Jenner's princess ; the Jenner Sisters

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ALEXA SMITH:

Febrero estaba a una semana de distancia y la preparación para los cumpleaños de los pequeños Webters ya estaba casi listo.

Miré mi teléfono una última vez antes de seguir con el informe que debía entregarle a Kris Jenner al día siguiente.

Para ser sincera las cosas con Kylie y Kendall no han mejorado nada, yo de ilusa pensé que se cansarían de tanto insistir y que unos días después de haber llegado a California de Paris todo volvería a ser normal, pero no, las flores diarias en mi escritorio no dicen lo mismo, tampoco las cartas con poemas, hasta llegaron a mandarme cajas con carteras y zapatos de diseñador los cuales rechacé desde el primer momento. Victoria solo se reía de mí y hacía bromas durante todo el día.

Las cosas se me estaban yendo de las manos, las dos comenzaron a seguirme en redes sociales y Kylie me llevaba a todas partes con la escusa de que soy su asistente y mi lugar es a su lado, pero no creo que cuidar de sus hijos sea parte de mi trabajo, aunque tampoco me quejo, amo a ese par.
La prensa ya comenzó a hablar sobre mi cercanía a las hermanas, incluso soy tendencia en X o Twitter como se llame esa mierda, tuve que poner mi Instagram privado porque la cantidad de personas que me empezaron a seguir fue monstruosa y es inevitable no ver una noticia sobre mi y mi supuesta vida porque es más que obvio que todo lo que ponen es una reverenda mentira.

La puerta de mi oficina se abrió despacio y Stormi entró cargando a su hermanito, rápido me levanté y tomé al niño en brazos, la pobre estaba pasando un trabajo.

— ¡Hola, pequeña! — la saludé y caminamos juntas hasta los sillones donde nos sentamos frente a la otra. Ella mecía sus piecitos — ¿Qué haces aquí, Stor? ¿Te escapaste de tu niñera otra vez?

De alguna manera, Stormi tomó la mala manía de escapar de sus niñeras y venir con su hermano a mi despacho a conversar, incluso a verme trabajar o solo se ponía a jugar con sus muñecas, pasaba horas aquí conmigo hasta que las niñeras vinieran y la llevarán a comer o porque su mamá la buscaba.

— Esta vez no, lo prometo — levantó su meñique y yo lo junté con el mío haciendo la famosa pinky promess — ¿Recuerdas que me dijiste que hacias casas de muñecas? — afirmé. Ella me miró y jugó con sus manitas nerviosa — ¿Me puedes hacer una como regalo de cumpleaños? — la observé sorprendida. La verdad pensé que esa idea se le había olvidado, es decir, tiene millones de casas de muñecas y sus padres le pueden comprar la que ella quiera, ¿pero que quiere una de cartón echa por mi? Eso es sorprendente.

— ¡Claro que te la haré! — enuncié y ella aplaudió feliz, su hermanito se removió en mis brazos, con mucha delicadeza lo mecí hasta que volvió a conseguir el sueño — Y a tu hermano también le daré un regalo.

— ¡Gracias, Ale! — se levantó y vino hasta mi lugar a abrazarme — ¡Eres la mejor! — mencionó con sus pequeños brazos a mi alrededor — Es hora de irme — anunció alejándose de mi.

Me paré de mi asiento y tomé su mano para caminar juntas hasta el despacho de su mamá.
Toqué la puerta tres veces y cuando escuché el "adelante" de Kylie abrí la gran puerta de vidrio.

Ella estaba sentada detrás de su mesa mientras leí algo en su teléfono, estaba hermosa, eso no lo podemos negar, iba con una blusa blanca y si pelo estaba recogido. Levantó su mirada y una sonrisita traviesa de dibujó en mis labios.

— ¡Mamá! — la niña se soltó de mi agarré y corrió hasta su madre quien la recibió con los brazos abiertos — Alexa me va a hacer una casa de muñecas para mi cumpleaños — Kylie llevó por segunda vez su mirada a mi.

— Eso es genial, cielo — alegó sonriendo — ¿Por qué no vas con tu niñera y tú hermanito a comer una merienda? — la pequeña asintió con mucho cuidado le di a su hermano y ambos salieron del despacho de su madre quien los miraba enternecida.

Mi jefa se enderezó en su asiento e indicó que me sentará frente a ella, no se porque pero tuve un dejá vu con la primera vez que nos conocimos.

Ella me tendió un sobre de color gris el cual tomé con mucha duda.

— No es nada malo, puedes abrirlo sin problema — dejó saber calmando un poco mi ansiedad.

Con cuidado de no romper lo que había dentro abrí el sobre y lo que vi me dejó sorprendida, lo primero era una invitación para el cumpleaños de la tormenta y su hermano y lo otro, era un pasaje con todo pagado para Cuba. Las lágrimas fueron imposibles de controlar para cuando me había dado cuenta que estaban abarrotadas en mis ojos. Corrí hacia Kylie y la abracé fuerte rompiendo con todo el profesionalismo que alguna vez dije que tendría.

— Gracias, muchas gracias — hablé eufórica por esto, juro que podía sentir su sonrisa.

— Cómo habías rechazado todos nuestros regalos, creí imposible que lo hicieras con esto, espero no equivocarme — habló y la miré, una sonrisa en sus labios tal y como predije que sería, sus ojos mirándome fijamente.

— Podré ver a mi mamá — mencioné sin salir de mi euforia, ella asintió — No sé como agradecerte esto.

Negó rápidamente — no tienes que darme nada a cambio, eres excelente Alex y mis hijos te aman y yo también, tómalo como una recompensa por todo lo bueno que has traído a nuestra familia.

— Es mucho -— murmuré — no sé si lo merezco, Kylie

Sus labios se fundieron con los míos en un beso — por cada vez que digas que no mereces algo que yo o Kendall te damos, te besaré para recordarte que estamos dispuestas a todo por ti — sus voz fue dulce al igual que su mirada y el toque de sus manos en mi cara fue suave — y por favor no rechaces más nuestros regalos, no importa que después lo votes, solo acéptalos, nos va a hacer muy feliz.

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Para las que no lo saben, les publiqué una nueva historia, vayan a verla en mi perfil.