El amor no es como nadie lo imagina. Por más películas que veamos, por más estereotipos que Disney nos haya inculcado con sus finales felices tan predecibles, donde el príncipe encuentra la zapatilla de Cenicienta, besa a Blancanieves para despertarla de su sueño eterno tras morder la manzana, o lucha contra un dragón para rescatar a su amada princesa que tarde o temprano se tendrá que hacer cargo del castillo. Incluso imaginaba que algún príncipe por ahí tenía sus deslices. Ni hablar de lo que conlleva una relación entre hermanos; nada es como lo pintan. Pasas largas horas peleando hasta que uno cede y vuelves a socializar, solo hasta la próxima pelea y que tu madre te pida que te disculpes por algo que ni has hecho ni pensabas hacer.
Eso es lo que pensaba Joy. ¿Un beso? Qué locura, pero una locura que quería experimentar, como en el cuento de La Bella Durmiente, para ver cuál sería el siguiente movimiento del más enano de su casa, Anger. Pero eso hizo que rodara los ojos al ver que el enano gruñón de Blancanieves se había escapado de su cuento para declarar o más bien proponer algo que ni en sus locos sueños lo había pensado. Esto no era una película de Ryan Reynolds y Sandra Bullock como "La Propuesta" o peor aún "Una esposa de mentira" con Adam Sandler y Jennifer Aniston. La diferencia era que ella no era la jefa de una compañía donde todo era "Yo, yo y yo". Sin olvidar el hecho que no oprimía el sentir de su asistente. ¿Por qué? Porque sinceramente no tenía un asistente para hacerlo y no tenía hijos que se hicieran pasar como hijos de Anger, porque ni siquiera tenía hijos y ni siquiera estaba divorciada de algún imbécil. Y ella era muy feliz para volverse una llorona sin futuro, porque claro que tenía u futuro brillante y no estaría pensando nada de esto si no fuera porque ese hombre la beso "Te quiero".
Anger se había quedado dormido en medio de la sala, rodeado de cobijas y almohadas desordenadas. Lo peor es que había tomado su favorita. Y ahí estaba ella, con mil pensamientos cruzando su mente y, claramente, ninguno relacionado con Disney. Disney solo te vende la imagen del feliz para siempre, quitando el hecho que la palabra felices para siempre no viene incluido.
— Esto no es Disney, — se dijo a sí misma, recostándose en el sofá. Cubrió su rostro con el brazo izquierdo, pero luego se descubrió un poco para incorporarse. Solo quería saber lo que se sentía probar unos labios ajenos a los suyos. ¿Estaría mal hacerlo? ¿Por qué estaría mal si en el beso primero?
Al diablo, ella está en su casa y el bajo su techo. Con corazón terco y memoria de Dory como su vieja compañera de la escuela que no lograba recordar casi media vida desde su accidente, se acercó lentamente a Anger. La sala estaba en penumbras, iluminada solo por la luz de la televisión que se filtraba por todo el cuarto. Sus ojos recorrieron el rostro de Anger, sereno y tranquilo en su sueño. Se detuvo un momento, dudando si debía hacerlo.Finalmente, decidió dejar de lado sus dudas. Se inclinó suavemente y, con el más leve de los toques, posó sus labios sobre los de él. Fue un beso breve, pero suficiente para hacerla sentir un torbellino de emociones que fue extraña para ella. Se apartó rápidamente, observando si Anger se despertaba.
Pero Anger no se movió, solo murmuró algo ininteligible en su sueño y se dio la vuelta, abrazando más fuerte su almohada favorita, mientras seguía gruñendo entre sueños, bueno eso no estuvo nada mal, si no fuera porque estaba colorada de las mejillas.
Joy se dejó caer de nuevo en el sofá, sonriendo para sí misma.
No sabía qué pasaría después, pero por ahora, estaba dispuesta a dejar que el cuento siguiera su curso. Esto no era Disney era su realidad. Su más perfecta y distorsionada realidad que alguien le metió en la cabeza, ella tenía que ser perfecta ante los ojos que la impulsaron estar donde ahora esta.
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Rewrite The "STARS"
FanfictionEl dibujo le pertenece a : X Twitter : POIKOO @POIKOO_ Joy es una joven y exitosa maestra de ballet, amada y querida por sus alumnos. Su vida está llena de retos y desafíos, y ella siempre busca lo emocionante en cada día. Su mayor tesoro es su dulc...