Esa noche...
Parque de los Sauces.
Luciano y Alessia estaban en el parque de los Sauces, caminando tranquilamente. Alessia portaba una blusa blanca de mangas cortas, minishort de mezclilla azul y un par de zapatos tenis blancos.
—De verdad que es tan difícil ese momento por el que está pasando Andrés —dijo Luciano triste.
—Sí, hermano —dijo Alessia triste—. Todavía no podemos creer que el padre de Andrés haya muerto. El señor siempre fue buena persona. No entiendo por qué le pasó esto.
—No lo sé. Me dijo Andrés que un tipo lo mató a balazos ayer —dijo Luciano triste—. Lo peor de todo, es que no se sabe quién es el asesino.
—Qué horror... —dijo Alessia triste y preocupada—. ¿No alcanzaron a ver las placas de la motocicleta?
—No, Alessia. Andrés solo me dijo que la motocicleta era roja —dijo Luciano triste—. Pero me dijo que no había alcanzado a ver las placas.
—Qué triste... —dijo Alessia triste—. No puedo ni siquiera imaginar lo que se siente ver que alguien mate a un ser querido, y no saber quién lo hizo.
—No sé tú, pero sospecho de Adriano Villamizar —dijo Luciano triste, dejando sorprendida a Alessia.
Los dos chicos se detuvieron y se sentaron en una banca.
—¿Que estás diciendo, Luciano? —preguntó Alessia impresionada—. ¿Estás diciendo que fue Adriano quien mató al padre de Andrés?
Luciano se quedó pensativo por unos segundos.
—No. Sólo digo que sospecho de él —dijo tranquilo—. Yo lo he escuchado amenazar a Andrés. Y me consta que habrá matado a su padre.
—Por si las moscas, ¿vas a enfrentarlo? —preguntó Alessia.
—Quizá... —dijo Luciano tranquilo—. Tendría que enfrentarlo y cuestionarlo. Adriano es capaz de cualquier cosa para destruir a sus enemigos.
—Sólo ten cuidado, por favor... —dijo Alessia preocupada.
—Si fue capaz de destruir su noviazgo con Daniela, también lo habrá sido de matar al padre de Andrés —dijo Luciano.
—No sé por qué, Luciano. Pero yo también estoy empezando a sospechar —dijo Alexia ya preocupada—. Me da miedo saber de lo que Adriano es capaz.
Las sospechas de Luciano aumentaban con el pasar del tiempo. El joven tenía miedo que Adriano pudiera haber mandado a matar al padre de Andrés, miedo que no hacía más que aumentar esas sospechas.
De repente, una camioneta Chevrolet Tahoe negra llegó a toda velocidad y se estacionó en el parque. Los dos chicos se asustaron al verla. Dos hombres encapuchados salieron de la camioneta y corrieron hacia Luciano, lo levantaron de la banca y lo sometieron. Alessia se levantó de la banca, asustada.
—¡Suéltenme, qué están haciendo! —gritó Luciano, quien trataba de zafarse de los encapuchados.
—¡Dejen a mi hermano, por favor! —gritó Alessia asustada, mientras trataba de ayudar a su hermano.
—¡Por favor, ayúdenme! —gritó Luciano asustado.
—¡Suelten a mi hermano, por favor! —gritó Alessia desesperada, pero otro encapuchado la sometió por detrás—. ¡Suélteme, señor! ¡Déjeme, por favor!
Los dos hombres se llevaron a Luciano y a Alessia a la camioneta a la fuerza. La camioneta se fue del lugar a toda velocidad.
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En el Ojo del Huracán (TERMINADA)
Teen FictionLa historia de una amistad que se ve amenazada por un político despechado. Andrés Abascal se muda a Monterrey, Nuevo León, para buscar una vida mejor junto a su familia. Daniela Montes de Oca es una chica regiomontana, que terminará con su novio Adr...