Peligrosa Atracción ( Carlos Sainz • Male Oc )

•CAPITULO 17•

El estridente sonido del teléfono rompió la quietud de la madrugada. Carlos se despertó de golpe, palpando en la oscuridad hasta encontrar su móvil en la mesita de noche.

"¿Hola?" respondió con voz ronca, aún medio dormido.

La voz al otro lado de la línea era firme y urgente. "Carlos, necesitamos que todos vengan al cuartel inmediatamente. Hay una situación que requiere atención urgente."

Carlos miró el reloj digital: 5:00 AM. Soltó un suspiro de frustración. "Entendido. Estaremos allí lo antes posible."

Colgó el teléfono y se volvió hacia Alain, que ya estaba despierto y lo miraba con preocupación.

"¿Qué pasa?" preguntó Alain, incorporándose en la cama.

"Nos necesitan en el cuartel," respondió Carlos, frotándose los ojos. "A todos. Oscar, George, Daniel y yo."

Alain frunció el ceño. "¿A esta hora? Pero si es su día libre."

"Lo sé," dijo Carlos con un suspiro. "Pero cuando el deber llama..."

Carlos comenzó a levantarse, pero Alain lo agarró de la cintura, tirando de él suavemente. "Vuelve," murmuró Alain, su voz aún ronca por el sueño. "Solo cinco minutos más."

Carlos no pudo evitar sonreír ante el gesto. Se giró para mirar a Alain, cuyo cabello despeinado y ojos somnolientos lo hacían ver adorablemente vulnerable.

"Sabes que me encantaría," dijo Carlos suavemente, inclinándose para besar la frente de Alain. "Pero tengo que ir a trabajar."

Alain soltó un suspiro de resignación y aflojó su agarre. "Lo sé. Pero no significa que tenga que gustarme."

Carlos rio suavemente, besando los labios de Alain antes de levantarse completamente. "A mí tampoco me gusta, créeme."

Mientras Carlos se dirigía al baño para ducharse rápidamente, Alain se quedó en la cama por un momento más. Finalmente, decidió levantarse también. Sin preocuparse mucho por su apariencia, Alain buscó lo primero que encontró en el suelo: unos pantalones de chándal y una camiseta arrugada.

"Yo te llevo," dijo Alain mientras Carlos salía del baño.

Carlos lo miró sorprendido. "No es necesario, puedo conducir..."

Alain negó con la cabeza, acercándose a Carlos y envolviéndolo en un abrazo. Hundió su rostro en el cuello de Carlos, inhalando su aroma fresco por la ducha. "Insisto. Quiero asegurarme de que llegues bien."

Carlos sonrió, devolviendo el abrazo. "Está bien. Gracias, amor."

Mientras Carlos se vestía rápidamente, Alain bajó a la cocina para preparar café para llevar. Encontró a Oscar, George y Daniel ya allí, todos con aspecto somnoliento y confundido.

"¿También los llamaron?" preguntó Alain, aunque ya sabía la respuesta.

Oscar asintió, ahogando un bostezo. "Sí, parece que es algo grande."

"Me pregunto qué será," murmuró George, frotándose los ojos.

Daniel solo gruñó en respuesta, claramente no era una persona madrugadora.

Alain sirvió café en tazas para llevar para todos, incluyendo a Carlos. Cuando los cuatro estuvieron listos, salieron de la casa hacia el garaje.

"Yo conduzco," anunció Alain, dirigiéndose hacia su Corvette.

Los demás lo siguieron sin protestar, demasiado cansados para discutir. Carlos se sentó en el asiento del copiloto, mientras que Oscar, George y Daniel se apretujaron en el asiento trasero.