Faltaban tan solo minutos para que llegáramos a nuestro destino y estaba nerviosa hasta los pies, nunca había ido a competir en decathlones, solo presentaba exámenes y sacaba buenas notas, ni siquiera sabía si iba a poder estar a nivel de todos aquí ya que ellos venían casi siempre.
Mi mente empezó a jugar en contra mía, todo el camino estuve tranquila, o al menos eso traté ya que la personita que estaba a mi lado no lo facilitaba.
Todo el camino compartimos un espacio reducido, al principio compartimos preguntas triviales o pequeñas anécdotas graciosas para pasar el rato, luego decidí sacar mi cuaderno para dibujar, todo ese tiempo él solo me miraba.
Pensé que eso me iba a poner nerviosa, pero la verdad es que no fue así, me sentía tranquila cuando él observaba lo que hacía con tanto detenimiento, sentía que en realidad alguien lo disfrutaba de verdad, su presencia me daba tranquilidad.
Antes de entrar al lugar decidí acomodarme mejor el uniforme, la falda realmente me incomodaba ¿Por qué rayos las hacían tan cortas?
Decir que el salón del hotel donde se llevaría a cabo la competencia es grande le queda corto, es muy amplio y tiene un aire antiguo, todo el hotel lo tiene.
Todas las paredes tienen un papel tapiz verde oscuro con estampado floreado, el piso tenía una alfombra color mostaza muy oscura igual, largas cortinas a los laterales de un rojo vino que combinaba con el estampado de las paredes -aunque no haya ninguna ventana- todo era madera oscura, las sillas, el escenario, el podio, las puertas, etc.
Es como si lo hubiera decorado una abuelita.
Oye, mi abuelita tiene mejor gusto.
Si estuviera aquí de noche me daría miedo....
Había pocas personas sentadas en los asientos del público, apenas eran las 11 y faltaba todavía una hora para que empezara la competencia.
Un poco al fondo del escenario estaban colocadas 4 sillas de madera, dos de un lado y dos del otro, eran para cada equipo. En medio estaba el podio con el micrófono. Abajo estaba la mesa del jurado que nos vería de frente para juzgarnos cada error y aprovecharse del más mínimo titubeo que tengamos.
Los mejores profesores de las mejores universidades llegaron solo para bombardearnos con preguntas otros no sabrían, pero nosotros estábamos obligados a saberlas todas sin ningún fallo.
—Bien, sé que esto se ve aterrador, pero es solo otra competencia más del Decathlon —ella se fijó en mí antes de carraspear la garganta y volver a hablar— Y para los que no hayan estado en una antes, es como...presentar un examen final muy importante de tu materia más difícil, solo que con muchas personas más viéndote.
Vaya, esa no era la motivación que esperaba.
Pensaba que no se me notaba nerviosa, hasta que cierta persona se acercó a mí y logré notar preocupación en sus ojos.
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La Chica De Las Notitas.
Genç KurguElla ha estado enamorada de él desde hace tiempo, pero no sabía cómo hablarle sin morir en el intento. Por eso cada día le dejaba una notita en su cuaderno. Él nunca se había fijado en ella, ni siquiera sabía quién le dejaba las notas, pero la esper...