in between | James Potter

14

La mañana siguiente desperté de muy buen humor, ya podía sentarme yo sola y podía doblar mis piernas.

Fue el primer día desde el accidente que no recibí flores o cartas de William. James al contrario había recibido más chocolates y cartas de amor, lastima, hoy era su último día en el hospital.

Una sonrisa culposa se me escapa al recordar el día de ayer. Al llegar a las cocinas, James me encontró un pastel de zanahoria lo cual disfruté mucho, duramos horas en la cocina comiendo lo que se apareciera, que cuando James me llevo de regreso, me quede dormida en sus brazos. Confieso que desperté cuando me recostó en la cama, aparte que dijo un "Descansa Lake". Volvió a llamarme Lake.

—¿Estas listo señor Potter?— Madame Pomfrey quitaba las vendas de su cabeza.

No podía ver nada por la cortina pero supongo que James asintió.

—No quiero que vuelvas así Potter, Por favor.—

James rio. —No lo haré Poppy.— el chico se puso de pie, y camino hacia mi. —Mejórate Blake.— dijo con esa sonrisa. —Puedes quedarte con los chocolates de las—

—¿De tus fans?— interrumpí.

James rio. —Exacto, vendré a visitarte.—

Sonreí.

Estuve toda la tarde aburrida. Puede que sea mejor que estar en clases pero en verdad necesitaba recuperarme.

Después de escribir las nuevas cosas de mi journal, decidí retroceder unas páginas.

Sábado 14, 1974
Remus es el peor, ahora que fue nombrado prefecto se cree superior. ¡Me acusó a mi y a Claire por tomar! Digo, yo se que está mal, pero vamos soy su hermana. Ni siquiera me habla, creo que le doy pena, pero que importa. Su amigo Sirius me aconsejo de una "Mejor" manera que el alcohol no es la mejor solución. No se porque todos piensan que soy alcohólica. ¡No lo soy!
Hoy en la noche escaparemos Claire y yo a la habitación de Sarah, dijo que iba a presentarnos a alguien.

Miércoles 18, 1974
La cabeza me está matando. Ayer me quede en la habitación de Sarah y terminamos tomando alcohol.
Hoy es el partido de Gryffindor contra Slytherin, no tengo fuerzas para ir y ni siquiera quiero ir. ¿Ver como Potter gana el juego y se lo dedica a Evans? Ew. Eso si que dan ganas de vomitar.

Domingo 27, 1974
Remus me hablo. Me dijo que era mi última oportunidad para dejar de hacer las cosas que hago con Sarah.
Me invitó a las tres escobas y habló conmigo. Me dijo lo malo que es el alcohol y que ya le habían dicho que fumaba. Honestamente, creo que lo haré. Necesito recuperar mi vida de antes. Despertar sintiéndome normal, y poder tener tiempo para mi misma. No desperdiciarlo con alcohol.
Demonios, Remus debería convertirse en alguien importante.

Iba a continuar leyendo hasta que madame Pomfrey aviso que tenía visitas.

Remus apareció con una sonrisa y un libro en su mano.

—Hola.— salude sentándome.

Mi hermano sonrío.—Que bueno que ya puedes sentarte.—

—Lo se.—

Remus me extendió el libro. —Te traje esto.—

"¿Porque es bueno cambiar?"

Lo mire ingenua. —¿Que se supone que es esto Remus?— dije un poco enojada.

—Un libro.—

Lo mire obvia. —¿A que te refieres con el título?—

—Ayer dijiste que querías cambiar.—

—¿Y tratas de ayudar con un libro? Ni siquiera puedo leer Remus.—

Mi hermano quien tomaba asiento se llevó las manos a la cara.

—Solo estoy tratando de ayudar, si no lo quieres lo regreso y ya.—

Lo mire confundida. —¿Estás bien?— se veía raro.

—Estoy cansado es todo.—

Los efectos secundarios de la luna llena.

—Pues no quiero tu absurdo libro.—

Remus se giró hacia mi. Llevaba su mirada de frustración.

—¿Enserio Blake? Después de que sigas teniendo tu reputación hasta el suelo, y no quieres cambiar.— soltó.

Bufé furiosa. —¡Te recuerdo que no eres mi madre Remus! No tienes ni puta idea por lo que he pasado estos años.—

—¿Y tú crees que yo no lo se? Te he visto caer más bajo cada vez. ¿Te das cuenta de lo que haz echo con tu vida? —

Trague el nudo que tenía en mi garganta. —No tienes idea de lo que tú haz echo con la mía. Desde el momento que me diste la espalda todo se fue a la mierda.—

—¡No Blake! No puedes culparme a mi. ¡Tu eres la que decidió alejarse! ¡Trate de ayudarte pero tú no quisiste mi ayuda!— mis ojos comenzaron a cristalizarse. Remus trago saliva y se acercó más a mi apuntándome con su dedo. —Así que jamás te di la espalda, tú simplemente decidiste quedarte atrás.—

Es solo el efecto de la luna llena Blake, ignóralo. Me decía a mi misma. Era muy tarde, una lágrima culposa se escapó de mis ojos.

Solte una risa, una risa frustrada.

—Pobre de mi hermano.— hable. —Siempre el mártir. Siempre el que tiene una historia trágica que justifica todo.—

—'De que hablas?—

—De tu puto problemita.— dije llorando. —¡El terrorífico hombre lobo de Hogwarts!—

—Cállate Blake.—

—¡Pues que bien te sale Remus!— las lágrimas seguían cayendo. —Todo el mundo te adora, deberías estar acostumbrado a lidiar con personas como yo.—

Remus tenía los puños apretados. —¡No se trata de eso y lo sabes! Siempre estás metida en un lío, arruinando todo.—

—¿Es así como piensas de mi? La decepción de la familia, la chica problemática que arrastra tu buen nombre en el suelo, ¡La zorra de Hogwarts!—

Remus elevó su voz. —No se trata de eso Blake. Se trata de que ya no se como ayudarte si no quieres ser ayudada.—

Me hacía falta el aire. No podía parar de llorar. Las uñas clavadas en mis manos no estaban ayudando.

—Entonces lárgate, no necesito que te quedes.—

Remus se puso de pie. —Quizás tengas razón. Quizás necesitas enfrentar el futuro tú sola.—

—Pues hazlo.— dije con la voz cortada. —Lárgate de aquí.—

Sin mirar atrás, Remus salió de la habitación. —Tal vez algún día entiendas que todo lo que hago es por que te quiero.—

Seguí llorando. No podía más. Pensé que las cosas entre Remus y yo estaban bien, pero no lo están.