Capítulo 39

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Una vez listo Jimin salió de su habitación y justo se encontró con Yoongi a medio camino en las escaleras.

—¿Cómo es que nadie me ve cuando me escabullo?

—La casa es demasiado grande y todo el mundo usualmente se queda aislado en su propia habitación, así que las probabilidades de que te topes con alguien son cercanas a ninguna.

—¿Para qué me llamaste para que viniera? —preguntó Yoongi una vez hubo cerrado con seguro la puerta de la habitación de Jimin tras de sí.

—Estaba aburrido y… Um.

—¿Y se supone que debo entretenerte o qué? ¿Soy tu nuevo bufón, princesa?

—Cierra la boca.

—Hey, si vas a ser grosero me largo. —Yoongi advirtió pero se quitó el gorro y lo dejó caer en la mesa de noche.

—Eh... Necesito que... —Jimin volteó a mirar su laptop. Se preguntó si debía mostrarle lo que había descubierto y saber su opinión sobre el asunto o simplemente proceder con el plan sin contarle nada.

Pero Yoongi acariciándole un lado de su cuello mientras lo miraba directamente a los ojos interrumpió sus pensamientos.

—Los chupetones se han desvanecido.

—Bueno, ha pasado una semana. —soltó Jimin sarcásticamente.

Yoongi lo empujó contra la mesa y comenzó a colocarse sobre él, pero se detuvo cuando la laptop se iluminó, revelando lo que Jimin estaba viendo en internet.

Cuando Jimin le había pedido que viniera, Yoongi se encontraba en medio de una follada con una chica de su clase de educación física. Leyó el mensaje tan pronto como terminó y por supuesto que estuvo de acuerdo en ir a la casa de Jimin. Elegiría a Park Jimin por encima de cualquier persona porque era inocente y puro, y él amaba absolutamente enseñarle nuevas cosas sucias, ver cómo su Jiminie reaccionaba a todo.

Yoongi se alejó soltando una risa. —¿Qué es eso?

—¿Qué es...? ¡Oh! ¡Oh! —Jimin jadeó poniéndose rojo y cerró la ventana de la pantalla— No sé, um... No se suponía que vieras eso...

—Estabas viendo porno, todo el mundo lo hace —dijo Yoongi con simpleza sentándose en la silla del escritorio y reabrió Safari—. Estabas viendo porno gay.

—Yo, eh... Tengo un problema. —Jimin admitió cerrando los ojos con fuerza por la vergüenza.

Y fue entonces cuando Yoongi miró hacia abajo, al duro pene de su bonito chico.

—Tienes un gran problema. —él enfatizó.

Jimin abrió los ojos en grande y rápidamente trató de acomodarse a sí mismo sobre sus pantalones.

—Ven aquí. —dijo Yoongi haciendo un movimiento con su mano.

Jimin obedeció con cautela.

Yoongi se deshizo de su polo antes de hacer lo mismo con la de Jimin y luego lo jaló hacia su regazo para que se sentara a horcajadas sobre él en la silla. Enredó sus dedos en el cabello de Jimin y tiró de estos hacia atrás para que la cabeza del chico se hiciera a un lado y él pudiera inclinarse y lamerle el cuello. Comenzó a trabajar en el cuello de Jimin una y otra vez, su pene dando tirones cada vez que Jimin se removía y dejaba salir suaves gemidos.

Cuando se apartó con un sonido resbaladizo observó su obra de arte; el cuello de Jimin estaba rosáceo y tenía algunas marcas pequeñas nuevas.

De repente Jimin se apartó y miró hacia abajo, al pecho de Yoongi 

—¿Qué es eso? —preguntó presionando su dedo índice contra el pectoral derecho del otro.

—Sabes lo que es.

—Pero no fui yo.

—¿Y?

—¿De quién es?

—Una chica de mi escuela.

—¿Ella fue buena?

—Sí. No hagas pucheros, yo soy tu polvo ahora.

—Quiero un beso negro.

La voz de Yoongi se quedó atorada en su garganta y simplemente se quedó mirando el rostro de Jimin con seriedad.

—Espera, estás... ¿Es en serio?

—Sí. Quiero que me des un beso negro.

—¿Quieres decir que te dé un trabajo con la lengua por atrás?

—Sí, eso.

—¿Qué- De dónde viene eso?

—Lo quiero. ¡Quiero que me des un maldito trabajo por atrás! ¡Jungkook le dio uno a Taehyung!

—Oh… Así que de eso se trata. ¿Lo que sea que haga Taehyung tú también lo haces?

—Sí.

—¿No crees que eso es un poco patético? ¿La necesidad de siempre ser el mejor en todo?

—¿No quieres hacer esto? Pensé...

—Shh. Está bien. Me encantaría. —Yoongi sonrió con malicia y se inclinó hacia Jimin de nuevo, capturando el labio inferior del chico entre los suyos.

—Pero... no te rías de mí, ¿de acuerdo?

—¿Por qué me reiría? Yo soy el que hará todo, tú solo siéntate y disfruta.

—Sí... Bien. Está bien. —Jimin agarró la cabeza de Yoongi entre sus manos y profundizó el beso.

Las manos de Yoongi se deslizaron hacia el culo de Jimin y se levantó de la silla, llevando al chico con él hacia la cama.











BEBÉ, EL CIELO ESTÁ EN TUS OJOS. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora