Capítulo veintinueve: Cabos Sueltos

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Camino al lado de Summer y, aunque sí estoy feliz de estar de regreso en SAMOHI, el día ha sido realmente caótico. El campus está decorado con cientos de globos de distintos colores, y hay carpas repartidas en las áreas verdes. Carteles, animadores y botargas representando a las mascotas de diversas universidades invitan a los estudiantes a festejar con ellos, pero yo rechazo de inmediato cualquier intento de hacerme bailar. Mis compañeros de clase vienen vestidos de manera formal, mientras que yo me enteré de que el día era aparentemente importante solo cuando puse un pie en el estacionamiento.

—¿April? —pregunta Summer—. ¿Al menos estás escuchándome?

—Lo siento —excuso aturdida por la cantidad de personas en los pasillos mientras recibo un sexto folleto—.  ¿Por qué tanto alboroto?

—Si hubieras leído mis mensajes tal vez no hubieras elegido venir en pants y una playera que dice "Ew, people." —me regaña, más ansiosa de lo habitual, mientras acomoda los documentos en sus manos.

—Yo creo que es bastante adecuada para la ocasión.

—April, esto es importante. Por favor, dime que no olvidaste enviar tus solicitudes.

—Mmm...

—¡April!

Es el último año. Marie, Summer y Peter han estado esforzándose al máximo para ser aceptados en universidades prestigiosas. Yo, por obvias razones, no me he preocupado en lo absoluto por eso. Apenas he hablado del tema con alguien aparte de ellos, y siempre respondo que no he tomado una decisión final. Sin embargo, parece que el tiempo se me ha agotado. Decir que me tomaré un año sabático es la salida fácil, la mejor opción para evitar preguntas. A pesar de eso, me gustaría elegir una universidad como excusa para cuando me vaya.

Miro a Summer, recordando que me ha otorgado el título de su mejor amiga, y me doy cuenta de que probablemente quedará muy afectada cuando desaparezca de su vida sin dar explicaciones. La distancia podría al menos proporcionarle una razón válida por la cual deje de recibir noticias acerca de mí. Mientras caminamos entre la multitud, no puedo evitar sentir culpa por no haberla considerado a ella antes y decido hacer lo que mejor hago: mentir.

—Quiero estudiar en el MIT —respondo luego de ver que está a al menos seis horas de vuelo comercial y es altamente reconocida, especialmente por sus programas en ciencias, ingeniería y tecnología, algo dentro de mi área de expertis. Decido deshacerme del resto de folletos y quedarme únicamente con ese.

—¿En el MIT? —suena incrédula—. Por favor, April. Para eso necesitas actividades extracurriculares, cartas de recomendación y tus calificaciones deben ser realmente sobresalientes.

—Mis calificaciones son perfectas, he hecho suficientes investigaciones para poder presentarlas y no debe ser complicado convencer a algún profesor de darme una recomendación.

—Hablas como si fuera tan sencillo como preparar un cereal. Además, las fechas ya deben haber vencido.

—Vale la pena intentar, ¿no? —contesto tranquila, consciente de que solo es una excusa.

La ayudo a cargar sus cosas, ya que las hojas comienzan a resbalarse entre sus dedos y su mochila amenaza con caer de su hombro. A pesar de haber intentado lucir sofisticada y segura con su traje sastre, maquillaje sutil y cabello prolijamente peinado, no puede evitar verse tan eufóricamente desastrosa como siempre. Hoy tiene una entrevista muy importante y necesita causar una buena impresión para obtener una beca, y simplemente no puede controlar sus nervios. Cuando llegamos frente al salón en donde la citaron, me detengo a darle un abrazo, esperando que eso le brinde un poco de la confianza que parece haber perdido de camino hasta aquí. Ella respira hondo y, aunque su sonrisa sigue siendo tensa, asiente con determinación. Me aseguro de que sus papeles estén en orden y le doy un último apretón en el hombro.

Eres Mi MisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora