A pesar de la tensión y el miedo que habían experimentado en la cafetería, el encuentro con los Guardianes de la Revolución paradójicamente había fortalecido los lazos entre los cuatro amigos. Al compartir la experiencia, al enfrentar juntos la adversidad, habían descubierto una conexión más profunda, una solidaridad que iba más allá de la música.
Mientras caminaban por las calles de Teherán, en dirección al almacén donde habían ensayado el día anterior, un silencio cómplice los envolvía. No necesitaban palabras para comunicarse, para expresar la mezcla de emociones que bullían en su interior: miedo, incertidumbre, pero también esperanza y determinación.
— Creo que nunca me había sentido tan cerca de ustedes —dijo Sara, rompiendo el silencio. — Hoy, cuando vi a esos Guardianes entrar en la cafetería, pensé que se me paraba el corazón. Pero al mirarlos a ustedes, al ver que estábamos juntos en esto, sentí una fuerza que no sabía que tenía.
— Yo también —dijo Marcos, con una sonrisa tímida—. Siempre he sido un poco tímido, inseguro. Pero hoy, al ver cómo nos apoyábamos unos a otros, me sentí... valiente.
— Es increíble cómo las dificultades nos unen —dijo Gabriel, con una mirada llena de gratitud—. Hoy hemos visto el verdadero significado de la amistad, de la hermandad.
— Y de la fe —añadió Pablo—. Cuando pensé que nos iban a descubrir, recé con todas mis fuerzas. Y sentí que Dios estaba con nosotros, protegiéndonos.
— Yo también —dijo Sara—. Sentí una paz interior que no puedo explicar. Como si una fuerza superior nos estuviera guiando.
— Esa fuerza es el amor —dijo Gabriel, con una sonrisa serena—. El amor de Dios, que nos une y nos da fuerza para enfrentar cualquier obstáculo. Como dice en Juan 16:33: "En el mundo tendréis aflicción; pero confianza, yo he vencido al mundo".
Las palabras de Gabriel, llenas de fe y esperanza, resonaron en los corazones de sus amigos. Recordaron que, a pesar de las dificultades y los peligros, no estaban solos. Tenían el amor de Dios, la fuerza de la amistad y la música como refugio y expresión de su fe.
Al llegar al almacén, se detuvieron un momento frente a la puerta. El viejo edificio, con sus paredes desgastadas y sus ventanas rotas, parecía observarlos con curiosidad, como si fuera testigo silencioso de su creciente conexión.
— Entremos —dijo Pablo, con una sonrisa de emoción—. Tenemos mucho que compartir, mucho que cantar.
Y al cruzar el umbral del almacén, los cuatro amigos sintieron que no solo estaban entrando en un espacio físico, sino también en un nuevo capítulo de sus vidas, un capítulo lleno de música, fe y amistad. Un capítulo que, a pesar de las dificultades y los peligros, prometía ser inolvidable.
El almacén los recibió con su familiar olor a polvo y humedad. Los rayos de sol se colaban por las grietas del techo, iluminando motas de polvo que danzaban en el aire como pequeñas estrellas. Pablo se dirigió al centro del improvisado escenario, sintiendo una mezcla de nerviosismo y emoción. Era la primera vez que iban a tocar "Ecos de Libertad" después del encuentro con los Guardianes de la Revolución, y la canción había adquirido un nuevo significado, una carga emocional más profunda.
— Bueno, chicos —dijo, con una sonrisa nerviosa—. ¿Listos para otro ensayo?
Marcos se sentó al piano, Sara se preparó para marcar el ritmo con su beatbox, y Gabriel afinó su guitarra. Un silencio expectante llenó el almacén, roto solo por el sonido de las cuerdas al ser pulsadas.
— Esperen un momento —dijo Gabriel, con una expresión pensativa—. Creo que deberíamos añadir algo a la canción. Algo que refleje lo que hemos vivido hoy.
ESTÁS LEYENDO
Do-Re-Mi Libertad
General FictionEn un Irán bajo el yugo opresivo de un régimen totalitario, la fe es un crimen y la música es el arma secreta de unos valientes jóvenes dispuestos a desafiarlo todo. Pablo, un talentoso cantante universitario, descubre un mundo clandestino de creyen...