Alí se alejó de la ciudad casi tan rápido como llegó al ver que su identidad había sido comprometida. Supongo que, aun con todas sus dudas acerca de mí, no imaginó que yo pudiera haber cambiado tanto como para organizar una pequeña fiesta en este lugar. Su visita fue breve, pero sus instrucciones fueron claras: todos los invitados deben ser asesinados. Tenemos, como mucho (y con suerte), dos días antes de que eso ocurra. Los cazadores ya deben estar en camino.
Recordar la mirada que mis amigos me dirigieron al verme tomar el cuchillo me quiebra hasta el punto de que una lágrima vuelve a recorrer mi mejilla. No puedo hacerle daño a ninguna de esas personas. ¿Cómo podría lastimar a Summer, que me recibe cada mañana al lado del casillero con una enorme sonrisa? O a Peter, que se esforzó por sacarme una sonrisa cuando más lo necesitaba. No podría herir a Marie, ni a Jim, ni a Thomas, ni a Grace. Sé que yo sola no puedo cuidarlos. Seguir retrasando las cosas y evadiendo la verdad ya no es una opción; debo enfrentarme a lo que he pospuesto durante semanas.
Permanezco sentada al borde de la cama, mi pierna se agita de arriba abajo sin control mientras la luz del amanecer se cuela por la ventana. Sé que tengo que ponerme en marcha; sin embargo, he perdido el control de mis extremidades. Mi cuerpo se niega a obedecerme hasta que escucho a Tobby quejarse a mi lado, colocando su mentón en mi regazo para mostrarme su apoyo. Con una lentitud impresionante, consigo posar mi mano en su ya no tan pequeña cabeza. Su pelaje entre mis dedos me proporciona la calma que necesitaba, y me duele comprender que no pude buscarle un hogar apropiado para cuando yo ya no esté.
Cuando estoy más tranquila, decido cargarlo y estrujarlo entre mis brazos con cuidado. Su cola se agita frenéticamente cuando lo hago; esta vez no me importa que me lama ni que llene mi ropa con sus pelitos. Realmente espero que no comprenda que me estoy despidiendo de él, pues es seguro que para esta noche estaré muerta. Con suerte, los trucos que le enseñé y el entrenamiento que intenté darle serán suficientes para ayudarlo a sobrevivir en la calle. No tardará demasiado en acostarse en la acera para que alguien le rasque la panza; una pequeña voltereta será suficiente para robar el corazón de alguna persona que pueda adoptarlo.
Tomo un profundo respiro antes de dejarlo en el suelo. Me acerco a mi armario y alzo la madera que esconde las armas que dejaron para mí al inicio de la misión. En mi mochila, guardo tantos cartuchos como puedo, al igual que mi uniforme. Después de elegir ropa lo suficientemente cómoda como para poder pelear pasando desapercibida, coloco un arnés alrededor de mi cadera. Cargo en él armas de fuego y dagas que me servirán en caso de necesitar un ataque sigiloso; una chaqueta larga es suficiente para esconderlas. Recojo nuevamente mi cabello en un estirado y apretado chongo, previniéndome de que puedan jalarlo en algún enfrentamiento. Cuando estoy tan lista como puedo estarlo, tomo el único documento que Anderson me proporcionó y no destruí: el reporte de Brian.
Miro por última vez la casa en la que viví estos últimos meses. Cuando llegué, no la veía como más que muros e innecesarias decoraciones, pero se ha convertido en el único y verdadero hogar que he tenido. Los adornos de la fiesta de Summer siguen colgados, al igual que el desorden que dejamos en el comedor. Reprimo la nostalgia, consciente de que mi tiempo aquí se ha agotado y no vale la pena detenerme a pensar en eso. Al salir, dejo la puerta abierta para que Tobby pueda escapar en el momento en que entienda que no voy a regresar. Él, sin embargo, se sienta frente al marco de esta sin cruzar, creyendo que es otro lunes cualquiera.
Sé cuál debe ser mi primera parada. Necesito confrontar a Brian o la constante sensación de que va a apuñalarme por la espalda será un problema más del cuál preocuparme en batalla. Aunque estoy realmente furiosa, tengo la esperanza de que cambie de opinión para que pueda ayudarme. Enfrentarme a los cazadores yo sola salvaría tal vez a una o dos personas, pero definitivamente no podría cubrir a todas. Me aseguro de tener un arma al alcance en caso de necesitar defenderme, esperando que el peligro que corren mis amigos sea suficiente para presionar el gatillo contra Zeta. Decido entrar a su casa sin siquiera tocar antes a la puerta, pues si lo pienso un poco más definitivamente voy a arrepentirme de haber venido.
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Eres Mi Misión
ActionEntre la intriga y la mentira, April Smith tiene la misión de infiltrarse en la preparatoria SAMOHI para ganarse el corazón del hijo del líder de los Silentes. Un agente Sombra de su categoría jamás se atrevería a dudar de la palabra de sus superior...