Geraskier
Geralt de Rivia / Jaskier.
•Observando a sus hermanos entrenando con su padre, Waylan se siente algo triste. A diferencia de Ulf o Ciri, pensaba que no había nacido con alguna habilidad especial que le hiciera sobresaltar. Aunque sus hermanos habían aprendido a pelear desde pequeños, entrenando con la espada cuando pudieron sostener una, la verdad es que él apenas podía alzarla sin tropezar. Ni hablar de blandirla o usarla para cubrirse.
—Waylan. —notando a su madre sentarse a su lado, el chico le da una mirada. —¿Por qué llevas esa cara tan larga?
Jaskier, preocupado, pregunta mientras pellizca el cachete de su niño más pequeño.
—Mamá ¿Por qué no soy como mis hermanos? —Waylan sorprende a Jaskier con aquella pregunta. —¿Fui adoptado?
Aquello se ganó una verdadera risotada de parte del bardo. —¿Qué dices? —Jaskier toma una larga respiración antes de seguir hablando. —No eres adoptado. —asegura. —Viniste de aquí, al igual que Ulf. —toca su barriga. —Creeme, esos nueve meses y el dolor del parto no son fáciles de olvidar.
—Bueno... —Waylan vuelve a mirar a su padre. La verdad, es que Ciri era la única que no tenía relación sanguínea con ellos, pero aún así se parecía más a su padre que él mismo.
—¿Qué estás pensando? —ahora acariciando el cabello castaño de Waylan, Jaskier inquiere más en la situación.
—Es que... No soy como ellos. —Waylan confiesa mientras señala a sus hermanos. —No soy como papá.
—¿Y qué tiene de malo ser diferente? Eso no te hace menos parte de esta familia.
—Pero no tengo nada especial. —no era tan fuerte o valiente, no era audaz de la misma forma asombrosa que Ulf o su padre. Ni siquiera podía ser tan ágil como Ciri. —También quiero ser como papá. —era algo que lo hacía sentir excluido.
—Bueno... Yo tampoco puedo pelear como ellos, ni siquiera tengo la habilidad para enfrentarme a un monstruo al igual que tú padre o Ulf. —Jaskier dice.
Por supuesto que era lo suficientemente fuerte para defenderse o a su familia, pero en comparación al resto, seguía siendo alguien débil sin talento para las batallas.
—Creo que es algo que nosotros tenemos en común. —Jaskier le sonríe a Waylan cuando tiene su atención. —¿Es malo que te parezcas a mi?
Observando atentamente a su madre, Waylan piensa en eso, dándose cuenta de que se enfocó tanto en las diferencias con su padre... que no pensó en lo que tenía en común con su madre.
—No lo es. —Waylan responde, sintiendose un poco mal por sus pensamientos, abrazándose a un costado de Jaskier, quien lo recibe con cariño.
—No tienes que ser igual que tus hermanos, cada uno es único a su manera. ¿Esta bien? —acariciando el cabello de Waylan, manteniendo el abrazo, Jaskier recibe un asentimiento. —Quizás no puedas usar una espada pero... ¿Qué te parece un instrumento?
—¿Un laúd como tú? —Waylan alza la mirada.
—No exactamente. —Jaskier le sonríe. —Puede ser cualquier otro instrumento. —luego dice, pensando en todos los que existían. —Y si no te gusta, podemos probar con otra cosa.
Waylan lo piensa.
Aunque crecieron rodeados por la música debido a su madre, quien siempre estaba cantandoles, escribiendo canciones o tocando algún instrumento (sobretodo su laúd) nunca se le ocurrió intentar aprender de la música. Suponía que... debía ser como sus hermanos para sentir que pertenecía a la familia.
Entonces, Waylan le da una oportunidad a la idea de Jaskier, descubriendo que al igual que él, su talento se desarrollaba en un ámbito más artístico. Y aunque su flauta era su instrumento favorito, podía tocar incluso el piano. Tenía un talento nato, algo que le volvía especial.
—Eso estuvo increíble. —siendo atrapado por un brusco abrazo de Ulf, Waylan se queja mientras intenta librarse. Acaba de hacer su primera presentación en solitario. Usualmente, siempre acompaña a su mamá, así que estaba nervioso.
Ciri también le felicita por su actuación, pero es sólo cuando su padre se acerca para elogiarlo, diciendo que tenía un don que lo hacía tan especial como su madre, es que realmente siente que a conseguido algo invaluable.
—¿Tan especial como yo? —Jaskier sonríe al lado de Geralt, dispuesto a molestarlo un poco. —¿Consideras mi talento con la música como un don? —abrazandose al hombre de cabello largo y blanco, recibe un gruñido como queja por sus palabras. —¿Dónde está el brujo que pensaba que mi canto era como un pay sin relleno?
Inclinándose para besar a Jaskier y callarlo, Geralt dice al separarse: —No se de qué hablas. —de Rivia no iba a negar o aceptar ninguna acusación. Aunque al comienzo había creído aquello de Jaskier, cuando el bardo era un adolescente caprichoso y molesto, luego de tantos años escuchándolo hasta enamorarse de él... le hicieron cambiar de opinión sobre eso.
—Por supuesto. —Jaskier se burla antes de ir con su hijo para felicitarle.
Geralt les ve reunidos, sonriendo y hablando con ánimos.
No puede creer que sean su familia, que todo aquello fuera suyo, que le perteneciera algo tan único y especial. Y todo gracias a Jaskier. Sin él, no hubiera aprendido que podía cambiar y merecer algo como la felicidad.
Estaba agradecido por haberse encontrado.