada. No estás en tu casa donde puedes hacer y decir lo que pase por tu cabeza, ¿sí?

—¿Después de esto iremos a la piscina?

—Sí, pero...

—¿Y podré verte semidesnudo?

—Cállate. —Jimin siseó poniéndose rojo y mirando alrededor para asegurarse de que nadie lo hubiera escuchado.

—¿Y todos tienen su propia habitación?

—Sí.

—¿Incluso yo?

Jimin rodó sus ojos. —Sí. Es el hotel de mi tío.

—Por supuesto que lo es. —Yoongi se burló, y caminó hacia la mesa donde estaba Jungkook para sentarse.

Jimin ignoró el hecho de que algunas chicas de su escuela estaban sentadas allí y estas parecían totalmente encantadas con los dos chicos.











BEBÉ, EL CIELO ESTÁ EN TUS OJOS. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora