Sterek
Derek Hale / Stiles Stilinski
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En la casa Hale-Stilinski, las habitaciones estaban insonorizadas, esto porque cuatro de los cinco integrantes de la familia, eran hombres lobo con una súper audición; aunque, por el momento, los tres integrantes más pequeños no la tuvieran tan desarrolla.
Y mientras estuvieran tan pequeños, obviamente las puertas no se podían cerrar. Stiles había colocado cinta adhesiva en las cerraduras, evitando que pudieran cerrarlas. La única que no tenía, era la que compartía con Derek, y aún no la cerraban por completo para poder escuchar (como en ese momento) cuando sus niños despertaban para hacer travesuras. Como los tres seguían siendo tan pequeños, dormían en la misma habitación, lo que los unía para cometer travesuras en hermanos.
Escuchando unos pequeños pasos acompañados de susurros, Derek se despierta de inmediato, prestando atención.
Sintiendo que el hombre a su lado se mueve, Stiles despierta, teniendo el sueño ligero desde que era padre. —¿Qué pasa? —ve a Derek sentado en la cama, mirando atentamente a la puerta.
—Ven. —el hombre lobo coloca una mano en la espalda de Stiles, quien se remueve hasta seguirlo fuera de la cama hasta el pasillo. —En silencio.
—¿Qué pasa? —Stiles vuelve a preguntar. —¿Son los niños? —dirige la mirada hacia la habitación de ellos, pero se dirigen a las escaleras para el primer piso.
Con una gran sonrisa, Derek se detiene en la puerta de la cocina, echando una mirada adentro. Stiles hace lo mismo, sonriendo al darse cuenta de lo que ocurría.
Sus tres cachorros estaban allí, intentando llegar al mesón donde Stiles había colocado las galletas.
—Alex sostén bien la linterna. —Nolan le dice a su hermano menor, quien efectivamente sostenía la linterna que lo iluminaba y al mesón. —Bien, Eli, sabes que hacer. —tomando al más pequeño entre ellos, Nolan lo alza para que pueda treparse en el mesón.
Cuando esta arriba, Eli abre el tarro con galletas, pasando una por una a Nolan, quien las sostiene para luego repartirlas entre los tres.
A Nolan se le había ocurrido aquel plan, ya que su madre les había prohibido comer galletas por las noches, como castigo luego de haber hecho un desastre en la habitación de juegos. Pero ellos "necesitaban" esas galletas para poder dormir ¡O no podrían!. Con el apoyo de sus hermanos menores, iniciaron con el plan. Sólo debían esperar que mamá y papá se durmieran. Luego, en silencio, podrían conseguir llegar a la cocina. ¡Todo estaba saliendo de acuerdo al plan!
Pero, no contaban con el oído de hombre lobo de su padre.
Pasándole unas galletas a Alex, Nolan se come una antes de ayudar a Eli a bajar del mesón.
—Pero que tenemos aquí. —atrapados, los tres cachorros se asustan cuando la luz de la cocina se enciende. —Estan en problemas.
Stiles, apareciendo con los brazos cruzados, mira a los tres bribones. Derek, se queda fuera del regaño, sonriendo sin poder evitarlo. Había recordado las pequeñas travesuras que hizo con sus hermanos cuando sólo eran unos niños traviesos. Le alegraba poder revivir esos momentos, de aquella manera con sus propios hijos.
—No me estés mirando con esa cara amargada que heredaste de tu padre, amiguito. —Derek escucha a Stiles decir. —Caminen a sus camas. —luego ve a sus hijos salir uno detrás del otro en fila india. Llevan los ceños fruncidos y un mohín.
—Se parecen a ti. —el hombre lobo detiene al humano cuando sale de la cocina.
—Yo digo que son idénticos a ti. —Stiles sonríe con esos labios que Derek adora besar, así que se acerca para hacerlo.
—Son una combinación perfecta de los dos.
—No pude haberlo dicho mejor, sourwolf