26: La traición no se perdona, ni se olvida

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Esa noche...

Parque Avándaro.

Ya era de noche. El clima estaba un poco más frío, y el cielo seguía nublado. Andrés y Daniela estaban caminando y platicando en el parque Avándaro. Los dos se veían muy preocupados.

—Te juro que no puedo con la idea de que Carlos haya intentado aprovecharse de mi hermana, Daniela —dijo Andrés muy preocupado.

—Lo sé, Andrés —dijo Daniela preocupada—. Entiendo cómo te sientes, y más ahora que siempre supiste que Carlos era un sinvergüenza.

—Siempre supe que Carlos que era un asco de persona —dijo Andrés muy triste—. Pero nunca me imaginé que fuera capaz de llegar tan lejos contra mi hermana. Y lo peor de todo, es que me enteré de que abusó de Katia.

—¿Cómo que Carlos violó a Katia? —preguntó Daniela preocupada.

—Sí, Daniela —dijo Andrés muy preocupado y triste—. Estaba en mi habitación hacia mi tarea. Cuando de repente, escuché una plática que Melissa y Katia estaban teniendo en la sala. Y ahí me enteré de que Carlos violó a Katia.

—Dios mío, no puedo creer lo que me estás contando... —dijo Daniela muy preocupada.

—No sé cómo sentirme... —dijo Andrés muy triste—. Pero me pone muy triste saber que Carlos violó a Katia, y estuvo a punto de hacer lo mismo con mi hermana. Y no es por nada, pero parece que a Adriano le gusta hacerme sufrir a través de Carlos.

—¿Estás seguro? —preguntó Daniela preocupada.

—Sí, Daniela... —dijo Andrés triste—. El día que tú terminaste con Adriano, él juró hacerme la vida imposible. Y ahora veo que está cumpliendo su palabra. No sólo llegando al punto de intentar matarme, sino además, haciendo que Carlos intentara aprovecharse de mi hermana.

—Dios bendito... —dijo Daniela consternada—. ¿Hasta cuándo vamos a poder vivir en paz? ¿Cuándo va a terminar la maldad de Adriano?

—No lo sé, pero te aseguro que esto no será para siempre —dijo Andrés tranquilo—. Todo tiene fecha de caducidad. Y la maldad de Adriano es una de esas cosas.

—Dios te oiga, Andrés. Porque yo ya no sé si pueda seguir soportando esto... —dijo Daniela preocupada.

Andrés y Daniela estaban sumamente tristes por la violación que había sufrido Katia a manos de Carlos. Y deseaban que esa tormenta pasara tarde o temprano.

De repente, el celular de Andrés sonó. Él lo sacó del bolsillo derecho de su pantalón y lo revisó. Luciano le había mandado un mensaje.

Luciano
Necesito que vengas a mi casa ahora mismo. Es urgente.

Daniela se preocupó.

—¿Está todo bien, Andrés? —preguntó.

—No, es que Luciano dice que quiere verme —dijo Andrés preocupado.

Andrés quería ir a casa de los Arévalo para hablar con Luciano, quería saber de qué quería hablar.

***

Más tarde...

Casa de los Lazcano.

Roberta estaba en la sala de la casa, sentada en la mesa y cenando. Estaba cenando una hamburguesa con queso, acompañada de un plato de papas fritas y un refresco de cola. Antes de tomar su hamburguesa para darle el primer mordisco, Alan entró a la casa como Pedro por su casa, y luego se acercó a Roberta para encararla.

En el Ojo del Huracán (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora