—¡No mames Cecilia!, parezco muñecón de carnaval con esto puesto.
Me pelea Daniela y yo intento no reírme para no exasperarla más y hacer que se arrepienta. Tiene puesta una licra negra con una enguatada del mismo color y en la cabeza una media panti que la hace parecer un conejo desinflado, y de ojos rojos dos broches. No puedo contenerme más y mis babas la bañan.
—Lo siento —digo recuperando la saliva que quedó en mis labios.
—¡Esta es la última vez que hago algo por ti Daniela!
—Shh, ¡cállate! —la regaño entre risas —Lo vas a despertar antes de tiempo.
—¿Segura que se va a tragar esto?
—El miedo me hizo romper una lagartija, digo mi laptop —la absurda frase nos saca una risa —, y la cola de mi gato que chilláramos mientras usábamos la Ouija, así que sí, creo que pensará que estaba tan sugestionado por su propio miedo que vio lo que quisimos que viera.
—Nos va a caer un regaño arriba que no sentíamos desde la primaria.
—Lo sé.
Caminamos de regreso a la sala, yo y la loca disfrazada —me carcajeo internamente —nos acercamos al pastor.
—¿Lista? —pregunto mirando a Daniela.
—No —me dice el conejo de cincuenta noches de Freddy mientras se esconde detrás de la pared de la sala.
Tomo un poco de alcohol y lo pego a la nariz del pastor que empieza a toser ahogado por el fuerte olor. Mira a un lado y al otro para ubicarse en tiempo y espacio, se queda quieto unos instantes, me imagino que este es el momento en que su mente intenta recapitular lo que ocurrió.
—¡El espíritu! ¡El demonio! —grita saltando como un muelle de su asiento y mira a todas partes.
—Por favor, señor cálmese —le pido, no quiero que le de otro desmayo.
—¡Yo lo vi! ¡Yo lo vi! —grita mientras me mira con ojos paranoicos. —¡Esta casa está poseída por el diablo! ¡Esto es cosa del diablo!
—Señor, por favor, por favor —pongo mis manos en su pecho para empujarlo de vuelta al asiento —¡Escúcheme por favor!
Sigue en medio del shock pero guarda silencio y sus ojos me miran expectantes mientras cada pocos segundos recorren la habitación.
—Necesito que se calme —le alcanzo el vaso con el milordo —Beba un poco. —obedece y se lo traga hasta el fondo, ahora me preocupa que le dé un subidón de azúcar —Yo quiero disculparme, no creí que se pusiera así, en serio nunca quise hacerle daño.
Los violines suenan en mi cabeza.
—¿Dónde está? ¿Dónde está ese ente satánico?
—No hay ningún ente satánico —aquí vamos con todo el paripé, ojala y funcione. Ojala y no se aparezca el muerto y nos cague todo. —Lo siento, lo que vio no es real.
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Mi muerto no paga alquiler
ParanormalCecilia, la mulata más codiciada de Cuba, siguiendo su sueño de independizarse aún siendo universitaria, se muda a un alquiler cerca de su Universidad y se encuentra con un inquilino que: ¡ Ave María.! 🔥Apagones 🪄Mosquitos 🍪 El pan de la bodega...