En el corazón del palacio del gobierno de Irán, la majestuosidad del mármol y los adornos dorados contrastaban con la oscuridad del poder opresivo que se ejercía allí. Una gran lámpara de araña colgaba del techo alto, iluminando el salón principal donde se encontraba el presidente, rodeado de sus consejeros y guardias uniformados que se alineaban en formación perfecta.
El presidente, un hombre de semblante severo y ojos penetrantes, observaba desde su trono elevado. Cada detalle de su postura y gestos reflejaba el control absoluto que ejercía sobre el destino de aquellos bajo su jurisdicción. A su lado, consejeros con expresiones serias murmuraban entre sí, discutiendo informes y decisiones que afectarían a la nación.
En un rincón oscuro del salón, los pasos pesados de botas militares resonaban sobre el suelo de mármol. Un grupo de soldados armados arrastraba a un joven, cuyas manos estaban atadas detrás de la espalda. Aunque su postura era de sumisión forzada, sus ojos brillaban con una determinación que desafiaba el temor que sentía.
El presidente se puso de pie lentamente, sus ojos fijos en el joven con una mezcla de desprecio y curiosidad.
El presidente se puso de pie lentamente, sus ojos fijos en el joven con una mezcla de desprecio y curiosidad.
Presidente: (con voz grave y acusatoria) ¿Sabías que en nuestra tierra, cambiar del Islam al cristianismo se considera un crimen imperdonable? Una traición que merece veinticinco años de encarcelamiento. Pero tú, joven rebelde, has desafiado incluso esa condena. Tu castigo será ejemplar.
El joven alzó la mirada hacia el presidente con una determinación que contrastaba con su juventud y vulnerabilidad.
Joven: (con voz temblorosa pero firme) Mi fe en Cristo es más fuerte que cualquier ley humana impuesta por este régimen.
Los consejeros del presidente intercambiaron miradas significativas, mientras él continuaba pronunciando el veredicto que sellaría el destino del joven bajo las leyes implacables del país.
Presidente: (con frialdad) La sentencia es clara. Tu conversión y rebeldía no solo traicionan nuestras leyes, sino también nuestra cultura y religión. No podemos permitir que el cáncer del cristianismo se extienda entre nuestro pueblo.
El joven sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero no dejó que el miedo se reflejara en su rostro. Sabía que estaba en peligro, pero su fe le daba fuerzas para enfrentar cualquier consecuencia.
Presidente: (mirando a los soldados) Llévenselo. Asegúrense de que sirva de ejemplo para cualquier otro que intente seguir su camino.
Los soldados asintieron y, sin más dilación, comenzaron a arrastrar al joven fuera del salón. El joven no pudo evitar lanzar una última mirada desafiante al presidente.
Joven: (gritando) ¡Dios está conmigo, y aunque me quiten la vida, su amor nunca se apartará de mí!
El eco de sus palabras resonó en el salón mientras era llevado a su destino incierto. Los ojos del presidente se entrecerraron con desdén, pero un ligero titubeo en su expresión reveló que las palabras del joven habían dejado una marca, aunque pequeña.
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Do-Re-Mi Libertad
Ficção GeralEn un Irán bajo el yugo opresivo de un régimen totalitario, la fe es un crimen y la música es el arma secreta de unos valientes jóvenes dispuestos a desafiarlo todo. Pablo, un talentoso cantante universitario, descubre un mundo clandestino de creyen...