Daniela y yo terminamos de meter nuestras cosas en las cajas que recuperamos de la tienda de la esquina. Ya casi está todo listo para la mudanza. Lo único que pensamos dejar para última hora es vaciar el refrigerador, que no hay mucho que vaciar tampoco pero bueno. Creo que hay más hielo aquí que en los lagos de Canadá donde se quedó mi arroz.
—¿Y qué vamos a hacer con él? Seguro que sabe que nos mudamos con tanta recogedera. —me dice Daniela entre susurros.
—¿Y qué quieres que haga? ¿Qué me lo lleve para el apartamento que alquiló Yud? Mejor llévatelo tú para tu heredada casa en Alamar.
—Es que me da una lástima. —tan caritativa ella. —¿Y cómo se lo decimos?
—Diciéndole la verdad. No lo vamos a matar.
—No chica, que insensible eres.
Ay, ahora la mala soy yo. No es que no me importe, pero no me pienso preocupar mucho por los sentimientos de un ser que me ha complicado la vida. Ahora será pincha de los nuevos inquilinos de este acogedor recinto.
—A lo mejor podíamos liberarlo —propone Daniela.
—¿Te acuerdas de lo bien que resultó eso la última vez? —con un cura despavorido y un santero estafador.
—Si, pero ahora podría ser diferente. El muerto podría estar de acuerdo.
—¿Está de acuerdo también? —Y llegó por quien llorábamos. —¿A dónde van ustedes con ese reguero de cajas? Si se mudan para el yumai me llevan en una.
—Pues vas a tener que meterte en la maleta de la dueña del alquiler. Que se va del país y vendió la casa —mejor soltarlo duro y sin vaselina.
—¡Cecilia! —me regaña Daniela —Que manera es esa de dar una noticia así.
—¿Así que se van? —pregunta el muerto.
—Si —el pesar que se oye en la voz de Daniela me hace virar los ojos. —Pero vienen más personas a las que podrás robarle la comida y asustar —intenta animarlo. La cheerleader de fantasmas le dicen a ella.
—Nunca me había sentido tan bien entre vivos desde, bueno, desde que me morí.
—Si quieres te hacemos un exorcismo para que puedas irte —le propongo y Daniela me mira feo. ¿Pero ella quería o no quería? Si la idea fue suya. —Podemos ayudarte a hacer lo que tengas pendiente en este mundo para que puedas avanzar.
—Ir a un hotel en Varadero, conocer otro país....
—Párale ahí que no hay presupuesto para esos requerimientos.
Al menos lo intenté. No quedó por mí.
—¿Y qué vas a hacer? —le pregunta Daniela al muerto. — ¿Te vas a quedar aquí?
Bueno..., no veo muchas más opciones.
—Poooo —suena osco el pito del camión.
Mi gato que viene entrando por la puerta se sobresalta al mismo tiempo que el muerto lo agarra.
—De aquí no se va nadie, o, o no devuelvo el gato —ay dio, se tostó este.
—Sisi, muy buena la broma, suelta a Kiro que si se espanta después no hay quien lo agarre.
—¡De aquí nadie se mueve!
—¿Pensé que dijiste que estabas bien con la mudanza? —Daniela intenta suavizar la situación.
Como que ahora si me da penilla el muerto.
—No, no estoy bien. No quiero que se vayan, no quiero gente nueva. Quiero su comida y sus relajos.
Que mal momento para que nos cogiera cariño.
—Ya te habíamos explicado que esto no es decisión de nosotras. —¿Por qué Daniela tiene tantas ganas de razonar con él?
—¿Y qué quieres que hagamos? No podemos quedarnos. ¡Y acaba de soltar a mi gato y, chico!
De pronto suena otra vez el pito del camión y Kiro se mueve como poseído por un demonio, lo que hace que el muerto en su desesperación tenga que dejar ir a su rehén. Mi bola de pelos viene para que yo lo cargue.
—Bien nos vamos —camino hacia la puerta atravesando al muerto. Pero Dani no se mueve. Ay no, esta sentimental —¿Qué quieres hacer? Meterlo en una maleta? Pero se va para tu casa no para la mía.
—Solo será temporal —intenta convencerme Daniela, o quizás a sí misma.
—Buena suerte sacándolo después, ni mil exorcismos podrán ayudarte.
(....)
Una luz blanca empieza a abrirse. ¿Dónde estoy?
Su intensidad se aclara, estoy en casa ¿Pero como llegué aquí?
—Uy, si dicen que el que no quiere caldo le dan tres tazas —el muerto esta detrás de mi, pero ya no luce tan muerto, parece una persona normal.
— ¿Muerto? ¿Qué te pasó? Y por qué te ves tan...
—¿Guapo, apuesto, hermoso, majestuoso?
—Vivo.
—A no hija, de todas las cosas esas es la única que no soy. —se pasea detrás de mi con una taza de café en la mano.
—¿Entonces estoy soñando o me volví loca?
—Creo que no es ninguna de esas.
Kiro hace su entrada en escena, pasa por al lado del muerto sin prestarle mucha atención, solo lo mira y sigue su camino hacia a mí, y me ...
¿Me acaba de atravesar mi gato?
Estoy en shock, ¿Cómo me atravesó mi gato? Ni que estuviera....
—Quita esa cara, que parece que has visto un fantasma. O que te diste cuenta que eres uno —¿Queeeeeee? —Pero no empieces a gritar o llorar, que todo en esta vida es cuestión de adaptación
¿Pero que vida? Si estoy...
—¿Estoy muerta?
—Si, pero no te asustes que no es nada del otro mundo.
—Ni siquiera se en que mundo estoy. ¿Pero que me pasó?
—El camión de la mudanza donde ibas tubo un pequeño accidente. Mira que yo les advertí que no se fueran... Pero ustedes son cabezonas.
—Pero yo no puedo morir, me acabo de graduar, me queda mucho que vivir.
—¿Trabajar, divorciarte, vivir con tu gato? Esas etapas estan sobrevaloradas, mejor ir directo al descanso eterno.
—Esto es culpa tuya!
—¿Y mía como? Yo no iba manejando.
—Yo no se, pero vas a desear estar vivo si te pongo las manos encima.
Mis manos estaban a punto de ponerse alrededor del cuello del muerto cuando esa luz blanca volvió a aparecer...
(...)
—Ay, ese olor —el olor a cloro revuelve mi estómago, es el típico de — ¿Un hospital? ¿Qué hago aquí?
No estoy muerta!!!
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Mi muerto no paga alquiler
ParanormalCecilia, la mulata más codiciada de Cuba, siguiendo su sueño de independizarse aún siendo universitaria, se muda a un alquiler cerca de su Universidad y se encuentra con un inquilino que: ¡ Ave María.! 🔥Apagones 🪄Mosquitos 🍪 El pan de la bodega...