Cap.3.- Surface Pressure

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Cuando ves a alguien, ¿no te has preguntado qué sucede dentro de su cabeza? Joy lo hacía constantemente, especialmente en ese momento, mientras llevaba a la pequeña Envy de la mano a un lugar lleno de gente que se movía apresuradamente con documentos en sus manos, cajas apiladas, hombres con trajes oscuros y mujeres con demasiado maquillaje. Joy, por su parte, solía llevar solo un toque de lápiz labial y una sombra de ojos amarilla, cortesía de su madre. Joy, sin embargo, llevaba un vestido brillante que destacaba aún más en el entorno monocromático del edificio y su radiante sonrisa que la destacaba. 

Mientras caminaban, Joy sentía todas las miradas sobre ella, como si fuera un faro en medio de una tormenta o incluso un semáforo en rojo en el entorno de tanto tráfico que no dejaba avanzar a nadie. Los hombres con portafolios se giraban para mirarla, sus ojos recorriendo su figura con una mezcla de admiración y curiosidad. Las mujeres en el lugar murmuraban entre ellas, algunas con miradas de desaprobación y otras con envidia apenas disimulada. Joy apretó un poco más la mano de Envy, tratando de encontrar consuelo en la inocencia de la niña.

Cada paso que daba se sentía como si estuviera caminando sobre vidrios o la arena de la playa caliente que solía incomodarla. La incomodidad se apoderaba de ella, haciéndola sentir expuesta y vulnerable. Apretó los labios, resistiendo la tentación de gritarles a todos que dejaran de mirarla. ¿No habían visto nunca a alguien que resaltara en un lugar así? Joy podía sentir el calor subir a sus mejillas, sus pensamientos revoloteando entre el deseo de desaparecer y la necesidad de mantenerse firme por el bien de Envy. ¿En qué lugar se había metido? 

Envy, por su parte, no parecía notar la tensión que se acumulaba entre tanta gente y seguía el camino que la maestra la llevaba. La alegría que contenía era que se la estaba pasando, aunque ilógicamente sentía envidia, envidia de no pasar un momento con tal con sus padres. Sin embargo, cada vez que alguien pasaba demasiado cerca, Joy sentía un escalofrío de incomodidad recorrer su espalda. ¿Por qué tenía que ser tan difícil simplemente caminar por un lugar? 

"Se siente igual, cuando salgo con mamá" 

Finalmente, un hombre con un traje especialmente elegante se detuvo frente a ellas, bloqueando su camino. Joy levantó la mirada, encontrándose con sus ojos evaluadores. Él sonrió, pero la sonrisa no llegó a sus ojos. Qué hasta sus propios ojos y se voltearon con irritación sobre lo que sucedía a su alrededor.  

— Buenos días, señorita. ¿Puedo ayudarla en algo? — Su tono era educado, pero Joy detectó una nota de condescendencia que la irritó aún más.

— No, gracias. Solo estamos de paso. — Joy respondió con la mejor sonrisa que pudo reunir, aunque sus palabras sonaron más tensas de lo que hubiera querido, tomo bien la niña de su mano para seguir caminando y echar un suspiro al aire por aquella incomodidad. 

El hombre asintió y se hizo a un lado, pero no sin antes lanzar una última mirada a su vestido. Joy soltó un suspiro de alivio una vez que pasaron de largo, pero la incomodidad no desapareció. Sentía como si todos los ojos aún estuvieran sobre ella, juzgando cada movimiento, cada palabra.

Finalmente, encontraron el ascensor y se apresuraron a entrar. Joy se apoyó contra la pared, cerrando los ojos por un momento mientras trataba de calmar su respiración solo queria llegar a la recepcion de lugar cual una amable abuelita le habia dicho que se encontraba en el segundo lugar y que ahi la atenderia una tal ¿Como se llamaba?

 Envy, ajena a la tensión, empezó a tararear una canción infantil, lo que ayudó a Joy a relajarse un poco, esto también la hacía pensar en que tuvo un día de lo más alegre, sentía que todo estaba yendo bien, pero ver que aquella mujer cerraba sus ojos, la tomo por sorpresa sus acciones, que la curiosidad la llevo a preguntar ¿qué pasaba? 

— Tía Joy — Aquello desconcertó a la mujer que levanto su cabeza para mirar a la niña, no le molestaba la palabra "Tía" solo que no estaba acostumbrada, que se agacho a la altura de la niña un "Dime" salió de sus labios para mirarla directamente a sus ojos que mostraba mucha emoción.  —¿por qué la gente te mira tanto? — La inocente pregunta de Envy la hizo abrir los ojos y mirar a la niña.

Rewrite The "STARS"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora