Capítulo 51

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El timbre sonó, lo cual significaba que la pizza había llegado.

—Voy por ella.

—Pero no sabes cómo funciona el intercom.

—Lo puedo manejar.

—Bien. Hay dinero en mi billetera en el escritorio.

Yoongi salió de la cama y rápidamente se puso sus boxers.

Jimin aprovechó en limpiarse con un pañuelo desechable mientras Yoongi sacaba algo de dinero de su billetera para luego salir de la habitación. «¿En serio va a abrir la puerta solo en ropa interior?», se preguntó. Decidiendo no darle más importancia se levantó de la cama y se dirigió al baño para tomar una rápida ducha. 

Para el momento en que regresó a su habitación, Yoongi ya había abierto las pizzas en su cama.

—¡Hey, vas a manchar el edredón! —protestó mientras envolvía una toalla alrededor de su cintura.

—Relájate, princesa, tendré cuidado. —Yoongi respondió. Y fue la primera vez que el apodo no iba acompañado de un tono sarcástico.

Jimin se sentó en la cama y se apoyó contra la cabecera, tomando una rebanada de la pizza.

—Entonces, ¿por qué estás castigado? —preguntó Yoongi con la boca llena.

«Qué atractivo… es. Más o menos… Oh, mierda».

Jimin carraspeó ante sus pensamientos. —Bueno, um, ese domingo en tu cumpleaños cuando regresé a casa era tarde y les grité cuando me reclamaron, así que me castigaron.

Yoongi no se rió como Jimin esperaba.

—¿Y qué pasa si vuelven a casa mientras todavía estoy aquí?

—Ya has pasado la noche aquí muchas veces, no se darán cuenta si cierro la puerta con seguro.

—¿Así que voy a pasar la noche en tu habitación?

—Si quieres.

—¿Quieres que lo haga?

—Uh. Sí.

—Esta bien entonces.

—Gracias.

—¿Por quedarme a dormir? —Yoongi sonrió tomando otra rebanada.

—No, por, um, venir aquí en vez de ir a la fiesta.

—Bueno, era aburrida sin ti de todos modos.

Eso literalmente causó mariposas en el estómago de Jimin; el pensamiento de Yoongi necesitándolo para pasar un buen rato.

—¿Ah sí? ¿Y qué hacías en las fiestas cuando ni siquiera me conocías? —le preguntó en un tono juguetón.

—¿Realmente quieres saber?

—Sí y no.

—Me drogaba y luego encontraba a alguien para follar. Por lo general era Jungkook, pero aparentemente está fuera sobre todo el asunto del sexo sin ataduras.

—¿Con quién has tenido sexo? Fuera de la gente que conozco.

—Solo Jungkook.

Jimin entrecerró los ojos.

—Ugh, bien. Puede que me haya besuqueado con Namjoon una vez. Luego está esa chica… La japonesa, con sus dos amigas. Y la otra que tiene una expansión en la oreja y un gran tatuaje de dragón en la espalda.

—Ella parece espeluznante.

—Lo es. —Yoongi se rió y cerró el cartón de la pizza después de haber comido solo tres rebanadas.

Jimin formó un puchero con sus labios. —Genial, ahora soy el único comiendo.

—No tengo tanta hambre en este momento, pero tú puedes comer, no me importa. —Yoongi esbozó una pequeña sonrisa para tranquilizarlo.

—Yo… Busqué en Google los efectos del consumo de drogas. —habló Jimin con cuidado.

Aquella sincera sonrisa de Yoongi se desvaneció.

—¿Y a qué conclusión llegaste?

—Que usas drogas.

—No jodas.

—Yoongi, ¡es por eso que no puedes comer y dormir correctamente!

—He estado limpio desde que tiraste la cocaína por el inodoro y sigo sin dormir.

—Hay píldoras para eso.

—Claro, así como también hay dinero para ese tipo de píldoras que no tengo.

Una ola de tristeza invadió a Jimin, y terminó la quinta rebanada antes de sentirse incómodamente lleno.

—Hay una farmacia cerca —musitó— Puedo… Podemos ir ahí y conseguirte algunas, si quieres.

Yoongi lo miró fijamente, sin decir nada durante un momento.

—¿Por qué haces esto? —cuestionó, su voz sonando cansado.

Jimin se encogió de hombros en respuesta. —Porque quiero ayudarte a mejorar.

—Ya te dije que no soy un caso de caridad que puedes arreglar.

—Y yo ya te dije que esa no es mi intención en absoluto. No necesito una razón para ser bueno.

Yoongi sonrió vacilante y miró hacia otro lado. —Haz lo que quieras.










BEBÉ, EL CIELO ESTÁ EN TUS OJOS. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora