Capítulo 50

104 14 0
                                    

Jimin estaba a punto de perder la cabeza. En serio. Realmente lo estaba.

Llevaba casi dos semanas castigado y ya se había perdido una fiesta en casa de Namjoon el primer viernes. Había otra el día de hoy pero tenía que aguantar estar en su casa por tres días más.

Sus padres habían llevado a sus hermanos a ver una obra de teatro, así que él podía escaparse e ir a escondidas a la fiesta de Namjoon, pero no quería correr ningún riesgo. Dios sabe lo que le harían sus padres si llegaran a enterarse alguna vez. Así que le había dicho a Namjoon que se sentía un poco enfermo desde el viernes pasado, porque en realidad no admitiría que sus padres literalmente le habían prohibido hacer cualquier tipo de actividad.

Y es así cómo una vez más se encontraba solo en su habitación un sábado por la noche. Eso también significaba que tenía que hacer la cena por él mismo puesto que todos sus empleados ya se habían marchado. Soltando un suspiro, sabía que tendría un colapso mental si no hacía algo para cambiar su situación.

Entonces una idea le vino a la mente.

«¿Tal vez debería invitar a Yoongi? O no. Mejor no. Él querría ir a la fiesta de todas formas».

Jimin miró el reloj y vio que la fiesta había empezado ya hacía media hora. Gruñó de frustración y se sentó en su escritorio, abriendo su laptop. Aquí y ahora, odiaba a sus padres más de lo que había hecho alguna vez.



••••



Yoongi había llegado a la fiesta hacía veinte minutos y no había hecho nada más que buscar a Jimin. Si no ponía sus labios en esa piel blanca y tersa en los próximos diez minutos se volvería loco. Por alguna razón no lo había visto en casi dos semanas y se culpaba a sí mismo.

Y el hecho de que en verdad le importara y quisiera hablar con Jimin, ver a Jimin, lo asustaba.

Finalmente encontró a Seokjin, quien estaba tomando shots con Jungkook en el mostrador de la cocina, con Taehyung observándolos y riéndose.

—¿Dónde está Jimin? —preguntó.

Seokjin volteó a mirarlo. —No ha sido él mismo por casi dos semanas. Creo que se peleó con sus padres.

—Oh, ya veo.

—Deberías llamarlo, sin embargo. —sugirió Seokjin y bebió otro shot.

Yoongi asintió y le agradeció antes de darse la vuelta, y no dejó de caminar hasta llegar afuera donde la música no era tan fuerte. Sacó su celular, el que le dio Jimin, y buscó su número en la lista de contactos antes de presionar su pulgar sobre el botón de llamada.

Sonó tres veces antes de que Jimin contestara finalmente.

—¿Hola?

—Hola, ehm, soy Yoongi.

—Sí, vi eso en la pantalla.

Yoongi no pudo reprimir su sonrisa. —¿No vas a venir a la fiesta esta noche?

Jimin suspiró en el otro extremo. —Mis padres me castigaron hace dos semanas y no puedo salir de la casa hasta el domingo. ¡Y acaban de dejarme solo para que me hiciera la cena yo mismo!

—Entonces tenía razón cuando dije que no sabías ni siquiera cómo hacer tostadas —bromeó Yoongi, y pudo imaginarse al otro poniendo los ojos en blanco—. Espera. ¿Dijiste que tus padres no están en casa? ¿Por qué no puedes venir entonces?

—Porque probablemente volverán a casa como a las once y la fiesta dura mucho más que eso. Además, necesito hacer algo de comer antes de que muera de hambre.

BEBÉ, EL CIELO ESTÁ EN TUS OJOS. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora