•CAPITULO 5•

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El día había comenzado de manera rutinaria en la mansión Marceau, pero todo cambió en cuestión de segundos cuando el teléfono de Alain resonó con urgencia. Era una llamada de una de las empresas de la familia, requiriendo su presencia de inmediato.

Sin pensarlo dos veces, Alain se apresuró hacia el garaje. Con sus hermanos y sus padres ausentes, solo quedaba una camioneta disponible. Sin perder tiempo, se deslizó detrás del volante y encendió el poderoso motor, dispuesto a llegar a su destino lo más rápido posible.

Las calles de la ciudad se convirtieron en un borrón a medida que Alain conducía a toda velocidad, esquivando el tráfico con movimientos audaces y precisos. Su mirada se desvió por un instante hacia el cielo despejado, permitiéndose un breve momento de distracción.

Pero cuando volvió a fijar sus ojos en la carretera, lo que vio lo paralizó. Un vehículo se aproximaba a un cruce, listo para girar justo frente a él. En el asiento del conductor, Alain alcanzó a distinguir la silueta de una joven mujer, y en el asiento trasero, lo que parecía ser un bebé.

El tiempo pareció ralentizarse mientras Alain pisaba el freno con todas sus fuerzas, pero algo fallaba. Los frenos no respondían correctamente, y la camioneta seguía avanzando a toda velocidad hacia el cruce.

Sin otra opción, Alain giró el volante con fuerza, desviando la trayectoria de la camioneta para evitar chocar contra el vehículo de la joven madre y su hijo. Pero el movimiento brusco provocó que la enorme camioneta se volcara, dando vueltas sobre el asfalto en una escena de puro caos.

Los airbags nunca se inflaron, dejando a Alain expuesto a los impactos y a los restos de vidrio y metal que volaban en todas direcciones. Cuando finalmente el vehículo se detuvo, Alain yacía atrapado en el interior, con múltiples lesiones y luchando por mantenerse consciente.

Con la poca fuerza que le quedaba, logró marcar el primer número en su registro de llamadas recientes. Era Carlos Sainz, el agente encubierto conocido como "El Halcón".

En su apartamento, Carlos descansaba plácidamente al lado de su novia Lea cuando el sonido insistente de su teléfono lo despertó de golpe. Aturdido, contestó la llamada, sin reconocer el número en la pantalla.

"¿Sainz?" La voz de Alain sonaba débil y entrecortada.

Un escalofrío recorrió la espalda de Carlos al reconocer la voz del peligroso hijo de los Marceau. "¿Alain? ¿Necesitas algo?"

La respuesta fue breve y críptica. "Calle 8°."

Alain pronunció el nombre de la calle y luego la línea se cortó abruptamente, dejando a Carlos sumido en la confusión y la preocupación.

Sin perder un segundo, Carlos se vistió a toda prisa, ignorando las preguntas de Lea. En ese momento, solo tenía una cosa en mente: encontrar a Alain.

Mientras corría hacia la dirección mencionada, escuchó el sonido de varias sirenas de emergencia acercándose, lo que aumentó su sentido de urgencia.

Finalmente, llegó a la escena del accidente, y lo que vio lo dejó sin aliento.

Uno de los poderosos vehículos de la familia Marceau yacía volcado en la carretera, su carrocería destrozada y retorcida. Restos de vidrio y metal estaban esparcidos por todas partes, y una mancha oscura y siniestra manchaba el parabrisas roto.

Sangre.

La gente se había congregado alrededor del accidente, observando horrorizados el espectáculo. Carlos se abrió paso entre la multitud, su corazón latiend o con fuerza en su pecho.

Allí, atrapado entre los restos de la camioneta, se encontraba Alain, inconsciente y gravemente herido. La sangre manchaba su rostro y su ropa, y su cuerpo yacía en una posición antinatural que indicaba múltiples fracturas.

Peligrosa Atracción ( Carlos Sainz • Male Oc ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora