Rewrite The "STARS"

Capitulo 15. 𝐀𝐧𝐠𝐞𝐫 𝐕𝐒 𝐋𝐨𝐬 𝐞𝐱 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐚 𝐝𝐞 𝐬𝐮𝐬 𝐬𝐮𝐞ñ𝐨𝐬.

Familia... ¿Cómo defines a la familia? Tal vez en el sentido de la unión, el respeto, la educación, valores, el cómo te llevas, el convivir y entre otros detalles. Pero ¿Qué es realmente la familia? Joy no lo sabía con certeza. Creció en una casa donde siempre podía ver a sus padres felices, fuera de lo ajeno a las situaciones, fuera de lo que fuera, sin medir los problemas, aun que alguien muriera ellos nunca dejaron de mostrar una sonrisa y eso le enseño a ser autosuficiente.

Hay una incógnita a los peros, porque sin peros, en términos de peros, siempre había un pero intermitente en la línea de lo elocuente. Era como el libro de Alicia: 

Esa la pregunta de cuestión del tiempo, miro de dedo a dedo, midiendo el tiempo, pasando el templo, pero nunca el vuelo. Eso es lo cuestionas al mirarte en medio de las enseñanzas del tiempo, cual vuelve desde hace tiempo, como la soledad del árbol al caer al suelo, sin mirar a la estrecha del tintineo pues la vela no es que nos espere con el tiempo. 

No sabe cómo pasó, solo recuerda como alguien se acercó y pago el tiempo con la vela en el centro, estaba ahí parada tomando su pelota amarilla que era lo más importante que tenía, sin medir cómo la mano de su madre se extendió para jalarla y salir de esa casa tan deprisa, esperando la ayuda que jamás vino. No hay rastros de lágrimas en su mirada solo una sonrisa recibiendo a los que debían llegar antes con un "Hola". Pero después de todo, podía escuchar a los adultos susurrar palabras que la hacían temblar porque ya no había un lugar donde pertenecer, era estar atrapada en la mente de alguien y pensar todo por ella creyendo que es lo correcto sin saber que es lo correcto. El miedo de las voces intermitentes las hace retumbar como si fuera un programa de televisión en plena estática 

 El miedo de las voces en su cabeza es como si fueran una colmena de abejas enfadadas por haber sido molestadas. Quiere golpearlas, gritarles y pisarlas, en su cabeza pasa lo que una vez vio en televisión, como un hombre para salvarse la brutalidad de las picaduras se lanzó a un rio ¿Podía hacer eso? Lanzarse para que dejaran de picarle.

"¿Quién se encargará de esa niña?" "Lo único que tiene de beneficio es el dinero." "Es una verdadera lástima, una gran lástima." "Lo único que puede ayudarla es dejarla en un orfanato"

Joy solo estaba ahí, escuchando todos los comentarios mientras sujetaba aquella pelota amarilla brillante, su primer regalo cuando comenzó a tener conciencia de sus acciones. Alegremente su padre la premio con aquella pelota redonda por todo el mundo de la imaginación de la pequeña podía recorrer. No sin antes que su padre marcara con un plumón negro "Mi mejor recuerdo". Aquel día solo mostró una sonrisa con la falda de dientes de leche que se habían caído para salir los nuevos. 

En el día del funeral de su padre, Joy estaba de pie junto a su madre tomando su mano. Observaba a su alrededor, pero no pudo evitar sentirse más pequeña de lo que ya era. Su madre, Emma Jean, con la mirada nublada como si pasara una tormenta en sus ojos, se veía perdida en el ataúd rodeado de flores, las amadas flores que su esposo solía regarle. Girasoles.

Las palabras del sacerdote ante la santa sepultura daban escalofríos que subían por la columna de Joy, era joven, era pequeña, era un ser inocente. Y aquello no podía llegar entenderlo, menos aun cuando el padre había terminado, su madre sostenía un puñado de tierra santa y lo arrojo dentro, seguido de la flor blanca. Unos extraños hombres empezaron a tirar tierra con sus palas, cada movimiento que hacia la estremecía. 

Joy miro a su madre buscando respuestas, la mirada de aquella rubia ladeada la cabeza, pues se negaba a responder las incógnitas de su única hija. Pero sus ojos se agrandaron al escuchar a su pequeña hija: "¿Dónde está papá? ¿Porque no está aquí? ¿Cuándo vendrá?"

En la mente, Emma pensaba si su hija era estúpida estaba cegada con el dolor. Todos empezaron a susurrar ante las palabras de la pequeña, las miradas empezaron a clavarse como si fueran clavos tratando de sostener la madera contra una pared.  En un arrebato entre la ira y la tristeza, la mano de Emma impacto en la mejilla de su hija.